HISTORIA DE LA DESCENTRALIZACIÓN EN EL PERÚ
Enviado por Lorenzo Montero • 1 de Noviembre de 2016 • Monografía • 8.271 Palabras (34 Páginas) • 462 Visitas
ÍNDICE
Índice
Introducción
HISTORIA DE LA DESCENTRALIZACIÓN EN EL PERÚ
ANTECEDENTES
ETAPA INCA
Pachacuti
La división territorial
ETAPA DEL VIRREINATO
Con Pizarro y Almagro
Estructura Política y Demarcación Territorial
ETAPA DE LA REPÚBLICA
Con la independencia 1821
La Constitución de 1823
Constitución de 1920
Constitución de 1933
Constitución de 1979
La Constitución de 1993
LA DESCENTRALIZACION:
Valentín Panigua y Alejandro Toledo
Actualidad
VENTAJAS Y DESVENTAJAS
EL MODELO PERFECTO
Bibliografía
INTRODUCCIÓN
El estado moderno tiene el deber de generar las condiciones necesarias para el bienestar de sus ciudadanos y el desarrollo del país. Esta nueva visión orientada al servicio del ciudadano, demanda remover los cimientos de las instituciones públicas a fin de evaluar si sus procesos, y resultados se encuentran alineados a la satisfacción de las necesidades de todos los peruanos, es decir, requiere la modernización de la gestión pública.
La modernización del estado es responsabilidad de todas las entidades públicas y los funcionarios que las conforman. Un elemento de suma importancia en la modernización del estado es la descentralización de sus funciones y competencias. Un proceso de descentralización implica, en resumidas cuentas, una transferencia de funciones hacia aquellos estamentos que, por encontrarse en contacto directo con los ciudadanos, se encuentran en una mejor posibilidad de identificar sus necesidades, y de esta manera proveerles de más y mejores servicios públicos.
Busco con este trabajo poder ilustrar a detalle este complejo proceso, indicando los antecedentes del mismo en la regionalización en las diferentes etapas de la historia [Inca, Virreinato, Republica] así como el denominado descentralización per se, iniciado cabalmente en el gobierno de Alejandro Toledo hacia nuestros días. Daré algunas conclusiones sobre el mismo a manera de finalizar la investigación.
HISTORIA DE LA REGIONALIZACIÓN EN EL PERÚ
ANTECEDENTES
1.ETAPA INCA
El Imperio Inca, conocido como Tahuantinsuyo (traducido a “las cuatro regiones que se integran” o que “se encuentran unidas”[1]), tuvo una expansión superior al territorio nacional actual. Habiendo sido calculado en un aproximado de 1’800,000 kilómetros cuadrados.
Ante el gran tamaño territorial que debía controlarse de manera efectiva, el Incanato logró un control eficaz, pero no perfecto, para su época, dado que siempre ocurrían sublevaciones de provincias que deseaban liberarse del yugo incaico y lograr su independencia de nuevo.
Pachacuti
Pachacuti o Pachácutec, es uno de los trece soberanos incas que reinaron en el Incario, siendo el noveno. Para J. H Rowe[2], el gobierno de Pachacuti se extiende entre 1438 y 1471. Su nombre significaría, en un análisis minucioso de J. Imbelloni[3], como “transformador de la tierra”. Otro concepto ofrecido por Sarmiento de Gamboa[4] debe interpretarse como “restituidor de la tierra”, tomando la palabra “tierra” en el sentido de “patria”. Esta acepción está en concordancia con sus victorias sobre los Chancas[5].
Es Pachacuti, con quien se inicia el período o fase Histórica, y también la etapa de Apogeo y Expansión.
La división territorial
Aunque, se dice que la división conocida del Tahuantinsuyo, existió de manera rudimentaria antes del gobierno de Pachacuti, se puede decir que él, se perfeccionó.
Los cuatro suyo o “rumbos” o regiones integrantes del Tahuantinsuyo – con su eje en la capital imperial, Cusco – incluían, cada cual, grandes “provincias” o huamani cuyos límites coincidían, muchas veces, con fronteras étnico-políticas tradicionales, preincaicas, de confederaciones tribales anexadas al Incario. Los huamani tenían su capital provincial que, por lo general, conservaba el nombre de la “nacionalidad”, y al que se le anteponía el vocablo hatun (grande); como por ejemplo, en los casos de Hatuncolla, Hatunjauja, Hatunsora.
Los huamani eran divididos, a su vez, en saya o “sectores”. La saya eran por lo general dos: Hanansaya o “sector de arriba”, y hurinsaya o “sector bajo”.
La saya, finalmente, comprendían un numero variable de Ayllu, cuya extensión era variable también. Los miembros que poblaban el ayllu eran “dueños” de un territorio determinado, que suele calificarse de marca, y dentro del cual cada varón adulto (purej), recibía un lote de terreno (topu), para su sustento y el de su familia; la extensión del topu variaba según la calidad de la tierra.
Frente a los ayllu, como a los saya y a los huamani se hallaban los jefes. En los ayllu encontramos al curaca; llamado también cacique, por los españoles. En la capital de los saya – que era sede de almacenes estatales, de templo del sol y de casa de aclla – residía un gobernador de jerarquía, el tocricoc. Al frente de los huamani o territorios mayores, y de los cuatro suyo, los apo y los suyuyoc–apu, respectivamente. Los últimos integraban un “consejo imperial”. Estos administradores del Incario conformaban un sistema vertical y centralizado de gobierno, frente al que se hallaba el Inca o Sapa Inca, cuya voluntad era absoluta. Veedores generales del Incario (“el que todo lo ve”), con amplios poderes, se desplazaban por doquier y aseguraban una marcha efectiva de la administración. (Kauffmann Doig, 1988) (Cuadro nuestro)
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