“HISTORIA DE LA TABLA PERIODICA”
Enviado por Andrea GaRo • 30 de Mayo de 2017 • Informe • 2.030 Palabras (9 Páginas) • 284 Visitas
INSTITUTO POLITECNICO NACIONAL[pic 1][pic 2]
ESCUELA NACIONAL DE CIENCIAS BIOLOGICAS
QUIMICA INORGANICA
“HISTORIA DE LA TABLA PERIODICA”
Nombre alumna: Andrea Michelle Gama Rodríguez
Entrega: 16/ marzo/ 2017
“HISTORIA DE LA TABLA PERIODICA”
Las fechas datan desde el siglo XIX cuando aún sin saber la existencia de los electrones y protones, los químicos comenzaron a desarrollar una tabla periódica utilizando sus conocimientos de las masas atómicas.
La tríada de Döbereiner
En 1829 Döbereiner, un químico alemán clasificó algunos elementos en grupos de tres a los que llamó tríadas. Estos elementos tenían propiedades químicas similares, y sus propiedades físicas variaban de manera ordenada de acuerdo con sus masas atómicas. La tabla 1.1 muestra que la masa atómica de los tres elementos se incrementa desde 35.5 a 80 y 127. Algo muy importante es que la masa atómica del bromo es 80, cercano al promedio de las masas atómicas del cloro y del yodo. Siendo un hecho muy importante el que la masa atómica del elemento de en medio se encuentre entre la de los otros dos elementos, ya que es una característica fundamental de las tríadas.
Tabla 1.1 La tríada de los halógenos
ELEMENTO | MASA ATÓMICA | DENSIDAD | PUNTO DE FUSIÓN | PUNTO DE EBULLICIÓN |
Cloro | 35.5 | 0.003 21 | -101 | -34 |
Bromo | 80 | 3.12 | -7 | 59 |
Yodo | 127 | 4.93 | 114 | 185 |
Las tríadas fueron muy útiles ya que agrupaban elementos con propiedades afines y revelaron un patrón ordenado de algunas de sus propiedades físicas y químicas. Este concepto sugirió que las propiedades de un elemento tenían gran relación con su masa atómica.
Ley de las octavas
Años más tarde en 1864, John Newlands observó que al ser ordenandos los elementos según sus masas atómicas, cada octavo elemento mostraba propiedades semejantes, refiriéndose a esta particularidad como “la ley de las octavas”. Para su mala suerte esta ley fue echada abajo por la comunidad científica al resultar inadecuada para elementos de mayor masa que el calcio.
Hélice de elementos
Alexandre-Emile Béguyer de Chancourtois en 1864 ordenó los elementos químicos de manera creciente a su peso atómico, para esto utilizó un cilindro vertical con dieciséis líneas paralelas al eje del cilindro; dibujo después una hélice a 45º del eje y acomodo en esta hélice a los elementos en orden creciente. Esto le dio la particularidad de que si se atravesaba una línea vertical intersectaba a los elementos con propiedades similares.
¿Primera tabla periódica?
De igual manera en 1864 un químico inglés llamado William Odling diseñó una tabla de elementos, en total 57, que tenía un gran parecido con la primera tabla de Mendeleev que años más tarde se mostraría. En la tabla de Odling los grupos eran horizontales y los elementos estaban colocados en orden creciente de pesos atómicos dejando espacios vacantes para otros aún no descubiertos, además, pudo colocar el talio, plomo, mercurio y platino en sus grupos correctos, algo que Mendeleev no pudo hacer en su primer intento. Sus contribuciones a la Tabla no fueron reconocidas.
La tabla periódica de Mendeleev
Fue hasta 1869 que el químico Dmitri Mendeleev y el químico alemán Julis Lothar Meyer propusieron, ambos de manera independiente y simultánea, un acomodo más amplio para los elementos, basándose en la repetición periódica y regular de sus propiedades. Mendeleev presentó los resultados de su trabajo, una tabla de sesenta elementos hasta entonces conocidos, ante la Sociedad Química Rusa a principios de 1869 y la tabla de Meyer apareció hasta diciembre de ese mismo año. El sistema de clasificación de Mendeleev superó al de Newlands particularmente porque colocó los elementos en columnas verticales de acuerdo a sus propiedades comenzando por los más livianos y cuando llegaba a un elemento con propiedades parecidas comenzaba otra columna, e hizo la predicción de propiedades de varios elementos que no se descubrían aun. Para poder agrupar los elementos con propiedades similares en las mismas columnas, Mendeleev tuvo que dejar primero dos espacios en blanco que representarían los elementos que aún no se conocían, uno debajo del aluminio y otro debajo del silicio, refiriéndose a ellos como eka-aluminio y eka-silicio (eka es una palabra que proviene del sanscrito “primero”). Poco tiempo después Mendeleev publicó otro artículo en donde añade otro espacio más en blanco debajo del boro, presentando de igual manera una lista de propiedades físicas y químicas de ese elemento. Con el tiempo fueron apareciendo más huecos llegando a predecir la existencia de hasta diecisiete nuevos elementos en total.
Pasaron más de dos décadas para que se descubrieran los primeros tres elementos (eka-aluminio, eka-silicio y eka-boro), para que las predicciones de Mendeleev se vieran cumplidas.
Descubrimiento del galio (Ga)
En el año 1875 el científico francés Lecoq de Boisbaudran mediante el análisis de minerales de los Pirineos, descubrió un elemento al que nombró galio. Publicando este descubrimiento en la Revista de la Academia de Ciencias de París. Tras determinar varias veces sus propiedades se comprobó que coincidían con las que Mendeleev había propuesto para “eka-aluminio”. Algunas de las propiedades químicas que Mendeleev predijo era: no ser volátil; atacable lentamente por el aire, agua, ácidos y álcalis; oxido más básico que la alúmina pero menos que el óxido magnésico, hidróxido soluble en ácidos y bases.
Eka-aluminio (Ea) | Galio (Ga) | |
MASA ATÓMICA | 68 uma | 69.9 uma |
PUNTO DE FUSIÓN | Bajo | 30.15ºC |
DENSIDAD | 5.9 g/cm^3 | 5.94 g/cmv3 |
FORMULA DEL OXIDO | Ea2O3 | Ga2O3 |
Descubrimiento del escandio (Sc)
El sueco Lears Nilson en 1879, trabajando con el mineral euxenita para estudiar algunos elementos de las tierras raras descubrió un nuevo elemento al cual le dio el nombre de escandio; el cual coincidió inequívocamente con las propiedades del “eka-boro” propuesto por Mendeleev. Algunas de las propiedades químicas predichas para este elemento fueron: que el óxido sería más básico que la alúmina y menos básico que el óxido de ytrio y que el del magnesio; que sus sales serian incoloras y que darían un precipitado gelatinoso con el hidróxido potásico y con carbonato sódico.
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