Historia De La Teoria Celular
Enviado por Cacu8 • 20 de Septiembre de 2014 • 1.822 Palabras (8 Páginas) • 522 Visitas
HISTORIA DE LA TEORÍA CELULAR
Introducción a la Biología
Facultad de Cs.Exactas y Naturales
Universidad Nacional de Mar del Plata
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Los descubrimientos biológicos aumentaron cuando la tecnología de imágenes se volvió más sofisticada. Las células fueron vistas por primera vez y descriptas por algunos de los microscopistas de principios del siglo XVII. A. van Leeuwenhoek (1632-1723), naturalista holandés, investigó en sus horas de ocio los más variados objetos, con ayuda de los cristales de aumento que él mismo construyera. Construyó microscopios y en lugar de venderlos los regaló a entidades científicas; aunque carecía de preparación científica era un agudo observador y comunicaba sus observaciones a la Real Sociedad de Londres. En 1675, por medio del microscopio, un alumno de Leeuwenhoek descubrió que en el esperma humano existían innumerables corpúsculos, sumamente pequeños y móviles, supuestos animalitos que actualmente se conocen como espermatozoides. Leibniz, filósofo alemán aficionado a la biología, se dejó arrebatar por este descubrimiento a la idea de que estos animalitos existían en todas partes. El naturalista Buffon (1707-1788), contemporáneo y rival de Linneo (sistemático sueco), pensaba que los seres microscópicos representaban moléculas vivientes, de las cuales por aglomeración, según ciertas leyes, resulta el animal visible. Las ideas filosóficas fueron la fuente, junto con la experiencia y la observación a través del microscopio, de donde provino la teoría de que en el cuerpo animal y en el vegetal aparecen pequeños “poros”, ahora conocidos como células. Estas células ya se conocían en el siglo XVIII: Malpighi, Hooke y Greew reconocieron que el tejido de la planta se compones de huecos limitados por tabiques fijos. Más de cien años permaneció intacta esa observación. Wolff intentó profundizarla y procuró también formarse una idea de la esencia de la fecundación. Wolff era profesor de filosofía y fue el fundador de la teoría epigenética de la evolución (teoría ya desacreditada que afirmaba que durante el desarrollo del individuo se forman nuevas estructuras a partir de un material no diferenciado, con ayuda de una fuerza vital). Observó que el cuerpo de la planta se parece a un líquido espumoso; que los poros en la espuma están llenos de cierto jugo, y que el germen animal está compuesto de minúsculas “esférulas”. Sin embargo, aún a fines del siglo XVIII el naturalista Cuvier y X. Bichat, el fundador de la teoría de los tejidos animales, rechazaban el microscopio porque ofrecía visiones deformadas de los objetos. Los microscopios de aquella época eran rudimentarios, pero hacia 1807 ya se empleaban aumentos de 180 a 400 diámetros. En 1837, Meyen observó los órganos vegetales a 500 aumentos, y desde 1840 el microscopio ya era de uso común.
EL NACIMIENTO DE LA TEORÍA CELULAR
La palabra “célula” fue utilizada por primera vez por el botánico inglés Robert Hooke para designar las primeras cámaras o alveolos que había observado al estudiar al microscopio delgadas láminas de tejidos vegetales. El libro “Micrografía” (1665) de Robert Hooke contiene algunos de los primeros dibujos nítidos de células vegetales, basados en las observaciones de algunas secciones finas de “corcho” (corteza o cubierta exterior de cualquier planta leñosa). Pero Hooke nunca llegó a imaginar el verdadero significado de aquellas células; solamente había percibido su estructura, su esqueleto. No sería hasta mediados del siglo XIX que dos científicos alemanes, Schleiden y Schwann, descubrirían la naturaleza celular de la materia viva. Mathias Jakob Schleiden nació en Hamburgo en 1804. Estudió derecho y ejerció la abogacía hasta los 27 años, insatisfecho con su actividad decidió abandonar la profesión y luego de un intento de suicidio en 1831 inició una nueva vida. Volvió a la Universidad para seguir cursos de medicina y botánica y en 1839 fue nombrado profesor adjunto de botánica en la Universidad de Jena, en la que permaneció durante 23 años. Después de una breve estancia en Rusia, se estableció en Dresde, donde murió en 1881. Shleiden rechazaba el vitalismo (posición según la cual los organismos vivos poseen una fuerza o sustancia vital especial, que no se puede encontrar en la materia inerte) en busca de una explicación mecanicista de la vida, y de carácter evolucionista. Su objetivo era hacer de la botánica una ciencia verdadera y exacta. En 1833, el botánico inglés R. Brown descubrió en diferentes células vegetales un “granito” (el núcleo). Schleiden se esforzó por demostrar que las células se forman de este núcleo; que del plasma viviente al principio, se separa el núcleo y que a su alrededor se forman células que van creciendo, hasta que sus paredes se tocan y por una especie de cristalización nace el tejido celular. Gran confusión originó la circunstancia de no establecer diferencia alguna entre el núcleo, las vacuolas y los granos de almidón, creyendo que todos representaban células embrionarias. Schleiden, tampoco vió claro cómo estaban compuestas las plantas unicelulares. La doctrina de Schleiden de la evolución del tejido partiendo de células fue ampliada a los animales por Schwann, discípulo de Johannes Müller, destacado fisiólogo alemán. Theodor Schwann, nacido en 1810, cerca de Dusseldorf, en el seno de una familia sumamente religiosa. Estudió medicina en Bonn, donde conoció a Müller, y en Berlín ocupó la cátedra de Anatomía. En aquellos tiempos abandonaría en parte su vida de intensa actividad religiosa dejándose seducir por concepciones mecanicistas. A partir de 1839 su carrera científica culmina debido, en principio, a la actitud crítica de científicos dedicados a la química frente a sus trabajos sobre la fermentación alcohólica. Ante tal circunstancia resurge su jamás apagada fe religiosa, abandonada debido al racionalismo de los años anteriores, y se refugia en el Dios de su infancia. Schwann se trasladó a Londres como profesor de Anatomía donde permaneció durante nueve años. En 1848 viajó
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