Influencia Del Sistema Muscular En La Vida Cotidiana
Enviado por dickflow • 29 de Noviembre de 2012 • 380 Palabras (2 Páginas) • 805 Visitas
Para entender cómo la alimentación puede influir en la circulación de la sangre, haciéndola más o menos fluida, previniendo trastornos o aliviando los síntomas que se derivan de una mala circulación, conviene conocer someramente el papel del aparato circulatorio.
La dieta juega un papel importante tanto en la prevención de estos trastornos como en el alivio de los dolorosos síntomas
El aparato circulatorio está formado por el corazón, las arterias, las venas, los capilares y la sangre, y se encarga de proporcionar oxígeno y nutrientes a las células a través de la sangre. El corazón bombea sangre oxigenada procedente de los pulmones y la impulsa a través de las arterias y los capilares hacia las células de todo el cuerpo. Tras llegar a las células, la sangre vuelve al corazón a través de las venas y se oxigena de nuevo en los pulmones. Por tanto, cualquier elemento que obstruya el paso de sangre por las arterias o las venas provoca un trastorno en la circulación sanguínea. La arteriosclerosis debida al depósito de colesterol, grasa y sustancias de desecho de la sangre, es la causa más común de obstrucción arterial, y si no se trata a tiempo puede provocar un infarto. Si la sangre está muy densa, se pueden formar coágulos que impiden la normal circulación, lo que puede dar lugar a trombosis. La mala circulación venosa puede provocar también trastornos menos graves pero molestos como varices, hemorroides y celulitis.
Consejos para mejorar la circulación
Tenderse con las piernas en alto unos minutos cada día.
Acostarse sobre el lado izquierdo del cuerpo para dormir.
Dormir con las piernas un poco elevadas (con ayuda de un cojín o pequeña almohada debajo de los pies).
El calor no es aliado de la circulación, produce vasodilatación de los capilares, lo que puede provocar más hinchazón, pesadez, cansancio y dolor. Por ello no son convenientes las saunas o los baños calientes. Se recomienda ducharse con agua templada y acabar con un chorro de agua fría en las piernas.
Hacer ejercicio activar la circulación: caminar, caminar de puntillas, flexiones de piernas, nadar, correr, mover las piernas mientras se está sentado.
Masajearse los pies y las piernas siempre de abajo a arriba, del tobillo al muslo.
Emplear ropa cómoda, calcetines y medias que no opriman, zapatos cómodos, etc.
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