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Internet En Jovenes

giselle12038626 de Abril de 2013

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Desde Comte y Durkheim en adelante, la familia fue considerada un elemento sumamente relevante para la comprensión -así como para el funcionamiento- del conjunto de la estructura social. Los trabajos científicos del siglo XIX, tanto como los posteriores, la consideran un elemento clave de coordinación entre individuo y sociedad, una instancia de significativa eficacia en el mantenimiento del vínculo social.

En el siglo XIX, la “cuestión familiar” se estructura a partir de la intensa preocupación por la ruptura de los lazos comunitarios a raíz de los profundos cambios generados por la revolución industrial. Hoy nos encontramos en una situación que presenta numerosas cuestiones en común con aquélla.

La CEPAL afirmaba hace pocos años que los estudios sobre la familia en América Latina habían sido relegados en beneficio de otros temas que parecían más acuciantes. Actualmente, resulta necesario que la familia vuelva a concitar el interés de los científicos sociales de la región. Además de los importantes cambios sociodemográficos experimentados en las últimas décadas, Internet -y la así llamada sociedad de la información- ha introducido profundas modificaciones en las rutinas cotidianas de millones de hogares.

¿Cómo afectará las relaciones familiares cara a cara la progresiva pérdida de contacto con la experiencia real que caracteriza el uso de Internet? ¿La era digital, tendrá implicancias significativas en la manera misma de concebir y desarrollar la vida familiar? ¿Es posible pensar una familia que no sea ya generadora de vínculos? El trabajo se orienta a la consideración de estas problemáticas.

Family relationships in the Internet Era: towards where?

ABSTRACT

From Comte and Durkheim onwards, the family was considered a highly relevant element for the understanding –as well as for the functioning- of the social structure as a whole. The scientific research during the XIX century so much so as the later ones, consider it as a key element for the coordination between individual and society, a significantly effective instance in the maintenance of the social link.

In the XIX century the “family issue” got structured due to the intense preoccupation for the rupture of community bonds rooted in the deep changes brought about by the industrial revolution. Today we find ourselves in a situation which presents numerous issues in common with that one.

A few years ago the CEPAL stated that research work about the family in Latin America had been laid aside to give priority to other subjects which seemed to be more urging. At present, it is necessary to stir up the region social scientists’ interest in the family. Besides the important sociodemographic changes in the last decades the Internet and the so called “information society”, has introduced deep alterations in the daily routines of millions of homes.

How will family relationships be affected in the face of the progressive loss of contact with actual experience which is the outstanding feature in the use of Internet?. Will the digital era have significant implications in the very way to conceive and develop family life? Is it possible to imagine a family which is no longer a link generator? The work is oriented towards the consideration of these issues.

1. Introducción

La familia ha ocupado tradicionalmente, ya desde la época de los padres fundadores, un lugar destacado en las preocupaciones teóricas y de investigación de los cientistas sociales. Desde Comte y Durkheim en adelante, la familia fue considerada un elemento sumamente relevante para la comprensión, así como para el funcionamiento del conjunto de la estructura social. De hecho, estos autores se dedican a analizar la familia motivados por su interés de estudiar la sociedad. Los trabajos científicos del siglo XIX, así como los posteriores, consideran a la familia un elemento clave de coordinación entre individuo y sociedad, una instancia de significativa eficacia en el mantenimiento del vínculo social (Cicchelli-Pugeault y Cichelli, 1999).

Comte (1852) considera que la sociedad humana está compuesta por familias y no por individuos. Por ello, sostiene que la familia constituye “el verdadero elemento sociológico”, la “célula social” natural, si bien reconoce la existencia de interconexiones e influencias recíprocas entre familia y sociedad. En su concepción, organización social y organización familiar se encuentran íntimamente ligadas, pero es la segunda la que permite estudiar y comprender a la primera. Es decir, para Comte, si bien la familia no constituye la meta del análisis sociológico, permite estudiar y comprender la organización social en su conjunto; es la única unidad de observación que resulta pertinente.

Durkheim, por su parte, asigna un particular interés a la sociología de la familia, considerando que ésta constituye la “especie social” más antigua y más “simple”. Propone examinar los tipos familiares “con la curiosidad natural que el naturalista o el físico ponen en sus investigaciones”, respetando la “naturaleza de las cosas” (1888). Así, a través del ejemplo de la familia Durkheim comienza a ilustrar la metodología que luego propondrá para abordar el hecho social, es decir, el objeto de estudio que asignará a la naciente sociología (1895). Atribuye también gran importancia a las relaciones que la familia mantiene con el medio social que le da cabida, haciendo claro hincapié en las fuerzas de estructuración externas que pesan sobre ella, es decir, en su definición social. En particular, destaca su relación con el Estado, considerando a éste como expresión del nexo entre el mundo de lo doméstico y la esfera de lo social.

La atención brindada por estos autores a la familia como tema de estudio, no debe resultarnos -por cierto- sorprendente. Los sociólogos del siglo XIX desarrollan su obra en medio de un clima generalizado de profunda preocupación frente al riesgo de ruptura de los vínculos comunitarios. La sociedad del siglo XIX es una sociedad en crisis, donde profundos cambios están afectando al conjunto social. La revolución industrial ha llevado a una dramática reorganización del mundo del trabajo, el cual ha experimentado el impacto de la incorporación de nuevas tecnologías. Se ha producido – además- un importante crecimiento de los centros urbanos, acompañado de un mayor aislamiento de los individuos y del deterioro en las condiciones de vida. En este contexto, un ámbito que aparece particularmente amenazado es el de la familia. Es en medio de este “clima social” que se instala con fuerza la reflexión sobre la cuestión familiar; la misma está fuertemente signada por la preocupación más amplia respecto del vínculo social mismo (Cicchelli-Pugeault y Cichelli, 1999).

Actualmente, parece obvio el paralelo que podemos establecer con algunas de las cuestiones que caracterizaron aquélla crisis. Nuevamente el desarrollo tecnológico juega un papel sumamente relevante. Al respecto, Manuel Castells, en su libro “La ciudad informacional” (1995) no duda en calificar a la actual revolución tecnológica como un “punto de inflexión en la historia”. Específicamente haciendo referencia a los desarrollos tecnológicos materializados en Internet, resulta hoy sumamente impactante observar la forma, rapidez y profundidad con que la red de redes está modificando la vida cotidiana de millones de seres en todo el mundo. Como dice Castells (1996), está “alterando fundamentalmente el modo en que nacemos, vivimos, aprendemos, trabajamos, producimos, consumimos, soñamos, peleamos o morimos.” Uno de los aspectos que resultan más interesantes del fenómeno Internet es, precisamente, que su impacto no se circunscribe -como en el caso de muchos otros extraordinarios desarrollos tecnológicos- a un área más o menos acotada de aplicaciones e impactos, sino por el contrario, sus efectos pueden rastrearse, hoy, en un sinnúmero de realidades humanas. Las nuevas tecnologías de información y comunicación (TICs) parecen plantear un horizonte de profundas modificaciones, incluso en cuestiones tales como la forma misma de experimentar o percibir el mundo, de pensarlo o conceptualizarlo. Parecen potencialmente capaces de establecer cambios significativos, incluso en las modalidades más íntimas de interrelación humana. Y todo permite indicar que recién nos encontramos en los albores de estos cambios.

La notable expansión de la red telemática y el creciente número de horas que diariamente, los individuos de la sociedad de la información pasan frente a la pantalla, está generando la aparición de nuevos fenómenos psicológicos y vinculares. En este sentido, cabe también observar las profundas modificaciones que Internet está introduciendo en la dinámica de las rutinas cotidianas de millones de hogares. El teletrabajo, la educación permanente, la posibilidad de entretenimiento y el desarrollo de una intensa vida social desde el propio hogar mediante la utilización de Internet, están configurando un escenario nuevo, cuyos alcances en la configuración psicológica de las personas y, concomitantemente, en las características que asume el entramado de los vínculos familiares, recién pueden comenzar a ser hipotetizados.

Las investigaciones realizadas hasta la fecha, tanto como los desarrollos teóricos vinculados a la problemática de Internet, recién están comenzando a plantear estos temas. El presente trabajo pretende aportar a la reflexión sobre los mismos.

2. Transformaciones culturales y relaciones interpersonales

Cuando hablamos de Internet estamos hablando, sin duda, de un hecho científico-tecnológico, pero también de un hecho cultural. Esta última será

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