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Introducción preliminar a los conceptos fundamentales de la interacción humana


Enviado por   •  3 de Febrero de 2017  •  Apuntes  •  7.983 Palabras (32 Páginas)  •  257 Visitas

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Introducción preliminar a los conceptos fundamentales de la interacción humana

[pic 2]

Proemio

La historia humana reciente es muy rica, ya que en muy poco tiempo el “hombre” alcanzó todos los rincones del planeta tierra y se animó a explorar el espacio.

La imagen que se aprecia a continuación da cuenta, bajo la forma de un reloj, el tiempo que pasó desde la formación de nuestro planeta, hasta la irrupción del ser humano:

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Cómo se puede apreciar, el ser humano moderno habría, en términos horarios comparativos, aparecido en el último segundo antes de la medianoche, mientras que los dinosaurios habrían existido sobre la tierra durante una hora.

Nuestro género Homo, y especie Sapiens, es parte de una amplia familia que se fue reduciendo hasta quedar sólo los Homo Sapiens.

Hace 2.000.000 de años convivían sobre la tierra, los Homo Sapiens (África del sur), Homo Neanderthal (Europa y Asia Occidental), Homo Erectus (parte de Asia), Homo Soloensis (Sur de Asia), Homo Rudolfensis (África oriental).

[pic 4]

Es decir que no existe una descendencia directa, lineal; y durante dos millones de años convivieron distintas especies hasta que, hace aproximadamente unos 50.000 años, sólo quedamos “nosotros” (Homo Sapiens). No se conocen las causas definitivas de la extinción de las otras especies y podrían ser varias: enfrentamientos tribales, enfermedades, falta de adaptación, etc., sin embargo los Homo Sapiens lo que sí se estima, es que desarrollaron mejores tecnologías para sobrevivir y habilidades sociales superiores que ayudaron en su multiplicación y expansión.

Posteriormente, los Homo Sapiens primero fueron cazadores – recolectores hasta que controlaron la agricultura, dando inicio así al comienzo de las grandes concentraciones humanas. Hace 3.000 años aparecieron las primeras civilizaciones más importantes (en Oriente próximo: Egipto, Asiria, Babilonia).

Luego, la historia humana fue volviéndose cada vez más compleja y rica, y podría decirse que hoy se encuentra en un veloz proceso de cambio y aprendizaje.

El gráfico que a continuación se reproduce da cuenta de ello:

[pic 5]

En el mismo, se aprecia que, desde que hay registros más confiables, en los países occidentales europeos durante mil años no existieron grandes cambios en el nivel de vida de las personas, pero a partir del 1600 a 1700, después de la “revolución científica” de las ideas y las máquinas, el despegue económico fue exponencial.

En los próximos 300 años, los avances fueron ininterrumpidos y el mejoramiento del bienestar también. Física, química, medicina, biología, sociología, una amplia variedad de conocimientos que impulsaron un constante avance y crecimiento socio – económico.

Hoy, si bien es sólo un momento en la historia humana de los últimos 100.000 años, el ascendente progreso es inevitable e incierto, pero promisorio: nanotecnología, biotecnología, génetica, robótica. Es una incógnita cuál será el destino de la humanidad.

  1. Introducción

El hombre no se desenvuelve en un ambiente aislado, libre de relaciones; sino todo lo contrario, lo que hace rica la vida en sociedad es la multiplicidad de interacciones diarias que los hombres establecen en su quehacer.

El hombre desde la antigüedad erigió poblados, ciudades y culturas que manifestaban la diversidad, aún hoy en la denominada era de la Globalización, o de la Aldea Global, el hombre establece relaciones disímiles entre sus pares.

Y esta complejidad o diversidad se da porque los hombres compartimos los rasgos biológicos (expresados en nuestro ADN) pero abordamos las relaciones sociales con criterios subjetivamente[1] diversos, estableciendo valores propios que debemos, de alguna forma, acordar para poder vivir en sociedad.

Cada subjetividad es diferente y así entendemos al mundo, por ello se realizan ingentes esfuerzos por “homogeneizar” nuestro vocabulario común, la forma en que entendemos la acción de otros hombres.

De esta forma, se originaron las lenguas y los gestos, aunque también se dio forma a otras estructuras complejas que encauzan las relaciones, estas son las distintas organizaciones que envuelven el accionar del hombre en la sociedad.

El ser humano “actúa” desde su propia perspectiva, mientras que el mundo físico y biológico “reacciona” ante determinadas causas.

El hombre, como ya se verá, “actúa” para relacionarse con otros seres semejantes y proveerse de todo lo que precisa para incrementar su bienestar.

Una de las formas de interacción más frecuente, es organizarse en sociedad, para satisfacer necesidades de las más variadas, esto es, materiales, morales e incluso psíquicas. Distintas raíces disciplinares del pensamiento de las ciencias sociales abordaron este tema.

Reflexionando nuevamente:

¿Somos todos iguales?

¿Por qué nos juntamos los seres humanos en sociedad?

 ¿Es ineludible vivir en sociedad?

¿Qué nos da la sociedad que solos no podemos satisfacer?

Todas estas ramas del conocimiento emergieron tras el eclipse del mundo feudal – religioso, a partir de la necesidad del hombre de querer comprender el mundo en el que vivía, más allá de la religión.

El ser humano se reúne en sociedad y gracias a la cooperación encuentra la manera de hacer más asequible la vida. El intercambio, no sólo material, ayuda al hombre a sobrellevar la difícil situación de ser sumamente vulnerable desde temprana edad.

Por consiguiente, es posible afirmar que el hombre es un ser netamente social, entre muchos motivos porque:

  • carece de instintos: no existe en el hombre un proceder determinado, fijo, o establecido que permita fundar una relación “causa – efecto” en su accionar;
  • es comunicativo y creativo: rasgo “social” llevó al hombre a desarrollar un complejo lenguaje abstracto que determina un vasto entramado interpersonal, así como ideas con sentido propio (libertad, amor, Pi, triángulo, etc.);
  • es económico: la escasez de los recursos determinó una cada vez mayor cooperación social para satisfacer necesidades que se acrecientan constantemente;
  • es político: las relaciones entre los hombres no se establecen genética o naturalmente, sino que existe una permanente disputa por el poder;
  • es normativo: establece normas de convivencia que nada tienen que ver con algún tipo de “orden natural o genético”.

Desde la antigüedad se reconocen estos rasgos humanos que conforman la sociedad, Aristóteles en siglo IV antes de Cristo indicaba que el “hombre es un ser político” porque vivía en sociedad, es decir en la Polis (las ciudades griegas que nucleaba, para ellos, el centro civilizado de la época).

En el año 1.300 después de Cristo, Santo Tomás de Aquino rescata la precedente noción aristotélica y la enriquece diciendo que “el hombre es un ser político y social”.

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