JOSE GERVASIO ARTIGAS
Enviado por MILYPAO • 17 de Mayo de 2013 • 6.133 Palabras (25 Páginas) • 522 Visitas
José Gervasio Artigas Arnal (Montevideo, Gobernación de Montevideo, Virreinato del Perú, 19 de junio de 1764 - Quinta Ybyray de Asunción del Paraguay, 23 de septiembre de 1850) fue un militar, estadista y máximo prócer uruguayo.1 2 Recibió los títulos de «Jefe de los Orientales» y de «Protector de los Pueblos Libres». Fue uno de los más importantes estadistas de la Revolución del Río de la Plata, por lo que es honrado también en la Argentina por su contribución a la independencia y, con vicisitudes, la federalización del país.3
Índice [ocultar]
1 Perfil
2 De 1764 a 1810: la formación
3 De 1810 a 1820: la etapa revolucionaria
3.1 Estalla el proceso de la Independencia Hispanoamericana
3.2 El éxodo del pueblo oriental
3.3 Las instrucciones para la Asamblea del año 1813
3.4 La Liga Federal
3.5 La invasión luso-brasileña y la guerra contra los unitarios
3.6 Conflicto con Ramírez
3.7 De 1820 a 1850: el exilio en Paraguay
4 Destino de sus restos
5 Legado
6 Homenajes
7 Referencias
8 Bibliografía
9 Véase también
10 Enlaces externos
Perfil
Artigas tuvo una actuación destacada en las luchas independentistas y en el predominio de las ideas republicanas y democráticas sobre las monárquicas. Luchó sucesivamente contra el Imperio español y el Reino Unido de Portugal, Brasil y Algarve y contra los unitarios instalados en Buenos Aires y Montevideo.
Artigas era oriental, entendiéndose como tal al nacido en la Banda Oriental, compuesta por lo que actualmente es Uruguay y por parte del actual estado brasileño de Río Grande del Sur. De manera directa, sus luchas se orientaron a la conformación de la Liga Federal, organizada estrictamente sobre los principios del federalismo y la república. A la Liga Federal se unieron, además de la Provincia Oriental, las provincias de Córdoba, Corrientes, Entre Ríos, Santa Fe y los pueblos de Misiones bajo el control de Andrés Guazurary, todas ellas parte actual de la República Argentina, por entonces Provincias Unidas del Río de la Plata.
Su férrea defensa de la autonomía federal de las provincias contribuyó de manera indirecta a la independencia de España de los territorios que conformaron la Liga Federal. La Provincia Oriental se terminaría independizando de España en 1815. En 1828, al concluir la Guerra del Brasil, parte de la Provincia Oriental - el norte se mantuvo en poder brasileño - se transformó en un Estado autónomo separado del resto de las provincias y luego independiente, el Estado Oriental del Uruguay, cuando Artigas ya se encontraba en su largo exilio en Paraguay, país donde murió. Es decir que Artigas jamás consideró a la Banda Oriental como país independiente, ni nunca la llamó Uruguay.
De 1764 a 1810: la formación
José Gervasio Artigas fue hijo de Martín José Artigas Carrasco y de Francisca Antonia Arnal Rodríguez, según la partida que luce al folio 209 del Libro Primero de Bautismos de la Catedral de Montevideo. Pese a que siempre firmó como José Artigas, su segundo nombre Gervasio se usa mayoritariamente en la literatura y el público en general. Su abuelo, Juan Antonio Artigas Ordobas (oriundo de la localidad aragonesa de Puebla de Albortón) y su abuela Ignacia Xaviera Carrasco y Melo-Coutiño, habían sido de los primeros pobladores de la ciudad. Sus abuelos vinieron de Zaragoza, Buenos Aires y Tenerife (Islas Canarias). Formaba parte de una de las familias más acaudaladas de Montevideo. Su padre era propietario de campos y fue el primer capitán de milicias, desempeñando el cargo de Oficial Real.
Fue el tercer hijo de los seis que tuvieron sus padres. Sus hermanos fueron: Martina Antonia, José Nicolás, Manuel Francisco, Pedro Ángel y Cornelio Cipriano. Los dos últimos fallecieron antes de 1806.4
Ocho años después de su bautismo, José Artigas, junto con varios de sus hermanos y su propio padre, recibió el sacramento de la confirmación, el 24 de diciembre de 1772, en la estanzuela de Melchor de Viana, siendo padrinos éste y su esposa, Rita Pérez.
Artigas pasó estos primeros años en la ciudad y en la chacra de su padre, ubicada junto al arroyo Carrasco. Recibió en su niñez la mejor educación que en la época se podía dar en su ciudad, la cual consistía en la enseñanza primaria, impartida por los padres franciscanos del convento de San Bernardino.
Según consignó en sus memorias el general Nicolás de Vedia, prefirió dedicarse a las tareas rurales. A los doce años se trasladó al campo, en tierras pertenecientes a su familia. Observando a los habitantes del lugar -entre ellos, los gauchos- se hizo ágil en el manejo de las armas y del caballo.
En 1778 su nombre aparece registrado al ingresar en la Cofradía del Santísimo Rosario. Luego se abre una época indocumentada en la vida del héroe, de la que apenas se poseen algunas noticias. En sus "Apuntes biográficos sobre don José Artigas", el citado general Vedia, expresa:
Don José Artigas era un muchacho travieso e inquieto y propuesto a sólo usar de su voluntad; sus padres tenían establecimientos de campaña y de uno de estos desapareció a la edad como de 14 años y ya no paraba en sus estancias, sino una que otra vez, ocultándose a la vista de sus padres. Correr alegremente los campos, changuear y comprar en éstos ganados mayores y caballadas, para irlos a vender a la frontera del Brasil portugués, algunas veces contrabandear cueros secos, y siempre haciendo la primera figura entre los muchos compañeros, eran sus entretenimientos habituales".
La documentación glosada prueba que Artigas, como hijo de su tiempo, como morador de la pradera oriental, participó en faenas clandestinas y en el trajín del contrabando, en la zona norte de la Banda Oriental, durante los años de su mocedad. Vuelve Vedia a mencionarlo en sus "Apuntes”:
"Se habían pasado cosa de dieciséis a dieciocho años, cuando después abrazó su carrera de vida suelta, lo vi por primera vez en una estancia, a orillas del Bacacay, circundado de muchos mozos alucinados que acababan de llegar con una crecida porción de animales a vender. Esto fue a principios del año 93, en la estancia de un hacendado rico, llamado el capitán Sebastián".
La historia clásica del período de la "reivindicación", negó siempre el aserto, aduciendo, por lo menos, inocuidad de las probanzas. Lorenzo Barbagelata, por ejemplo, la vincula a las acusaciones, interesadas y falsarias, del libelo de Cavia. Eduardo Acevedo, aunque explica largamente el carácter del contrabando como "ley de la época" y cita la unánime opinión al respecto de historiadores del más diverso origen, concluye
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