John Dalton
Enviado por DanaCaballero25 • 7 de Mayo de 2014 • 1.716 Palabras (7 Páginas) • 313 Visitas
4)¿Que características agro-industriales presenta y desarrolla el circuito olivícola?
CARACTERIZACION DE LA OLIVICULTURA AGRICOLA EN ARGENTINA
Al realizar una análisis de la olivicultura Argentina, es posible efectuar un corte en la década de los 90, produciéndose cambios sustanciales a partir de esa fecha.
HASTA LA DÉCADA DE LOS 90
El comercio era altamente dependiente de los productos españoles coexistiendo una demanda en aumento y una producción nacional casi inexistente.
A principios del siglo XX los conflictos económicos – políticos en la península Ibérica dificultaron el comercio. Ante esta situación el Gobierno Nacional comenzó a fomentar el cultivo del olivo en distintas regiones del país.
En 1965 Argentina contaba con 50.000has. implantadas, con un total de cinco millones de plantas de variedades aceiteras, aceituneras y doble propósito. Pero este desarrollo del cultivo no fue acompañado por una política de asistencia y capacitación de los productores, lo que provocó que muchas plantaciones fueran abandonadas.
El aumento de los precios internacionales de aceite de oliva, la reducción sostenida de la producción en la cuenca del Mediterráneo, el compromiso de reducir los subsidios de la UE y la posibilidad de aplicar la ley de diferimiento impositivo, ubicaron al olivo en una situación de privilegio dentro de las alternativas productivas.
A PARTIR DE LA DÉCADA DE LOS 90
A comienzos de los 90 existían en Argentina 29.500 has. distribuidas principalmente en Mendoza, San Juan y Córdoba.
Con alrededor de 3 millones de plantas, la producción nacional promedio rondaba las 140.000 ton. de aceitunas que se distribuían en iguales proporciones entre las industrias de conserva y la aceitera. de oliva y el 40 % de la aceituna de mesa. La aplicación de la Ley de Diferimiento Impositivo provocó un desplazamiento de las áreas productivas, al ingresar en el circuito los valles áridos de La Rioja, Catamarca y San Juan.
Para las nuevas plantaciones se solicitaron variedades productoras de aceites requeridos por los mercados internacionales, lo que generó una gran demanda de plantines que los viveros nacionales no pudieron satisfacer, en especial porque las variedades solicitadas no se habían plantado hasta el momento en nuestro país.
Se importaron plantines desde los principales viveros del mundo. A partir de 1994 comenzaron a ingresar grandes cantidades de plantas, alcanzando el pico en 1997 con 12 millones de plantines procedentes de España, Italia, Israel y Estados Unidos, entre otros orígenes.
En la primera etapa se importaron más de treinta variedades diferentes, pero después se notó cierta preferencia hacia las que son internacionalmente conocidas por la calidad de
sus aceites. Esta tendencia favoreció la presencia de Arbequina, Frantoio, Leccino y Picual.
Los viveros aumentaron la oferta en variedades y cantidad a partir de 1997 lo que provocó que la importación de material genético disminuya sustancialmente. Se observa una concentración productiva de la nueva olivicultura en torno a pocas variedades: Arbequina y Manzanilla (de la cual el 50% corresponde al tipo Manzanilla aceitera). Entre las restantes son de destacar Coratina, Barnea y Frantoio, dependiendo de la región considerada. La concentración en torno de cinco o seis variedades brindará a
nuestro país una masa crítica de aceites varietales de excelente calidad que le permitirá a las empresas insertarse en un mercado cada vez más exigente.
La incorporación de nuevo material genético fue acompañada por la adopción de tecnología acorde en prácticas de plantado, cultivo, conducción, fertilización y riego. El resultado son plantaciones de alta densidad (330 plantas/ha) en bloques monovarietales, con plantas conducidas a un tallo, regadas con sistemas de goteo y fertirrigación. En todos los casos se buscó facilitar las labores de cultivo, en especial la cosecha mecánica.
La mejora de los viveros nacionales permitió la exportación de plantas selectas de olivo a países limítrofes.
Hacia fines de 1998, había en el país un total de 71.000 has. Comprometidas a plantar con olivos, de las cuales el 70% correspondían a variedades aceiteras y doble propósito y el 30% a variedades de conserva.
En el período comprendido entre 1992 y 2003 la superficie olivarera creció en más de 50.000 has., lo que representaría aproximadamente 14.000.000 plantas de olivo, correspondiendo un 65% a plantaciones con destino a aceite de oliva.
Se estima que la superficie seguirá creciendo hasta alcanzar las 60.000 has. de olivares modernos, manteniendo la misma proporción entre los destinos industriales.
Si se considera la superficie tradicional y la que entraría al circuito productivo en el año 2010, Argentina contaría con un total de 112.720 has con olivos, de las cuales mas de 60.000 corresponderían a plantaciones de alta densidad con avanzadas técnicas de cultivo.
SECTOR INDUSTRIAL:
En la actualidad, alrededor del 85% de la capacidad de procesamiento de la industria oleícola se encuentra en la región de Nuevo
Cuyo, en donde lidera Mendoza con el 37%, seguida por La Rioja y San
Juan, con participaciones del orden del 23% y del 25% en cada caso. La
ampliación a la fase industrial de los nuevos emprendimientos está
cambiando este panorama.
En Mendoza se encuentran registradas alrededor de 118 empresas olivícolas, las cuales están distribuidas principalmente en el Gran
Mendoza (53%) y en zona Este (38%) y, con una participación menor, en
las zonas Norte (4%) y Sur (5%). Dentro de las empresas aceiteras, 10
tienen una capacidad por encima de las 300 toneladas6 y
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