LA CIENCIA, SU METODO Y SU FILOSOFIA
Enviado por mefiboset • 30 de Marzo de 2012 • 359 Palabras (2 Páginas) • 562 Visitas
1. La ciencia, conocimiento verificable
En su deliciosa biografía del Dante (ca. 1360), Boccaccio1 expuso su opinión —que no viene
al caso— acerca del origen de la palabra "poesía" concluyendo con este comentario: "otros
lo atribuyen a razones diferentes, acaso aceptables; pero ésta me gusta más". El novelista
aplicaba, al conocimiento acerca de la poesía y de su nombre el mismo criterio que podría
apreciarse para apreciar la poesía misma: el gusto. Confundía así valores situados en niveles
diferentes: el estético, perteneciente a la esfera de la sensibilidad, y el gnoseológico, que no
obstante estar enraizado en la sensibilidad está enriquecido con una cualidad emergente: la
razón.
Semejante confusión no es exclusiva de poetas: incluso Hume, en una obra célebre por su
crítica mortífera de varios dogmas tradicionales escogió el gusto como criterio de verdad. En
su Treatise of Human Nature (1739) puede leerse2: "No es sólo en poesía y en música que
debemos seguir nuestro gusto, sino también en la filosofía (que en aquella época incluía
también a la ciencia). Cuando estoy convencido de algún principio, no es sino una idea que
me golpea (strikes) con mayor fuerza. Cuando prefiero un conjunto de argumentos por sobre
otros, no hago sino decidir, sobre la base de mi sentimiento, acerca de la superioridad de su
influencia". El subjetivismo era así la playa en que desembarcaba la teoría psicologista de las
"ideas" inaugurada por el empirismo de Locke.
El recurso al gusto no era, por supuesto, peor que el argumento de autoridad, criterio de
verdad que ha mantenido enjaulado al pensamiento durante tanto tiempo y con tanta eficacia.
Desgraciadamente, la mayoría de la gente, y hasta la mayoría de los filósofos, aún creen —u
obran como si creyeran— que la manera correcta de decir el valor de verdad de un enunciado
es someterlo a la prueba de algún texto: es decir verificar si es compatible con (o deducible
de) frases más o menos célebres tenidas por verdades eternas, o sea, principios infalibles de
alguna escuela de pensamiento. En efecto, son demasiados los argumentos filosóficos que
se ajustan al siguiente molde: "X está equivocado, porque lo que dice contradice lo que
escribió el maestro Y", o bien "el X-ismo es falso porque sus tesis son incompatibles con las
proposiciones fundamentales de Y-ismo". Los dogmáticos —antiguos y modernos fuera y
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