LAS MATEMÁTICAS Y LA REALIDAD. LA UTILIZACIÓN DEL ENTORNO COMO RECURSO DIDÁCTICO.

“Ya desde la Prehistoria, cada sociedad se ha enfrentado a situaciones problemáticas y ha ido encontrando diferentes métodos para resolverlas, de acuerdo con los medios de que se disponía en ese momento.” Numerosos matemáticos coinciden en que el estudio de las matemáticas surgió de la necesidad de resolver problemas con cálculos aritméticos y geométricos en un inicio, y que luego el estudio evolucionó hasta convertirse en una ciencia formal. De ahí que se considere que la matemática en sí no es un objeto de estudio apartado del contexto, sino un producto meramente originado de la realidad.

Esto supone para la educación en matemática una necesidad inminente de hacer volver a la matemática como un objeto de estudio a ser la herramienta para el estudio del entorno por medio de la resolución de problemas que demanden la habilidad en el manejo y aplicación de principios, teoremas y en general, lo teórico de la matemática, para darle sentido a su estudio. Las grandes falencias en el aprendizaje de la matemática en Tercer Ciclo y Bachillerato en nuestro país, se deben en gran parte a la desmotivación de los estudiantes por aprender dicha ciencia ya que se encuentran en una edad crucial donde les interesa sólo lo que necesitan y lo que les produce placer, es una gran tarea hacer que el aprendizaje y aplicación de la matemática les produzca dicho placer.

Según Kolmogorov (1980) “A pesar de la abstracción de la matemática, sus conceptos y resultados tienen su origen en el mundo real y encuentran muchas y diversas aplicaciones en otras ciencias, en ingeniería y en todos los aspectos prácticos de la vida diaria”. En efecto, no podemos afirmar que el contexto en el que se dio origen a la matemática clásica es el mismo contexto de nuestro país y época, pero es indudable que sí es entendible y aplicable en todo momento. Lo que es verdaderamente un reto, es tomar los conocimientos matemáticos de la actualidad que son muy abstractos y empezar a descomponerlos hasta encontrar su origen concreto.

Para Kline (1986) “Presentar las matemáticas como generadas por sí mismas, no sólo supone una negación de la historia, sino que oculta sus conexiones vitales con otras ramas del conocimiento.” En nuestras escuelas es común escuchar de los jóvenes estudiantes comentarios como “¿Para qué me va a servir eso a mí más adelante?”, “La matemática será innecesaria para mí”, “Voy a estudiar algo que no tenga nada que ver con matemáticas” y demás… Y por correctos o convincentes que sean los argumentos o respuestas que el profesor de matemáticas dé a estos comentarios, el alumno jamás estará convencido de la utilidad y universalidad de nuestra ciencia si nadie le enseñó ‘Matemáticas para la vida’.

Partiendo de que en la educación inicial y básica en nuestro país hay educandos que no comprenden ni aceptan la necesidad de aprender matemáticas, se empieza a generar contradicciones en los estudiantes y apatía hacia la ciencia. Naturalmente, al llegar a niveles superiores, cuando profesores especialistas en matemática

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