LOS PICTES
Enviado por robertalme • 24 de Septiembre de 2013 • 5.262 Palabras (22 Páginas) • 237 Visitas
Ética
Unidad I. Introducción a la Ética
1.1 Los Seres Humanos
Los seres humanos, al nacer, están mucho menos preparados para la vida que los demás animales. Nos
falta el revestimiento de pelo y por tanto la protección natural contra la intemperie; faltan los órganos
naturales de ataque y una formación corporal apropiado para la huida; el hombre es superado por la
mayoría de los animales en la agudeza de los sentidos; tiene una carencia, mortalmente peligrosa para
su vida, de auténticos instintos y durante toda su época de lactancia y niñez está sometido a una
necesidad de protección incomparablemente prolongada.
Según estos datos, es evidente que el hombre, tan mal dotado biológicamente ya hace mucho que
hubiera debido perecer. Sin embargo, ha sucedido lo contrario: ha dominado la naturaleza ha sometido
a los animales y se ha constituido en señor de ellos. ¿Cómo explicar este hecho? ¿Qué hay en el
hombre que a pesar de sus graves deficiencias biológicas le permite ser el rey de la creación?
Como el hombre nace como un ser indigente, tiene que recurrir continuamente a una praxis de
autodefensa, de autoformación y de autosuperación.
El mundo animal está programado desde su primera célula y cumplirá el destino, inexorablemente
guiado por los instintos y las circunstancias. El mundo del hombre nunca está terminado.
Así, según nuestras costumbres y comportamiento, vamos construyendo nuestra “manera de ser” a lo
largo de nuestra vida. Porque la vida humana es un proyecto, es decir, no está previamente
determinada ni definida por algo o alguien ajeno al sujeto que vive. La vida es, pues, un constante
“quehacerse”. Y la moral tiene que ver con ese "quehacer", que está compuesto de actos, hábitos y
costumbres y que tiene que ver con proyectos, fines y normas o códigos que orientan de alguna
manera nuestra vida.
Cuando hablamos de “moral como estructura”, hablamos de la inevitabilidad de ese “quehacerse”,
dada la indeterminación biológica de los seres humanos. Cuando hablamos de “moral como
estructura”, pretendemos responder a la pregunta “¿Por qué hay moral?” Xavier Zubiri1 reflexionó
sobre esta cuestión. En el comportamiento animal predominan las respuestas innatas. Por eso, los
animales tienen respuestas “específicas” perfectamente adecuadas a los estímulos del medio. Ejemplos
de tales respuestas son: coleccionar y almacenar nueces (las ardillas); construir pequeñas presas (las
nutrias); la danza de las abejas para indicar a sus congéneres dónde hay flores; el tejer telarañas; las
columnas de hormigas; el nadar de los perros.
Los seres humanos, en cambio, carecemos de comportamientos instintivos (lo más cercano al instinto,
en los seres humanos, son los reflejos). Quedamos, pues, en suspenso ante los estímulos del medio,
"libres-de" ellos (primera dimensión de libertad). Son nuestra plasticidad cerebral y la aparición de la
"inteligencia" las que nos permiten la adaptación al medio y, por tanto, la continuidad de la especie.
"Inteligencia" significa aquí que los seres humanos, para subsistir biológicamente, necesitamos
"hacernos cargo" de la situación, esto es, responsabilizarnos de y con las cosas y con nosotros mismos
como "realidad", y no meramente como estímulos. En el comportamiento humano, las respuestas son
inespecíficas. Los seres humanos, a diferencia del resto de animales, tenemos que considerar la
realidad antes de ejecutar un acto. Esto significa que nos movemos en el ámbito de la posibilidad y de
1 Xabier Zubiri Apalátegui, (San Sebastián, 4 de diciembre de 1898 -Madrid, 21 de septiembre de 1983) fue un filósofo y prologuista
español.
LI. Claudia Verónica Díaz de la Rosa Página 1
Ética
la libertad. Y, a través de la posibilidad y de la libertad, nos abrimos necesariamente al ámbito de las
preferencias, esto es, nos vemos forzados a elegir de entre todas las posibilidades una, de acuerdo con
un determinado sistema de preferencias. He aquí la segunda dimensión de libertad: libertad no sólo de
tener que responder al medio, sino también libertad para preferir según nuestro propio proyecto de
vida.
1.1.1 Relación con su entorno: el hábitat del hombre no adaptación sino transformación
El animal está vinculado a su entorno. Entorno en el que encuentra satisfacción a sus estímulos y eso le
basta. Es verdad que el hombre también busca la satisfacción de lo que se podría considerar sus
instintos pero, al mismo tiempo, se hace cargo de mucho mas, conoce otras muchas realidades y se
interesa por ellas aunque no le sean útiles ni le proporcionen una satisfacción.
Para la ardilla no existe la hormiga que sube por el mismo árbol. Para el hombre no solo existen ambas
sino también las lejanas montañas y las estrellas, cosa que desde el punto de vista biológico es
totalmente superfluo.
El animal capta y conoce una parte del mundo lo que necesita del mundo, y eso es para él "Todo el
mundo". El hombre está abierto a todo el mundo, o mejor, a todo el ser.
1.1.2 El hombre es un yo -sujeto
Esta propiedad entiende al hombre sujeto, y como sujeto, puede
distanciarse del objeto, comprenderlo como objeto, como realidad
distinta del mismo. Más aun, puede pensar y valorar el objeto no sólo
como útil para sí, sino también de manera selectiva o aun desinteresada.
Por eso puede frenar sus instintos, contradecirlo. Y lo que más,
sublimarlos y darles una orientación altruista, por ejemplo.
El hombre es el único ser que puede decir "yo" y ver el mundo como "no
yo" y puede decirlo precisamente cuando, como sujeto, entre en relación
con los objetos mundanos, o con otros sujetos a los que también capta
como realidades distintas de él y con las que, sin embargo, entra o puede
entrar en relación real.
El hombre se remite a sí mismo. Es una experiencia radical que expresamos con el pronombre "yo"
cada uno de nosotros se experimenta como un YO único, singular e irrepetible. Singularizado
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