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La Biotecnologia Al Desnudo


Enviado por   •  3 de Julio de 2014  •  4.649 Palabras (19 Páginas)  •  308 Visitas

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Introducción

No son pocos los problemas éticos que plantean actualmente las diferentes

técnicas de reproducción asistida (TRA) existentes y este abanico de dilemas éticos

parece ampliarse cuando se recibe información sobre los caminos que, con diferentes

intereses, se intentan abrir con posibles futuras vías de experimentación embrionaria.

Desde 1978, año en que se produjo el nacimiento de Louise Brown, la primera

"bebé probeta" como resultado de una fecundación obtenida in vitro, son ya más de

100.000 los nacidos, sólo en EEUU, mediante las diferentes técnicas de reproducción

que han ido surgiendo (FIV, GIFT, DIRGAT, PZD, SUZI, ICSI, etc) siempre en un

intento progresivo de obtener un embarazo al filo de lo imposible en casos de

infertilidad o subfertilidad no solucionables con las técnicas preexistentes. Esta

situación ha propiciado también la aceptación social de métodos de reproducción

artificial ya conocidos, como la inseminación artificial, intraconyugal o mediante

donación de gametos, que anteriormente no gozaban de la misma consideración.

Sin embargo, este balance de lo que cabría considerar como uno más de los

grandes avances tecnológicos de la medicina del siglo XX, se ha visto rodeado de

polémica desde su inicio, debido, entre otras objeciones, a las connotaciones que rodean

el lograr la concepción de nuevas vidas humanas a expensas de provocar la pérdida de

otras en el camino.

En contrapartida, es evidente que el desarrollo de las TRA responde a

motivaciones loables. Estas técnicas ofrecen a muchas parejas la posibilidad de procrear

unos hijos que alteraciones genéticas, congénitas o secundarias a diversas patologías

adquiridas, parecen imposibilitar. Los deseos de paternidad y de maternidad resultan no

sólo comprensibles sino merecedores del más digno reconocimiento, sobre todo si se

pretende ofrecer a ese futuro hijo el contexto afectivo adecuado a su armónico

desarrollo, como es lo habitual. Sin embargo, la reivindicación de ese deseo de procrear

no puede ser considerado como un derecho absoluto desvinculado del respeto a la

dignidad del nuevo ser que se quiere engendrar. El hijo no deberá, en ningún caso, ser

considerado como un posible objeto de mera autoafirmación de los padres. No existen

derechos de los padres sobre los hijos, al igual que no existen derechos de unas

personas sobre otras personas para beneficio propio. Lo que sí existen son deberes de

los padres hacia los hijos, considerados éstos en las legislaciones de los países

desarrollados como individuos desvalidos, fácilmente vulnerables, a los que la sociedad

tiene la obligación de proteger. Este cambio de concepto, considerar el bien potencial

del futuro ser engendrado y no sólo el de los padres, como parte del bien que se quiere

lograr al trabajar en reproducción asistida, es fundamental para entender aspectos

importantes de la valoración ética que conlleva el recurso a estas nuevas tecnologías.

Nuevos desafíos

Mientras que en la época de inicio de las TRA este trabajo parecía involucrar

preferentemente a biólogos y ginecólogos, dejando para el urólogo únicamente el papel

de buscar un posible diagnóstico de infertilidad masculina susceptible de tratamiento

quirúrgico, actualmente la posibilidad de obtención de espermatozoides a nivel

deferencial, epididimario o testicular para ser empleados en técnicas de ICSI posibilita

una mayor implicación de urólogos con dedicación preferencial a la infertilidad en las

nuevas unidades de reproducción asistida. Por otra parte, la biopsia testicular, que antes

únicamente cumplía un papel diagnóstico, ahora permite también la extracción de

espermatozoides incluso en determinados casos de azoospermia secretora, ya que se ha

demostrado que es posible hallar algún área del testículo con una mínima producción

espermática, independientemente de que se trate de un síndrome de sólo células de

Sertoli, un Klinefleter o una detención de la maduración de la espermatogénesis. La

obtención espermática en estos casos se realiza bajo anestesia local, extrayendo uno o

varios fragmentos de pulpa testicular que son depositados en un recipiente conteniendo

el medio de cultivo apropiado. Entre los espermatozoides recuperados se seleccionan

los que poseen una cierta motilidad y forma adecuada para ser inyectados en el óvulo.

Las parejas en las que fracasa este primer ciclo de transferencia pueden conseguir la

gestación en otro ciclo mediante la transferencia de embriones criopreservados o

mediante una nueva ICSI con espermatozoides criopreservados (1).

Esta colaboración por parte de la urología en el proceso de la reproducción

asistida podría ser considerada como una colaboración meramente instrumental,

desvinculada de la intencionalidad y de los resultados del resto del proceso, lo que es

difícil de defender, o ser entendida como parte integrante y constitutiva del proceso en

sí mismo. En el primer caso se hablaría de cooperación material en términos de ética

clásica y en el segundo, de cooperación formal, siendo diferente la responsabilidad que

se le supone al sujeto de la acción según el término desde el que se juzgue.

Esta consideración es claramente relevante ya que no todas las TRA tienen la

misma finalidad, -conseguir proporcionar un hijo a una pareja infértil-, ni utilizan los

mismos medios en su desarrollo técnico, por lo que el juicio ético correspondiente

puede ser absolutamente diferente. Así, no parece lo mismo obtener espermatozoides

para inducir una fecundación en una mujer viuda en edad menopáusica que para lograr

dicha gestación en una pareja infértil. ¿Puede defenderse que sí es lo mismo?, ¿es lícito

cerrar los ojos al destino de los embriones que van a ser implantados?, ¿debe recibir el

mismo juicio ético nuestra cooperación si la finalidad de la fecundación conseguida

resulta ser su implantación en el útero de una mujer que previamente ha acordado donar

el hijo a la madre genética del mismo, con la que está emparentada y la cual, por un

problema uterino, no puede llevar a cabo la gestación?. En este último caso planteado

se podría hablar incluso de responsabilidad legal ya que dicho supuesto, al igual que el

de la maternidad subrogada o “de alquiler”,

...

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