La Evaporación

La Evaporación

En el proceso de evaporación, se elimina el vapor formado por ebullición de una solución líquida de la que se obtiene una solución más concentrada. En la gran mayoría de los casos, la operación unitaria de evaporación se refiere a la eliminación de agua de una solución acuosa. Entre los ejemplos típicos de procesos de evaporación están la concentración de soluciones acuosas de azúcar, cloruro de sodio, hidróxido de sodio, glicerina, leche y jugos.

La evaporación consiste en la adición de calor a una solución para evaporar el disolvente que por lo general es agua. Usualmente el calor es suministrado por condensación de un vapor en contacto con una superficie metálica, con el líquido del otro lado de dicha superficie. El tipo de equipo usado depende tanto de la configuración de la superficie para la transferencia de calor como de los medios utilizados para lograr la agitación o circulación del líquido.

Para determinar las condiciones óptimas de diseño, se debe tener en cuenta una gran cantidad de factores para obtener de esta manera, un equipo que tenga una relación óptima entre rendimiento de evaporación, economía y calidad del producto.

Existen distintos modos de operación de un evaporador:

* De de efecto simple, donde 1 kg de vapor condensado evaporará aproximadamente 1 kg de vapor, siempre y cuando la temperatura de entrada sea cercana a la temperatura de ebullición. Este tipo de equipos son utilizados cuando los requerimientos de capacidad son relativamente pequeños o cuando el costo del vapor es pequeño comparado con el costo del evaporador.

* De efecto múltiple con alimentación hacia adelante, utilizados cuando la temperatura de la alimentación es cercana a la de la ebullición o cuando el producto del último efecto es susceptible a sufrir daño con las altas temperaturas. Las temperaturas de ebullición van descendiendo de efecto en efecto, teniendo el primer efecto mayor presión que el último.

* De efecto múltiple con alimentación hacia atrás, donde la alimentación entra por el último efecto y continúa a contracorriente hasta abandonar el proceso por el primer efecto. Esto es ventajoso cuando la alimentación es fría o muy viscosa, y promueve coeficientes de transferencia de calor razonables. El inconveniente es el uso de bombas para impulsar el líquido, ya que el flujo es de bajas a altas presiones.

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