La Lucha contra la muerte
Enviado por Juan Gaxiola • 1 de Diciembre de 2015 • Apuntes • 594 Palabras (3 Páginas) • 161 Visitas
Capitulo IV
Roberto Koch
La Lucha contra la muerte
En los maravillosos años que se vivieron entre 1860 y 1870. Cuando Pasteur se decidió a rescatar la industria del vinagre, dejaron asombrados a los reyes y pueblos ya que descubrieron las enfermedades causadas por gusanos de seda, un alemán torpe, reservado y bien vestido, cursaba medicina en la universidad de Gotinga. Este joven de llamaba Roberto Koch. Aunque buen estudiante, fantaseaba con cacerías de tigres mientras disecaba cadáveres; estudiaba de memoria los nombres de cientos de huesos y de músculos; pero el gruñido ficticio de las sirenas de los barcos con rumbo a Oriente le hacía dejar de lado aquel idioma, mixtura de latín y de griego.
Koch quería ser buscador, o médico militar, para ganar cruces de Hierro, o, por lo menos, médico de la marina, para tener ocasión de pasar por países remotos; pero después de tomar, en 1886, hubo que entrar como interno en un manicomio, poco atrayente, de Hamburgo; y atareado en atender a los locos furiosos y a los idiotas acabados, era arduo que alcanzaran a sus oídos los ecos de las predicciones de Pasteur acerca de la presencia de seres terribles como los microbios asesinos. Aún seguía oyendo las sirenas de los vapores cuando por las tardes se vagaba por los muelles con Emma Frantz, a la que rogo se casara con él, hablándole de los sentimentales viajes que habían de realizar juntos cerca del mundo. Emma dijo a Roberto quede casarse con él, seria a circunstancia de que dejar de lado todas aquellas ilusiones relativas a una vida viajera y se implantase en Alemania para practicar su profesión, para ser un ciudadano ventajoso a su país.
Koch permitió; el incentivo de cincuenta años de bienestar al lado de la amante esfumo sus alucinaciones de elefantes y países extraños, y se decidió a abrir un consultorio, dando iniciación a lo que fue para él un ejercicio de la Medicina monótono, de poco beneficio, en una serie de triviales pueblos prusianos. En aquella época, mientras Koch trazaba recetas, montaba a caballo para cruzar charcos y pasaba las noches en vela a la cabecera de las mujeres de los aldeanos prusianos, en aguardo de que dieran a luz, Lister comenzaba en Escocia a salvar las vidas de las madres en tal aprieto, evitando toda profanación por los microbios. Los maestros y los alumnos de las facultades de medicina de Europa empezaban a concernir por las teorías de Pasteur y a contender; en varios puntos había hombres cedidos a rudos experimentos; pero Koch estaba casi tan separado del mundo de la ciencia como lo estuviera Leeuwenhoek doscientos años antes, cuando empezó a esculpir lentes en Delf. Parecían que su destino había de ser reanimar enfermos y defender vidas a los dolientes, cosa que, naturalmente, no consiguió en la totalidad de los casos. Emma, su mujer, estaba muy satisfecha con esta acción y se enorgullecía cuando su marido lograba a captar veinte pesos en los días de grande labores.
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