La Moral Del Abogado

LA MORAL DEL ABOGADO

Don Ángel Ossorio, en el capítulo “La Moral del Abogado” describe una especie de conflicto que surge entre la justicia y el sentido de la ética del abogado, y se pregunta cuál es el peso que debe tener la ética y la moral en los profesionales del derecho a la hora de ejercer su oficio.

La gran pregunta que se plantea es: ¿cuál es el papel de la ética en la abogacía? Se considera que algunas profesiones por su naturaleza son intrínsecamente inmorales, y usualmente se piensa que la nuestra, es decir, el derecho, pertenece a este grupo, pero no es así puesto que este oficio es el que debe contar con el más sólido fundamento moral, sin embargo, existen hoy en día muchos abogados se han dedicado a integrar, por su conducta anti ética y deshonesta, parte del grupo corruptor.

Se suele pensar que el abogado debe caracterizarse por su ingenio, y que debe ser un individuo dispuesto y preparado para defender de igual forma los pros y los contras de cualquier asunto o caso que se le plantee, sin embargo, el autor explica, que la Abogacía no debe fundamentarse en el ingenio, sino mas bien en la rectitud de la conciencia, y por consiguiente, todo lo demás estaría en un segundo plano.

En este capítulo, el autor hace destacar más que todo, el criterio que debe tener el abogado en ejercicio

En cuanto a esto, el autor se plantea una interrogante. ¿Puede defenderse un asunto infame?, No debería ser, pero sin generalizar a todo el gremio de abogados, vemos como muchos aceptan la defensa de cuestiones y asuntos que su propia convicción repele, sin embargo, esto sucede y para nadie es un secreto, que sobre todo en nuestro país es el pan de cada día, y podemos ver como hay abogados en quienes puede más el poder del dinero que sus propios principio éticos y morales.

En este capítulo podemos observar como Don Angel Ossorio, plantea seis ejemplos distintos, de circunstancias en las que se ve comprometida y se pone a prueba la moral del abogado, a partir de esto, se puede enunciar lo siguiente:

En primer lugar, la duda sobre la moralidad del negocio, puesto que la responsabilidad es nuestra y nos guiaremos por nuestro criterio. Resultara malo si erramos, pero por lo menos nuestra conciencia estará tranquila.

Segundo, se puede dar el conflicto entre la moral y la ley, lo cual no es muy frecuente, debido a que todo caso debe ser moralmente claro, y si no lo es, es imprescindible que lo resolvamos de acuerdo a lo que marque la moral y pelear en contra de la ley injusta.

Tercero, La causal moral e inmoralidad de los medios inevitables para sostenerla, lo que es muy frecuente, la solución está en servir el fin bueno aunque sea con los medios malos, lo cual resulta admisible, y hasta heroico, porque el abogado compromete su reputación y su nombre utilizando medios censurables para defender la causa justa

Cuarto, La licitud o ilicitud de

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