La Naturalera Que Rico

En el trabajo social podemos identificar distintas formas de intervenir las problemáticas que se presentan dentro de los contextos sociales en los que se ve necesarios la transformación de la realidad y en general de la vida. Cabe destacar que está más que claro que aquellas formas distintas de intervenir no son diferencias abismantes una propuesta de otra, por lo que es posible encontrarse con algunas propuestas con bastante similitud técnica y en la manera de practicarla. Sin embargo la discrepancia que pueda existir lleva a una cosmovisión o un paradigma totalmente distinto para llegar al mismo fin, el cambio social.

Dentro de los pasos de intervención que fueron previamente estudiados, en base a los textos entregados para la lectura y posterior análisis de ellos, se encuentra una etapa del proceso de intervención que me llama bastante la atención y es el que me he cuestionado una cantidad considerable de veces respecto al actuar del trabajador social en este período, es la fase de la evaluación. Puesto que la realidad vista de distintas maneras, es complejo evaluar de una manera uniforme cada caso, e incluso ¿es posible determinar cuál es el periodo idóneo para evaluar una intervención?, tomando en consideración los contextos sociales existentes, las realidades variables y cada detalle que mantiene “en vida” una realidad, y en vida porque es una realidad variable, cambiante y extremadamente compleja dentro de cualquier contexto social que puede hacer experimentar cambios drásticos en

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