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La Naturaleza Y Los Seres Vivos


Enviado por   •  3 de Febrero de 2012  •  2.157 Palabras (9 Páginas)  •  1.234 Visitas

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Ética ambiental

Particularidades y problemas específicos

Resumido del libro Etica ambiental, de Alfredo Marcos Martínez,

publicado por la Universidad de Valladolid en el año 2001.

Durante la segunda mitad del siglo XX, el desarrollo tecnológico y las consecuencias que

éste desencadenó llevaron a diferentes pensadores a centrar su reflexión ética en un

nuevo tema, del que hasta ahora no se habían ocupado de un modo específico: la

naturaleza. Surge así la ética ambiental, cuyo crecimiento y expansión es en nuestros

días incuestionable. La aparición de nuevos problemas y amenazas en la naturaleza

provocados por la acción del hombre ha terminado convirtiendo a esta rama de la ética

en una de las que más atención acapara, tanto por la actualidad de los problemas que

aborda, como por la urgencia de encontrar soluciones teóricas y prácticas a los retos

planteados. Veamos a continuación algunos de los rasgos característicos de la ética

ambiental.

Particularidades de la ética ambiental

Podríamos definir la ética ambiental como la reflexión racional y práctica sobre los

problemas derivados de la relación del hombre con la naturaleza. Partiendo de esta

definición, cabe destacar dos aspectos propios de la ética ambienta:

1. En primer lugar, se debe subrayar que la ética ambiental implica claramente una

redefinición de la ética. Tradicionalmente, la ética había venido ocupándose de

valores y normas propias del ser humano. La pregunta por la felicidad o por la justicia

estaba circunscrita a la acción del hombre, y a su relación con otros hombres. Pensar

que en la naturaleza pueda haber valores morales o plantearse la posibilidad de

establecer normas en la relación entre el hombre y el resto de seres vivos supera

claramente los límites propios de la perspectiva ética tradicional. Piénsese, por

ejemplo, en la conocida crítica de Hume: según la “falacia naturalista”, no podemos

dar el salto del ser al deber ser, con lo que también cabría deducir que en la

naturaleza no es posible encontrar normas, ni valores. La ética era un asunto humano

claramente delimitado, y no podía concebirse que hubiera problemas morales

derivados de nuestra relación con la naturaleza. Por tanto, y esta es una de las notas

definitorias de la ética ambiental, el concepto mismo de ética, su objeto y muchos de

sus conceptos tradicionales, deben ser repensados para amoldarse a las exigencias

de los nuevos problemas planteados.

2. En segundo lugar, y como consecuencia de lo anterior, se replantea necesariamente

el tipo de relación del ser humano con otros seres vivos, y con la naturaleza en

general. Se redescubre así un nuevo espacio de calificación moral: los seres vivos, los

ecosistemas, la naturaleza. La división tradicional entre el sujeto moral y el mundo

comienza a derribarse, de manera que las acciones y decisiones de los seres

humanos respecto a la naturaleza pueden comenzar a recibir una evaluación moral.

Desde la aparición de la ética ambiental, la reflexión no se puede desarrollar de un

modo aislado y conceptual, sino que es necesario fijarse en las relaciones entre el

hombre y su medio. Los conceptos tradicionales de la moral necesitan adaptarse a las

particularidades de la ética ambiental.

Problemas específicos de la ética ambiental

Podemos dividir los problemas de los que se ocupa la ética ambiental en 3 categorías

básicas:

1. Problemas internacionales: son aquellos que se plantean en las relaciones entre

diferentes naciones. Los problemas de la ética ambiental nos obligan a transferir,

gestionar y distribuir riesgos: las consecuencias de un comportamiento irresponsable

de un solo país, pueden ser fatales para todo el planeta. El estado nacional, unidad de

soberanía en el terreno político, se muestra completamente ineficaz cuando los

problemas son transnacionales, cuando van más allá de las fronteras de un

determinado país. Entre estos problemas estarían, por ejemplo, el efecto invernadero,

el calentamiento del planeta, la lluvia ácida, el agujero de la capa de ozono, la

deforestación, accidentes radiactivos… Todos estos problemas nos obligan a buscar

nuevos espacios y órganos políticos desde los que acordar una solución: los países

se han quedado pequeños para solucionar estos problemas y la responsabilidad y

eficacia son asunto de todos. Las dificultades que plantean estas unidades políticas

supranacionales son también importantes: ¿dónde radica su legitimidad? ¿son

realmente equitativas y justas o reflejan las desigualdades existentes en el orden

internacional?

2. Problemas intergeneracionales: son aquellos en los que los intereses de una

generación pueden entrar en conflicto con los de las próximas, o incluso poner en

peligro la existencia de éstas. Parece que todos tenemos conciencia de que el planeta

debe ser legado a las futuras generaciones en las mejores condiciones. Sin embargo,

esto puede ir en detrimento del desarrollo tecnológico y económico de las

generaciones presentes. Es necesario buscar un fundamento para las

responsabilidades frente a las generaciones futuras. Así, Hans Jonas ha formulado el

principio de responsabilidad en los siguientes términos: “Obra de tal manera que no

pongas en peligro las condiciones de la continuidad indefinida de la humanidad en la

tierra.” La primera y más grande obligación del hombre es, entonces, que la vida

humana siga siendo posible, lo que evidentemente requiere la existencia de otras

formas de vida. El problema es que esto no puede convertirse en un argumento para

impedir el acceso a una vida digna de la mayor cantidad de seres humanos de la

generación presente, con lo que se plantea el reparto de riesgos, responsabilidades y

recursos bajo condiciones de justicia e igualdad.

3. Problemas interespecíficos: son aquellos que afectan a la relación del hombre con

otras especies vivas, con los individuos de otras especies, y con la biosfera en su

conjunto, es decir, con seres vivos no humanos. Lo que se discute es si estos seres

tienen también un valor en sí mismo, o solamente tienen valor en la medida que

aportan algo al ser humano (valor utilitario). Reconocer algún tipo de valor a otras

especies nos trae otras cuestiones: ¿debe

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