La agricultura constituye una muy importante fuente no puntual de metales
Enviado por melismarlopez • 5 de Noviembre de 2013 • 3.277 Palabras (14 Páginas) • 417 Visitas
CAPITULO II
MARCO REFERENCIAL
Antecedentes
La agricultura constituye una muy importante fuente no puntual de metales, contribuyen significativamente a su concentración en los suelos en muchas partes del mundo en especial en regiones de agricultura extensiva. Las más importantes fuentes relacionadas con la agricultura se encuentran las siguientes en fertilizantes (Cd, Cr, Mo, Pb, Zn). Lodos de aguas residuales (Cd, Ni, Cu, Pb, Zn y otros). Estiércol (Cu, As, Zn). Compost derivado de Basura (Cd, Cu, Ni, Pb, Zn). Desecantes (As). Pesticidas (Cu, As, Hg, Pb, Mn, Zn). Preservantes de madera (As, Cu, Cr). Corrosión de objetos metalicos (Zn, Cd). Alloway (1995) citado por Calderón y Concha. (s.f).
Es preciso señalar que, en Venezuela los cultivos utilizan usualmente fertilizantes o excremento de animales (cabra, vaca, aves) y en pocos casos se usa el compost (derivado de desechos vegetales) en el manejo de los mismos. De esta manera, estos insumos agrícolas pueden ser fuentes potenciales de metales en cantidades apreciables. Se debe considerar aquellos insumos que acidifican el suelo, como por ejemplo los superfosfatos, ya que esto facilita la movilidad y viabilidad de los metales pesados. Así, los metales pueden llegar a la planta, bien sea del suelo, del agua de riego o del aire, hay que hacer hincapié que, la planta recibe la mayor parte de los nutrientes necesarios para su desarrollo es del suelo. Calderón y Concha. (s.f).
Así mismo, en la solución del suelo se pueden encontrar elementos de todo tipo relacionados con las necesidades de la planta, por tal, encontramos: nutrientes esenciales y nutrientes no esenciales o potencialmente tóxicos. Por ejemplo, el cobre y el zinc son elementos fundamentales para la planta, siendo estos nutrientes menores, mientras que el cadmio, plomo y arsénico son elementos no esenciales y potencialmente tóxicos. Estos, en altas concentración dispuestas en la solución del suelo afectan el desarrollo de la planta, provocando su muerte. Calderón y Concha. (s.f).
El estudio de Calderón y Concha fue realizado en la ciudad de Piura, específicamente en las frutas comercializadas en el Mercado Central de Abastos de Piura, donde, se concentra la comercialización de frutas, hortaliza, cereales, etc. A través de un muestreo directamente en el mercado mayorista ubicado en la parte posterior del Mercado Modelo de Piura. Se tomaran muestras de las 10 principales frutas (las más comercializadas). La investigación se ejecutó un muestreo completamente al aleatorio. Las frutas muestreadas fueron las siguientes: plátano, mango, palta, papaya, manzana, naranja, lima, fresa, patilla y ciruela.
Las muestras fueron lavadas con agua potable, secadas a 60 0C y pulverizadas para el análisis de metales pesados, que lo determinaron utilizando el equipo de espectrofotometria de absorción atómica. Logrando como resultados que el plomo en las 10 frutas analizadas es bajo, mientras que en fresa, palta, y lima son unos niveles mayores. El contenido de plomo, los cuales los niveles no son altos para el caso de todas las frutas analizadas. Las posibles fuentes que se manejan a groso modo serian en primer lugar el plomo procedente de la combustión de las gasolinas (sobre todo la de 84 octanos) de los automóviles grandes distancias debido a los vientos por ejemplo y pueden precipitar al suelo y sobre las plantas directamente mediante mecanismos de gravedad o por acción de las lluvias. La otra posible fuente sería el supuesto riego con aguas servidas.
Por ejemplo, el cobre y el zinc se encontraron en niveles bajos, ya que estos dos metales son micronutrientes necesarios en la dieta de los seres vivos. El cadmio y el arsénico se encontraron en niveles bajos, por lo que evidenciaron un descarte como fuente contaminante de los fertilizantes, dado que él se encuentra en mayor cantidad en los productos fosfatados.
Por otra parte, el investigador hace un aporte de recomendaciones del análisis que se deben realizar en la zona de producción y es la verificación directa del agua de riego de los frutales si son aguas servidas, ya sean crudas o semitratadas y la calidad de metales pesados de las mismas, realizar un estudio completo de los metales pesados en el medio ambiente (suelo, aire y agua), ya que no se debe subestimar los niveles reducidos de metales pesados tóxicos.
Anteriormente, Cavagnaro, Burba y Martín (2002), desarrollaron un estudio de los metales pesados en fertilizantes fosfatados, nitrogenados y mixtos, en Mendoza (Argentina), los cuales arrojaron a los investigadores, que los metales pesados, debido a su toxicidad y su tendencia a acumularse en los sistemas biológicos, representan un riesgo para la salud humana y los ecosistemas, aún en bajas concentraciones.
Estos estudios que realizaron en Mendoza (Argentina) revelan un incremento promedio del 80% en el uso de fertilizantes y agroquímicos durante sólo 5 períodos agrícolas: 94/95 a 98/99. En este último se aplicaron en la superficie cultivada de Mendoza (2-3 % de la superficie provincial) aproximadamente 60.000 toneladas de fertilizantes conteniendo Pb y Cd. El aporte de contaminantes de dicho origen habrá aumentado en igual proporción. Ambos metales, en gran parte reunidos en los suelos, son absorbidos por la planta. Los investigadores determinaron que los 70% de muestras de tomate fresco, tomadas en 3 departamentos de Mendoza durante distintos períodos agrícolas, detectaron concentraciones variables de Pb y Cd. Igualmente se han encontrado contenidos importantes en productos industriales elaborados con tomate. Cavagnaro, Burba y Martín (2002).
Por consiguiente, el consumo de alimentos con alto contenido de metales pesados es nociva para la salud, pudiendo originar envenenamientos: agudo y crónico, así como cáncer. Por tal motivo, la FAO y la OMS han establecido niveles máximos para su ingesta diaria: 0,05 mg/kg Pb y 1 μg/kg Cd. La FDA (Administración de alimentos y fármacos de los EE. UU). Ha reglamentado el contenido de Cd en fertilizantes agrícolas, principalmente los fosfatados, pero no ha fijado limitaciones para Pb. Cavagnaro, Burba y Martín (2002).
También Balderas y otros (2003), realizaron un trabajo en donde determinaron el grado de contaminación por metales pesados provenientes de depósitos de vehículos de desecho en suelos agrícolas que se encuentran en la periferia de éstos. En los últimos años, y en las circunstancias actuales en las que se han desarrollado las actividades agrícolas en México, pueden apreciarse diversas fuentes de contaminación que, con el paso del tiempo, tienden a inducir la alteración del suelo y a repercutir en la producción de los cultivo. Esto se debe a la adición de sustancias de fertilizantes, pesticidas, aguas negras y lodos residuales de origen industrial y doméstico, vertidos
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