La base de la teoría clásica de la criminología
Enviado por LUCIOTOMAS • 26 de Septiembre de 2012 • Tesis • 1.847 Palabras (8 Páginas) • 551 Visitas
La criminología es una disciplina que posee sus raíces en las concepciones científico filosóficas del Iluminismo. Fue Cesare Beccaria el pionero que formuló los principios de la denominada Criminología Clásica, cuyos supuestos se basaban en las teorías del control social de Hobbes, Montesquieu y Rousseau.
La base de la teoría clásica de la criminología estaba apoyada sobre la teoría del contrato social, que sostenía que los hombres se reunían libremente en sociedad conforme a una serie de acuerdos que garantizaban el orden y la convivencia. Es en relación a este consenso, que se proponía el castigo de aquellas conductas que eran perjudiciales o peligrosas para el cuerpo social, y la recompensa de aquellas que de alguna manera contribuían al mantenimiento del equilibrio del mismo. De esta forma, se establecía una tipología de aquellas conductas consideradas como desviaciones que posibilitaban clasificar a un individuo como delincuente.
La visión positivista, es en este marco que Cesare Lombroso, considerado como el fundador del positivismo biológico, desarrolla desde un poco antes de 1876 su teoría del hombre criminal. Lombroso, quien pertenecía a la llamada escuela de antropología criminal, establece el concepto de criminal atávico, según el cual el delincuente representaba una regresión a estados evolutivos anteriores, caracterizándose la conducta delincuente por ser innata. Este criminal atávico podía ser reconocido debido a una serie de estigmas físicos o anomalías, como por ejemplo, el excesivo desarrollo del cerebelo, asimetría del rostro, dentición anormal, tamaño de las orejas y lo que se considera como la característica más atávica en los criminales, a saber, el hoyuelo en medio del occipital.
EVOLUCIÓN HISTÓRICO-DOCTRINAL: ETAPA PRECIENTÍFICA; POSITIVISMO CRIMINOLÓGICO; NEOPOSITIVISMO; ORIENTACIONES ACTUALES
Cabe hablar de dos etapas o momentos en la evolución de las ideas sobre el crimen principales: La etapa Precientífica y la Científica, cuya linea divisoria viene dada por la Scuola Positiva, esto es, el paso de la especulación a la deducción, del pensamiento abstracto-deductivo a la observación, a la inducción, al método positivo.
En la etapa Precientífica existen dos enfoques claramente diferenciados, por razón del método de sus patrocinadores: por una parte, el que puede denominarse Clásico, producto de las ideas de la Ilustración, de los reformadores, y del Derecho Penal clásico, modelo que acude a un método abstracto y deductivo, formal; de otra, el que cabe calificar de Empírico, por ser de esta clase las investigaciones sobre el crimen llevadas a cabo, de forma fragmentaria, por especialistas de las más diversas procedencias (fisionomistas, frenólogos, antropólogos, psiquiatras, etc.) Teniendo todos ellos en común el sustituir la especulación, la intuición y la deducción por el análisis, la observación y la inducción (método empírico deductivo). Ambas concepciones coinciden, como es lógico, en el tiempo e incluso se prolongan hasta nuestros días.
La denominada Criminología Clásica, asumió el legado liberal racionalista y humanista de la Ilustración, especialmente su orientación Iusnaturalista.
El Positivismo Criminológico, por el contrario, destronaría al hombre, privándole de su cetro y de su reinado, al negar el libérrimo control del mismo sobre sus actos y su protagonismo en el mundo natural, en el universo y en la historia. El hombre, dirá Ferri, no es el rey de la Creación, como la tierra no es el centro del universo, sino una combinación transitoria, un combinación química que puede lanzar rayos de locura y de criminalidad.
El Positivismo Criminológico inserta el comportamiento del individuo en la dinámica de causas y efectos que rige el mundo natural o el mundo social. Para el Positivismo Criminológico, el infractor es un prisionero de su propia patología (determinismo biológico) o de procesos causales ajenos al mismo (determinismo social): un ser esclavo de su herencia, encerrado en sí, incomunicado de los demás, que mira al pasado y sabe, fatalmente escrito, su futuro: un animal salvaje y peligroso.
Hoy día se perfilan en el panorama criminológico tres orientaciones relativamente definidas: Las Biológicas, las Psicológicas y las Sociológicas.
Las primeras miran de nuevo hacia el hombre delincuente, tratando de localizar e identificar en alguna parte de su cuerpo, en el funcionamiento de éste, el factor diferencial que explica su conducta delictiva.
Las segundas buscan la explicación del comportamiento delictivo en el mundo anímico del hombre, en procesos psíquicos anormales o en evidencias subconscientes que tienen su origen en el pasado remoto del individuo. Por último, las terceras contemplan el hecho delictivo como fenómeno social.
En todo caso, la actual polémica discurre por el cauce pacífico del método empírico, del método científico.
“LA CRIMINOLOGÍA EN LA MODERNIDAD
Y EN LA POSTMODERNIDAD”
INTRODUCCIÓN A LA MODERNIDAD
MICHEL FOUCAULT, analiza en los dos primeros capítulos de su libro “Vigilar y castigar” el llamado antiguo régimen anterior a la modernidad. Durante esta etapa donde los reyes subsistían con un poder autoritario (S. XVI) el castigo era utilizado como una técnica de poder y se dirigía contra aquel que violaba la voluntad del soberano, del cual surgían todas las leyes vigentes. El suplicio, era el ritual político por medio del cual el poder se manifestaba, derivaba del derecho del soberano de hacer la guerra a sus enemigos. Era una pena dolorosa y atroz, aplicada sobre el cuerpo del delincuente, totalmente desproporcionada en relación al delito y que sirve para reconstruir la soberanía ultrajada del rey. En esta ceremonia de la pena era fundamental la presencia del pueblo, por lo que podemos apreciar el fin eminentemente preventivo general de la misma. Es importante señalar que el proceso de enjuiciamiento era secreto
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