La causa objetiva de la que está hecha la experiencia religiosa es la sociedad

5) • La causa objetiva de la que está hecha la experiencia religiosa es la sociedad. Si la religión ha engendrado todo lo esencial de la sociedad, es porque la idea de la sociedad es el alma de la religión. Las fuerzas de la religión son, pues, fuerzas morales, humanas. Todas las religiones tienen como función principal actuar sobre la vida moral.

La sociedad de la cual se ha hecho el sustrato de la vida religiosa no es un dato empírico, definido, sino un sueño creado por los hombres, pero que nunca han vivido en la realidad. Es una idealización de la sociedad, una sociedad ideal que supone a la religión, pero está lejos de explicarla. A través de la religión puede traslucirse claramente la realidad, pero ella se encuentra transformada, idealizada. Esta idealización sistemática característica de las religiones proviene de la vida colectiva. La sociedad ideal no está fuera de la real, sino que forma parte de ella.

• Por otra parte, la moral es un hecho social que surge de la sociedad misma, y ésta es impensable sin la moral. La moral se impone sobre los individuos. Son ideas, sentimientos, que distinguen el bien del mal, establecen el límite de conducta de lo que se debe y no hacer.

• Las representaciones sociales y la conciencia colectiva se hayan estrechamente ligados ya que las primeras surgen de la segunda, son obras de la comunidad, son en realidad representaciones colectivas. Una representación colectiva, porque es colectiva, presenta garantía de objetividad, pues no es sin razón que ella ha podido generalizarse y mantenerse.

6). Las categorías son vistas como cosas sociales, no solo provienen de la sociedad sino que además las cosas que expresan son sociales. Sin embargo, éstas no están hechas para aplicarse solamente en el reino de lo social, si no que se extienden en toda la realidad. Las categorías tienen por función dominar y envolver a todos los otros conceptos y es necesario que estén construidas sobre una realidad de igual amplitud. Las relaciones que ellas expresan existen en las conciencias individuales. El individuo vive en el tiempo, esta situado en un punto determinado del espacio, tienen una sensación de regularidad en el orden de sucesión de fenómenos, etc. Pero allí no hay nada que de una idea de clase, de un todo. Esa noción del todo, que es la base de las clasificaciones, proviene no entonces del individuo (el cuál es una fracción ínfima de la realidad), sino que solo la sociedad puede suministrarnos las nociones más generales según las cuales expresamos el sistema total de conceptos. El concepto de totalidad no es más que la forma abstracta del concepto de sociedad, ella es el todo que comprende a todas las cosas.

Cada cosa tiene su lugar asignado en el espacio social, y el ritmo de la vida colectiva es el tiempo total, que domina los ritmos de todas las vidas elementales. También la relación causal se independiza de toda conciencia individual.

Las relaciones que las categorías expresan solo podían hacerse conscientes en y por la sociedad. La sociedad no es posible más que si los individuos y las cosas que la componen están clasificados unos en relación con los otros. Es necesario que el espacio total este dividido, diferenciado, orientado; se establece un tiempo común que todo el mundo concibe de la misma forma; lo mismo ocurre con la causalidad colectiva.

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