La contaminación por compuestos orgánicos

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Desde principios del siglo XX, aumentó de la producción de compuestos orgánicos sintéticos debido a nuevos materiales que han sido modificados para la producción industrial, cambiando completamente nuestra forma de vida, pero, el progreso positivo también genera un impacto negativo, por lo que la producción y uso de compuestos orgánicos sintéticos (lubricantes, solventes, gasolina, etc.) también provocan convulsiones contaminantes ya que estas sustancias llegan a la atmósfera, hidrosfera, suelo y sedimentos, que afectan el planeta y a los seres vivos. Los COPs (Contaminantes Orgánicos Persistentes) son mezclas químicas tóxicas compuestos a base de carbono, incluidos compuestos industriales  pesticidas y residuos peligrosos, son principalmente productos y subproductos de actividades industriales y tienen un origen relativamente reciente que tienen diversos efectos sobre la salud humana y el medio ambiente, estas sustancias son transportadas por aire y agua a largas distancias, y se han extendido por todo el mundo, la estabilidad de estos compuestos orgánicos se atribuye a tener un átomo de cloro como sustituyente, lo que le da una gran estabilidad química debido a su gran tamaño, de modo que la molécula está realmente cerrada y protegida contra un posible ataque que lo pueda oxidar, permaneciendo en el medio ambiente durante décadas, resistentes al sol,  la degradación química y la degradación de otros microorganismos, lo que se ha llegado a conocer como contaminantes persistentes. Las concentraciones demasiado bajas de algunos contaminantes orgánicos persistentes pueden destruir las funciones biológicas normales, incluida la actividad natural de las hormonas  afectando seriamente la salud de los humanos, los animales y el medio ambiente desencadenando una serie de efectos potencialmente dañinos; se acumulan en los tejidos grasos de los organismos (pero no en el agua), por eso se dice que son bioacumulables ,una vez ingeridos, son difíciles de excretar, no son biodegradables, lo que significa que se acumulan en los organismos, especialmente en el tejido adiposo, y aumentan con su desarrollo en la cadena alimentaria; se encuentran dispersos en el medio ambiente por el viento, los ríos y las corrientes, fluyendo a todas las partes de la tierra donde salen afectados el suelo, atmósfera, agua, flora y fauna silvestre; cuando los COP son usados como pesticidas, los residuos contaminan los cultivos y a quienes los comen produciendo daños ya que se contaminan los alimentos, los productos lácteos y la carne, perjudicando a los animales y humanos con efectos crónicos como cáncer , deformidades, tumores en múltiples sitios, cambios en el sistema inmunológico y neurológico ya sea animales o humanos. Los COPs más sucios aldrina, clordano, dicloro difenil tricloroetano (DDT), dieldrina, endrina, heptacloro, hexaclorobenceno, mirex, toxafeno, bifenilos policlorados, dioxinas policloradas y furanos policlorados (cabe destacar, que dichos compuestos, no fueron creados o ideados con malicia). Los problemas con los COPs han motivado su prohibición y restricción severa en muchos países y acciones internacionales, pero como buenos ciudadanos debemos tomar consciencia, actuar por nuestro planeta debido que es nuestro hogar, exigiéndoles a los gobiernos que deben preparar planes nacionales para eliminar los contaminantes orgánicos persistentes y las políticas ambientales que apliquen el principio de precaución para garantizar la protección de la salud y el medio ambiente, se deben movilizar recursos presupuestarios de los gobiernos, así como incentivar al sector privado de modo que aumente su aporte a la eliminación y disminución de los productos químicos y residuos nocivos, sustituir los pesticidas químicos para promover el manejo ecológico de plagas (pesticidas de plantas, fertilización biológica), que se evite la incineración de desechos hospitalarios, desechos peligrosos y desechos clorados en desechos municipales, apoyando planes de producción limpios y tecnologías de tratamiento que no produzcan dioxinas, usando  insecticidas alternativos, repelentes botánicos.  Cuando escuchamos contaminación pensamos en el humo de los autos, de las fabricas, basura en las calles o ríos, deforestación, pero hay una contaminación que es aún más nociva, y casi invisible como lo es la contaminación orgánica persistente, en la cual hay que estar más alerta, porque afecta nuestro planeta, por ello debemos actuar y ayudarnos tanto a nosotros como a los animales y plantas, se sabe que la erradicación del problema y solucionar los daños provocados será uno de los retos más importantes de nuestro futuro, pero aportando un poco entre todos algo se puede lograr, es importante defender el derecho a la salud y a un medio ambiente sano, para ti, tu familia y las futuras generaciones.

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