La economía del cambio climático en América Latina y el Caribe

Informe 01 – La economía del cambio climático en América Latina y el Caribe.

El planeta se encuentra en una vía de no retorno, direccionada a un claro e importante aumento de la temperatura promedio en la tierra, donde las grandes potencias, no solo económicas sino las potencias contaminadoras de gases de efecto invernadero, afectan como una externalidad negativa no solo sus territorios sino también los de países en áreas de impacto directo inferior tal como puede ser Colombia para un caso de estudio específico. Las consecuencias de un impacto global a corto plazo, continuando con los promedios de aumento de temperatura en la tierra que se han observado a lo largo de los últimos 30 años, pueden ser tan negativos que la vida en la tierra, los mapas geográficos que conocemos y la biodiversidad podrían cambiar tan drásticamente que la capacidad de adaptación y resiliencia de la naturaleza en sí misma no serían suficientes para seguir satisfaciendo las necesidades que ha impuesto el ser humano en sus sociedades y culturas actuales.

Colombia, un país latinoamericano, privilegiado geográficamente ya que tiene dos océanos: el Atlántico y el Pacífico, que suman más de 2.900 kilómetros de costa y en los cuales hay una serie de islas y ecosistemas únicos, tres cordilleras o cadenas montañosas: la Occidental, la Central y la Oriental, con nevados, volcanes, altiplanos, sabanas y valles, existen muchas fuentes de agua: arroyos, quebradas, riachuelos y ríos; hay, además, innumerables lagos, ciénagas y humedales, se encuentran algunas de las zonas más lluviosas del planeta; posee el mayor número de ecosistemas del mundo: selvas húmedas y secas, sabanas, bosques de clima templado, bosques altoandinos, bosques de niebla, paramos, ríos, costas, arrecifes de coral, ciénagas y manglares y todo esto lo inscribe como un país peculiar para las condiciones del cambio climático, en una ya peculiar zona que llamamos Latinoamérica, que respecto al mundo se ha llamado el “pulmón del planeta” (que directamente se refiere a la zona amazónica de la cual Colombia también tiene una porción en su territorio) y que además de sus condiciones ambientales también este territorio es de los menores contribuyentes al cambio climático.

Es indispensable que américa latina y el caribe incorpore políticas públicas y estrategias para un desarrollo sostenible que busquen mitigar (entendimiento ‘mitigar’ como evitar y reducir) los impactos ambientales del actual comportamiento económico y social que tenemos como territorio y de igual manera estrategias de adaptación a los cambios ya visibilizados que no requieran un acuerdo global en áreas como las energías limpias, el manejo del sector agropecuario, las áreas forestales, el recurso hídrico y la biodiversidad que acompañan algunos otros ítems pertinentes para la sostenibilidad.

En específico, Colombia se ve afectada por las externalidades negativas no solo por el hecho de estar inmerso en el globo terráqueo sino también por su posición geográfica debido a que se reciben de ambos hemisferios corrientes de aire provenientes del resto del mundo que se concentran en el eje de la línea del ecuador (eje central terrestre) atrayendo contaminación y concentrándola en el territorio, es por tal motivo que se debe tener en cuenta y administrar apropiadamente los recursos en virtud de los riesgos que éstos pueden generar:

Según las CND (Contribuciones Determinadas a nivel Nacional) Colombia es de los países que debe contemplar mayores adaptaciones respecto a los sectores prioritarios de los GEI (Gases de Efecto Invernadero) y sus condiciones económicas.

La región se enfrenta a una serie de desafíos enfocados al ‘cómo vivimos’ y al ‘cómo nos desarrollamos económicamente’ en una escala global. Hay que tener en cuenta que Latinoamérica y el caribe tiene una estructura de las fuentes de emisiones más limpia que el promedio global

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