La educación laica de la escuela primaria en México.

La educación laica de la escuela primaria en México.

El laicismo en el ámbito educativo es la expresión del principio histórico de separación del Estado y la Iglesia, así como de un conjunto de normas que, por un lado, impiden al Estado establecer preferencias o privilegios a favor o en contra de religión alguna y, por otro, de la garantía de la libertad de creencias, de la cual se derivan derechos específicos para todo individuo, a saber: tener o adoptar la creencia religiosa de su preferencia, o bien no profesar creencia religiosa alguna y no ser objeto de discriminación, violencia u hostilidad por causa de tales creencias religiosas, ni ser obligado a declarar sobre ellas.

En México durante mucho tiempo solo las clases adineradas tenían la oportunidad de recibir educación. A diferencia de la mayoría de la población que eran los campesinos y trabajadores, quienes carecían de educación elemental: no sabían leer ni escribir, lo cual los colocaba en una gran desventaja social. Por estas razones, el derecho a la educación se convirtió en una de las principales demandas de los sectores populares. El congreso constituyente de 1916-1917 discutió la incorporación de este derecho en la constitución política y aprobó el artículo tercero, que se refiere a la educación. Entre las principales disposiciones del artículo 3° destaca la siguiente: La educación impartida por el estado será laica.

El laicismo en la educación desde entonces ha respondido a las necesidades del país, el cual ha aspirado a asegurar la libertad de conciencia, a afianzar, mediante la educación, una forma de gobierno y un sistema de vida democráticos en los que se expresa el pluralismo social y político del país; y a respetar plenamente las garantías individuales y los derechos humanos de toda persona. La educación laica es una condición del desarrollo libre de los individuos, pues asegura la libertad de conciencia de todas las personas, tanto la de quienes adoptan alguna religión como la de quienes no lo hacen. Ante el estado y ante la ley estas personas son iguales.

Los planes y programas de estudio del 2009 ponen énfasis en el propósito de formar ciudadanos íntegros capaces de desarrollar todo su potencial. Hace algunos días, en el recorrido que realizó de mi casa a la tienda de la esquina, me encontré con dos personas, quienes me invitaron de forma amable a leer un folleto, el cual me explicaron contenía la respuesta de cómo hacer para acabar con la violencia, con los robos, con la corrupción, dijeron- con toda clase de pecados. Al parecer a estar personas les gusta profesar su fe, ya que continuaron hablando y me dijeron que solo Dios era capaz de acabar con el gobierno corrupto y que nosotros debíamos estudiar la palabra de dios plasmada en la biblia para que, cuando Dios estuviese dispuesto a gobernar supiéramos que hacer, y no fuéramos desterrados al abismo, junto con Satanás. Les pregunte a estar personas, ¿Qué bibliografías han leído para poder validar lo que me están diciendo?, su respuesta fue- desde que éramos muy chicos, nos hemos dedicado a estudiar la biblia, no necesitamos realizar otra lectura, pues en la Santa Biblia encontramos todas las respuestas. Por ejemplo, aquí dice- que falta muy poco para que dios baje y nos gobierne. Al escuchar esto les pregunte- ¿Y para dios cuanto es poco?, uno me responde –fíjate, para Dios un día es como si fueran mil años.

Con esta plática me di cuenta las personas no contaban con la capacidad de formular respuestas de manera autónoma o bien razonables. Ya que para todas sus respuestas tenían que citar a la biblia de manera textual. No hay duda que la religión está llena de valores, los cuales sirven para la convivencia y para no cometer actos que afecten a “él

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