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La importancia del hombre y la arquitectura.


Enviado por   •  21 de Julio de 2016  •  Informe  •  1.132 Palabras (5 Páginas)  •  324 Visitas

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PUCP

FACULTAD DE ARQUITECTURA

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TALLER 1:

UNO EN UNO

PROFESORES:

Arq. Hugo Romero Ramírez

Arq. José Antonio Quiroz Farías

Arq. José Collins Camones

HORARIO:

Lunes   de   8.00am a 12.00m

Jueves  de   3.00pm a  7.00pm

COMPETENCIAS:

  1. Lo constructivo: conocimiento empírico de la articulación, el ensamblaje y la resistencia.
  2. El hombre y el espacio: las medidas del hombre (antropometría), de los objetos, de los espacios necesarios.
  3. El lugar: Para enfrentar el lugar el Arquitecto  necesita   precisión, desprejuicio y rigurosidad  en la observación de este, un carácter templado y sintético en el análisis de este, alejándose tanto de los intentos poéticos que sueñan con una realidad trascendente, metafísica, filosófica, como de las actitudes frívolas o nihilistas sin propuestas. No queremos decir con esto, que para proponer Arquitectura haya que partir del lugar, sino que cuando se analice el lugar se lo observe de una manera más corriente, más común, más cotidiana, sin perder  la relación  con el resto de disciplinas, con la realidad, con la gente.

INTRODUCCION:

Desde el siglo pasado, a la a tradicional enseñanza de arquitectura estricta ha habido que añadirle una serie de actividades no exclusivamente edilicias, como son el diseño  urbano – y hasta, muy discutiblemente, actividades planificadoras más amplias- y el diseño de objetos. Por otro lado el campo del lo arquitectónico ha perdido sus antiguos límites y se ha comprobado que la arquitectura no es más que un aspecto de un proceso de creación más amplio, que tiene entidad propia y que está mucho mejor definido. Así el primer cambio que se impone es el de no limitar el término a lo estrictamente arquitectónico, sino ampliarlo a un mundo epistemológicamente más concreto y que, de momento y en espera de una definición que lo clarifique, llamaremos diseño.

Trataremos aquí de definir, diferenciar y establecer los límites entre esta serie de actividades del diseño: el urbanismo, la arquitectura y los objetos no-arquitectónicos. Esta tarea no es fácil. Entre la arquitectura y el urbanismo existe una terminología histórica que nos permite entender los campos de estas disciplinas sin necesidad de establecer definiciones absolutas. No ocurre esto con el tema de los objetos no-arquitectónicos, con los que se ha tenido que utilizar  esta denominación puramente excluyente y burdamente aproximada: “no-arquitectónicos”. Según Bohigas (ver bibliografía), esto indica que, dando énfasis al proceso, ni los límites ni las posibilidades de definición de estos tres dominios son nada claros. Seguramente estas distinciones hay que llevarlas a otros campos críticos, como serían las consideraciones puramente espaciales – promotoras, no obstante de otras confusiones no menos profundas. Creemos que en este campo, el intento más eficaz quizá sean las propuestas de Norberg-Schulz (ver bibliografía), muy ligadas al concepto espacial de la arquitectura y a las teorías sobre la percepción. Norberg-Schulz, después de definir y analizar el “espacio existencial” – en el cual se especifica el “espacio arquitectónico”- establece en él una serie de niveles que de alguna manera interrumpen su pretendida unidad y continuidad, siempre en términos de uso y percepción – con determinantes físicas y psíquicas -, pero no en términos metodológicos. “Los niveles vienen determinados tanto por el entorno dado como por la constitución del hombre. Sería, en realidad, erróneo imaginar nuestro entorno como un hecho continuo… el nivel inferior (1) viene determinado por la mano. Los tamaños y las formas de los artículos de uso se relacionan a la función alcanzar, coger y en general todas las actuaciones de la mano. El próximo nivel (2), el mobiliario, viene determinado por el tamaño del cuerpo, especialmente en relación a actividades como sentarse, inclinarse y echarse. El tercer nivel (3), la casa, adquiere sus dimensiones de movimientos y acciones corporales más extensas, tanto como de requerimientos territoriales.  El nivel urbano (que comprende sub-niveles) es fundamentalmente determinado por interacciones sociales, es decir, por la forma de vida. El nivel del paisaje  resulta de la interacción del hombre con el entorno natural. Podemos añadir otros niveles geográficos, que se desarrollan trasladándose de un paisaje a otro o sobre las bases de un general conocimiento del mundo. Así, se puede determinar una sucesión de espacios y formas con características perceptivas propias, que corresponden a la geografía, al paisaje, a la ciudad, a la casa y a las cosas. Estos grupos quedan bastante claros, excepto el último, donde se encuentran aquellas dificultades de clasificación y hasta de nomenclatura a las que se ha hecho mención”.y prosigue: “La determinación más comprensiva es la ya referida: el campo abarcado por la actuación de la mano hasta la limitación dimensional de unas concretas actividades del cuerpo”.

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