La ley de la Gravitación Universal

La ley de la Gravitación Universal  

En el siglo XVII Isaac Newton estableció las leyes del movimiento. Él se planeaba múltiples interrogantes respecto a este fenómeno; uno de los cuestionamientos que más le inquietaba era: ¿Por qué todas las cosas tienden a caer en el suelo? Para responder a esa pregunta, Newton pensó que la misma fuerza que hace caer las cosas al suelo es la que mantiene a nuestro sistema planetario en la armonía de trayectorias “circulares”.

Pero ¿Qué relación tiene una con la otra? Newton reflexiono que si no hubiera ninguna fuerza de la Tierra actuando sobre la Luna, esta se alejaría siguiendo una trayectoria recta a velocidad constante. Sin embargo eso no sucede porque existe una fuerza que atrae los cuerpos hacia la Tierra y que hace que caigan; esta misma fuerza “jala” a la Luna; es decir, por un lado tienden a alejarse y por otro es atraída hacia la Tierra. Esta fuerza, conocida como fuerza gravitacional o gravedad, es la que hace que la Luna gire en órbita alrededor de la Tierra. A partir de una serie de observaciones y cálculos, Newton enuncio la ley de la Gravitación Universal.

La gravedad es una propiedad que posee cualquier cuerpo debido a su masa; la ley de la Gravitación Universal establece, entre otras cosas, que todos los cuerpos se atraen entre si debido a su masa.

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Aportación de Newton a la ciencia

La humanidad ha contemplado desde siempre el cielo, tanto en la noche como en el día, y como resultado de ello no solo se ha planteado preguntas acerca de las estrellas y los planetas, sino que también ha dado respuestas a muchas preguntas, todo, casi siempre, de acuerdo con sus creencias y conocimientos.

Durante muchos años los seres humanos creyeron que la Tierra era el centro del Universo y que las estrellas estaban fijas sobre una enorme esfera giratoria de cristal.                                                                                       También diferenciaron a las estrellas de los planetas, a los que colocaron en esferas interiores con movimientos más complicados.

Desarrollar un modelo que explicara la organización del Sistema Solar no fue nada fácil, pues al tener como punto de observación de la Tierra, el ser humano no percibe que esta se mueve. Cuando mira hacia el cielo observa que el Sol y la Luna se desplazan de Este a Oeste; por tanto, la idea de los antiguos de considerar a la Tierra como centro del Sistema Solar resulta comprensible, pero no es correcta.    [pic 2]

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