La presente monografía está referida al realismo político, tomado como una escuela al interior del estudio de las relaciones internacionales, y en contraposición a la escuela utópica o idealista.
Enviado por kensypereira • 16 de Octubre de 2016 • Práctica o problema • 5.893 Palabras (24 Páginas) • 296 Visitas
REALISMO POLÍTICO
Mauricio Rodríguez Ramírez
INTRODUCCIÓN.
La presente monografía está referida al realismo político, tomado como una escuela al interior del estudio de las relaciones internacionales, y en contraposición a la escuela utópica o idealista.
El pensamiento realista al interior de las ciencias políticos se remonta a los griegos, con Tucídides, desde ese entonces, Maquiavelo lo vuelve a introducir a la opinión pública, al igual que Hobbes, pero en las relaciones internacionales sólo se le puede considerar como una escuela, o forma de entender el accionar y las relaciones entre los estados, con los escritos realizados por Hans Morgenthau.
Los seis principios del realismo político que Morgenthau expone en su libro Política Entre las Naciones, son la base para la escuela realista de las relaciones internacionales.
El punto mas importante de éstos, es el referido al concepto de interés definido como poder, el cual infunde un orden racional en la materia de la política y, de este modo, hace posible la comprensión teórica de la política. Así como de los distintos escenarios que se encuentran en las relaciones internacionales.
Su análisis no deja de ser crítico y directo, pero es precisamente eso lo que el autor trata de dejar en claro: la política en las relaciones internacionales no es como la vemos, sino que mucho más pragmática y fría, de manera que nos ponemos una venda que no nos deje ver y podamos aceptar las prácticas que se dan en la esfera de las relaciones internacionales.
Para resaltar la importancia de ésta corriente de pensamiento, se exponen las relaciones internacionales en el período de la Guerra Fría, en donde el sistema imperante era de un bipolarismo y de una carrera por la obtención, acumulación y mantenimiento del poder, por parte de cada bloque, y así sobreponer sus intereses y su ideología por sobre el otro, creando una paz establecida por un precario juego de equilibrio de poder y de intereses.
EL REALISMO POLITICO.
Existen diversas tendencias, al interior de las relaciones internacionales, diferentes corrientes teóricas, de pensamientos o paradigmas, para explicar el devenir de los actos y llegar a realizar un ordenamiento teórico y entender el proceso por el cual un Estado tiende a relacionarse con otros.
Una de estas corrientes teóricas, o paradigmas, es la conocida como el realismo político, o realpolitik. Al interior de dicha teoría se reconoce a Hans Morgenthau, como el padre del realismo moderno en las relaciones internacionales, aunque ciertamente, esta corriente de pensamiento es en sí bastante antigua.
El realismo político, es la antítesis de otra visión que, anteriormente era la dominante en el campo de las relaciones internacionales, como es el caso de el idealismo, o la escuela utópica.
El Realismo político e idealismo, o escuela utópica, como paradigmas, han existido desde siempre y seguirán existiendo, depende de la perspectiva que adopte quién esté realizando el análisis, o a que factores le entrega una mayor prioridad en el enfoque utilizado, o desde dónde uno se pare para observar la realidad, para comprender, explicarse y operar sobre las relaciones internacionales.
Los idealistas han sido dominantes, ya que ha habido una gran influencia de su perspectiva. Las Relaciones Internacionales, como política internacional tal como las conocemos ahora, son algo moderno, reciente. Nacen con el siglo XX, ya que, con anterioridad, las relaciones internacionales eran regidas por el Derecho Internacional, visión jurídico- idealista.
“Los optimistas creen en la posibilidad de que los malos se transformen en buenos y finalicen así las guerras, que se deben a la actual política de equilibrios de poderes. Los pesimistas, aunque aceptan que el equilibrio de poderes y la guerra derivan de la naturaleza humana, ven pocas posibilidades de que el hombre mejore. En cambio, defienden el equilibrio de poderes porque, para utilizar la metáfora de Dymond, éste puede evitar verdaderamente, que los tigres se destrocen entre sí.” (Waltz. 1959. P.29)
Recién con la finalización de la primera guerra mundial y el fracaso de la Sociedad de Naciones para mantener la paz, es que una visión realista en lo que respecta a las relaciones entre estados, se fortaleció y planteó la necesidad de abandonar una postura basada mayormente en la bondad y búsqueda de paz entre estados, lo que se entiende como un ideal, un deber ser internacional, y considerarla como algo real, que se mueve en torno a los intereses que tiene cada estado, que posee su lógica propia y que se puede extrapolar a las relaciones que se dan entre los individuos, quienes se mueven en base a satisfacer sus propias necesidades y por sobre todo en la búsqueda y obtención del poder para realizarlo. Este es el origen del realismo de Morgenthau, y el objeto central de su planteamiento, el cual es el interés de los estados, pero en términos de poder.
“Los padres del realismo: Tucídides, Maquiavelo, Hobbes. La ortodoxia realista era clara y coherente. La moralidad común tenía poco o nada que ver con la práctica de la política exterior (a causa del rol y efectos de la fuerza, o del deber del estadista de no ser bueno en nombre de la supervivencia y la seguridad del estado). Sin embargo, el estado de la naturaleza internacional puede ser aceptado, o debido a que, a pesar de todos sus horrores, deja lugar para la sabiduría y la moderación o debido (por las razones que da Hobbes) a que las guerras entre estados son menos destructivas de la vida individual que las guerras entre hombres en el estado de naturaleza.”
Para la reconfiguración del orden internacional después de la Primera Guerra Mundial, algunos líderes políticos como el Presidente Wilson, seguían insistiendo en una visión utópica y jurídica – idealistas en las relaciones internacionales, mantener la paz mediante la creación de la Sociedad de Naciones. Además pretendía sostener un sistema internacional, el multipolar, cuyo eje de poder, lo debía resguardar dicha Sociedad de Naciones, estuviese en Europa, cuando este sistema ya estaba agotado. El poder se había desplazado fuera de Europa, hacia Estados Unidos, Japón, Rusia (potencia europea que se transformaría en 1923 en la URSS).
”Uno piensa que puede realizarse aquí y ahora un orden político, moral y racional, derivado de principios abstractos y universalmente aceptados. Supone la bondad esencial y la infinita maleabilidad de la naturaleza humana, y sostiene que la razón por la que el orden social no llega a estar a la altura de los patrones racionales reside en la falta de conocimientos o de comprensión, en la obsolescencia de las instituciones sociales o en la perversión de ciertos individuos y grupos aislados. Confía en la educación, en la reforma y en el ocasional uso de la fuerza para remediar éstos defectos.”(Morgenthau. 1986. P.11)
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