La química del crimen

La química del crimen

Existen múltiples sustancias químicas que son nocivas para la salud y que pueden funcionar como veneno, entre ellas se encuentra la estricnina que es un alcaloide extremadamente amargo que se puede encontrar en las semillas del Strychnos nux-vomica. Sus efectos provocan una alteración en los receptores de glicina que se encuentran en las neuronas motoras.

La estricnina fue utilizada en pequeñas cantidades en tónicos pues se cree que tiene un efecto estimulante y beneficioso sobre los nervios, además se ha pensado que el sabor amargo que presenta aumenta el apetito. Al demostrar que estas creencias eran falsas, la estricnina fue retirada de la farmacopea.

Lejos de estas declaraciones, el problema más grave con la estricnina es que hay una línea muy delgada entre la dosis que puede resultar terapéutica y la dosis letal, 100 mg son suficientes para alterar el funcionamiento de la glicina. Los síntomas se presentan después de 15 minutos, aproximadamente, de la ingestión. Se empiezan a experimentar espasmos seguidos de convulsiones terribles en todo el cuerpo.

La muerte se produce con el paso del tiempo debido a que los músculos que ayudan en el proceso de respiración, se paralizan. Gracias a su potencial letal,  la estricnina suele ser utilizada como plaguicida pero en algunos lugares, como Europa, está prohibido su uso; y en muchos casos, ha sido el protagonista de numerosos crímenes.

Para disfrazar un poco los efectos de la estricnina que se puedan presentar por la ingesta de la misma, se utiliza la morfina o un narcótico similar. Estos ralentizan los músculos que mueven los alimentos a través del intestino y puede retrasar el vaciado del estómago por varias horas. Las sales de estricnina son absorbidas fácilmente a partir de las condiciones ligeramente alcalinas del intestino delgado.

Otro compuesto altamente reactivo es el Fósforo blanco, presenta una fuerte afinidad por el oxígeno. Cuando se expone al aire, reacciona con el oxígeno produciendo un resplandor verde; si la menor fuente de ignición está presente, el fósforo se quema produciendo un calor intenso y espesas nubes de humo blanco. De ahí que el fósforo se ha utilizado como bombas incendiarias en la guerra, cortinas de humo, etc.

El contacto con la piel puede causar graves daños a causa de su naturaleza reactiva. Por otra parte, la inhalación de vapor de fósforo blanco durante un largo periodo puede conducir a una desfiguración. Tan poco como 100 mg de Fósforo blanco puede matar a un adulto por ingestión y los síntomas pueden ser similares a causas naturales, como una úlcera.

Se pueden presentar síntomas como vómito acompañado, a menudo, de sangre por la corrosión del tejido y dolor intenso en el abdomen. Se diferencia de una enfermedad natural porque el fósforo presente en el vómito puede reaccionar con el aire generando un olor desagradable. Los síntomas iniciales pueden disminuir y la víctima puede creer que se está recuperando pero si hay una cantidad considerable de fósforo, éste es absorbido por el cuerpo y luego de un breve respiro, los síntomas reaparecen con mayor severidad y acompañados por una sed ardiente. La muerte se presenta tres días después de la ingestión, aproximadamente.

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