La segunda guerra mundial

 EDUCACIÓN INCLUSIVA. UN RETO PARA EL SISTEMA EDUCATIVO

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Cuando hablamos de educación especial, generalmente se piensa en aquella educación destinada a los alumnos que tienen “problemas” o presentan alguna dificultad para aprender, incluso hay quienes creen que es dedicada para los niños “enfermos”, otros se atreven a llamarlos con capacidades diferentes, minusválidos, discapacitados, etcétera; en fin los calificativos sobran. Y no siempre es en sentido peyorativo sino que esto responde a una cultura que como sociedad hemos construido y en gran parte el sistema ha contribuido a crear y proliferar la idea de que estas personas no están bien físicamente, y por lo tanto necesitan de la caridad de “los que estamos bien”. Pues tradicionalmente han usado a las personas con discapacidad como un mero chantaje emocional para ablandar los bolsillos, recordemos la famosa  fundación de Teletón en México que año con año recauda millones de pesos a causa de la lastima provocada por las personas con discapacidad. Y mientras esto piensa la sociedad para los padres de familia y maestros en muchas ocasiones la educación especial representa esa salvación o “curación” para el alumno. Creen que por el simple hecho de que el maestro de educación especial trabaje con él, su discapacidad o problema en el aprendizaje desaparecerá.

Es necesario entonces definir claramente que es la educación especial, el lugar que tiene y debería ocupar dentro de la educación así como las funciones propias del licenciado en educación especial, por lo que me parece importante revisar La ley general de educación en México artículo 41  define que “La educación especial está destinada a personas con discapacidad, transitoria o definitiva, así como a aquellas con aptitudes sobresalientes. Atenderá a los educandos de manera adecuada a sus propias condiciones, con equidad social incluyente y con perspectiva de género”. Atendiendo a lo anterior y a mi corta experiencia  puedo compartir con ustedes que la educación especial es una modalidad  que ofrece la educación básica para aquellos alumnos que requieren de un apoyo en su proceso educativo, por lo que su enfoque es inclusivo, ya que reconoce la diversidad de alumnos y contextos, que convergen en una escuela, y reconociendo esto es como plantea que debe atenderse a los alumnos de acuerdo a sus necesidades educativas, pretendiendo la eliminación de barreras a las cuales se enfrentan para así propiciar su participación en la sociedad. Decir  lo anterior es muy fácil pero llevarlo a la práctica es demasiado difícil más no imposible.

Parecería que la inclusión sólo existe en el discurso, pero actualmente veo que muchas escuelas trabajan desde la integración y aunque el termino de inclusión ha sido superado, estoy convencida que primero se tiene que lograr la integración para después hablar y trabajar por la inclusión; es decir primero debemos crear los espacios para estar juntos ya después diseñar cómo vamos a desarrollarnos juntos y beneficiarnos todos, pues de nada sirve tener a un niño con discapacidad en el salón cuando no se le hace partícipe de lo que ocurre ahí. Sin embargo el que ya se encuentre ahí es un logro,  por eso integración e inclusión van de la mano y no se puede dar la inclusión sin integración.

Por lo general se tiene la percepción que para poder entrar a las escuelas y en nuestra realidad  los alumnos con discapacidad tendrán que cambiar para ser “normales”, sin embargo la sociedad está conformada por hombres, mujeres, niños, jóvenes, viejos, sanos, enfermos, de distintas razas, orientaciones sexuales, particularidades físicas.etc,  y  esa gran diversidad es la normalidad, donde todos somos personas. Es aquí donde actualmente se centra el trabajo de la educación especial.

La inclusión es entonces un proceso donde los protagonistas no son los niños “especiales” ni sus maestros especiales sino que somos TODOS los involucrados, pues todos salimos ganando ya que aprendemos unos de otros, es decir, caminamos juntos.

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