La solución de los problemas humanos en cualquier sociedad no está en el establecimiento de regímenes de partido único.
Enviado por Erick Espinal • 5 de Noviembre de 2016 • Informe • 1.495 Palabras (6 Páginas) • 320 Visitas
"Introducción"
La solución de los problemas humanos en cualquier sociedad no está en el establecimiento de regímenes de partido único,
Sea de derecho o de izquierda.
Pero cuando a partir de 1989 aquellos regímenes se vinieron abajo a causa de su especificidad de basarse en partidos únicos que aplastaban a los sujetos a quienes la propaganda decía redimir y debido a la imposibilidad del cálculo dela producción al no existir.
La ley del mercado con su oferta y demanda en una economía planificada, el capitalismo triunfante se convirtió unipolar.
Y se produjo una crisis de sobreproducción y acumulación internacional. Como sistema de lazos inextricables, los países involucrados se han coaligado o aliados para reducir a su voluntad aquellos enmarcados de países emergentes y "En vías de desarrollo" que debido a su especificidad económica, cultural religiosa oponen resistencia a la mundialización que busca destruir el modo de las relaciones sociales de dichas naciones.
Los países de la mundialización que buscan domeñar la crisis de acumulación internacional se han desgajado en varias alianzas.
Primero fue el Grupo de los 8, luego el Grupo de los 12 y finalmente el Grupo de los 20.Pero en medio de la crisis, Los Estados Unidos, abatidos por la gran crisis financiera de George Buch, lideran a los países de la Unión Europea, pues aunque todavía en el colapso, posee una tecnología más refinada y eficaz que la de todos sus socios, como se veía en la guerra en contra de Irak, Afganistán y más recientemente en la lucha en contra de Libia, donde los Norte Americanos aportan los cohetes y los aviones espías que trazan mapas exactos de los sitios estratégicos libios, lo cual no puedes realizar los países de la coalición encabezada por la Unión Europea.
La conquista de las materias primas de los países árabes como el petróleo en primer lugar, es capital para la súper vivencia de esos imperios encabezados por los Estados Unidos. En segundo lugar, es clave para la supervivencia de esos imperios el apoderarse de los mercados internos del mundo todavía no globalizado, para inundar a dichos mercados por los productos fabricados en los imperios occidentales como extensión del funcionamiento de los mercados internos de esos imperios.
Como la democracia representativa es la ideología política de esos imperios, y con la cual no hay novedad que inventar, la propaganda internacional de esos imperios globalizados es una retórica de la necesidad, no ya de ir a civilizar a los pueblos salvajes, sino la de ir a establecer la democracia representativa en aquellos pueblos donde no existe, además de ir en apoyo económico y militar de las fracciones que luchan en contra de los regímenes autoritarios, totalitarios o dinásticos de dos países. El rol de los servicios de inteligencia de los países de la coalición internacional de la globalización es alborotar a los pueblos a que se levanten en armas, o pacíficamente, en contra de las clases gobernantes tradicionales que saben que si abren su economía a la globalización corren el riesgo, por ejemplo en los países de Islam donde la triada religion-politica-economia es indisoluble, de desaparecer completamente, como ya ocurrió en Túnez, en Egipto y pugna tenazmente por ocurrir en Yemen, Siria, Libia y demás países islámicos.
Es cuestión de tiempo, pese a que los países de la coalición internacional están desesperados, pues cada minuto que pierden es la posibilidad de que una bomba de tiempo le explote en plena cara, como es el caso de Islandia, Grecia, Portugal, España y los eslabones más débiles de la coalición, tales como Italia, Francia, Rumania, siguen el sentido de la crisis está latente en Alemania, Francia e Inglaterra donde el runrún de la desigualdades puede estallar en luchas callejeras violentas que pongan más en crisis el modelo de acumulación internacional.
Pero los países de la coalición se reparten las tareas de la domesticación de los pueblos que se resisten a abrir sus mercados internos a la globalización. Aunque tal reparto es selectivo, pues hay países asiáticos que viven en dictaduras o regímenes autoritarios y dinásticos que son intocables.
A Francia le toca el roll de tenerles la brida corta a los regímenes de sus antiguas colonias, como se demostró recientemente en la Costa de Marfil. Pero a los Estados Unidos les conviene no alborotar el avispero de países como Pakistán o arabia Saudí, cuya dinastía autoritaria se remonta al siglo XVII o a Jordania, su socio, que ayuda a mantener la estabilidad de Israel, asediado a lo largo de su frontera por países de la coalición, es decir, dela santa alianza del siglo XIX en contra de Napoleón y la expansión de la revolución Francesa. , por ejemplo, la paz en la que duermen los regímenes autoritarios, dictatoriales o dinásticos del sudeste asiático, bien controlados por los servicios de los Estados Unidos desde los días de la luchas encontrar del comunismo en la región, como es el caso de Tailandia, Taiwán, Birmania, Malasia, Singapur y Corea del sur.
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