La super-especialización
Enviado por odranoelpets • 1 de Mayo de 2018 • Ensayo • 522 Palabras (3 Páginas) • 108 Visitas
Un tópico que prácticamente consumió todo el primer foro de discusión de la materia Transdisciplina I fue la súper-especialización: que si está bien, que si está mal, que si es necesaria, que si es inútil… La gran mayoría argumentaba en contra de esta, inclinándose más por una difusión de la cultura de la transdisciplina; se veían casi como antónimos extremadamente opuestos la transdisciplina y la súper-especialización, pero ¿es realmente así? ¿O será que ambos conceptos pueden coexistir juntos?
La súper-especialización es conocer a profundidad un área muy específica, investigarla, tratarla y comprenderla a cabalidad… nada más. Esto no quiere decir en lo absoluto que si eres médico estás destinado a no saber de ninguna manera lo que es el realismo mágico, o que si eres economista jamás tendrás ni la más remota idea de que están hablando cuando alguien mencione las causas de la “esclerosis múltiple”. ¡Para nada! Ser especialista en “x” rama no significa saber de algo concreto y desconocer el resto, sino saber del resto pero ser un máster en algo. Y es que ¿quién no quiere un buenazo en oncología cuando esté teniendo problemas cancerígenos? La super-especialización, lejos de ignorar el mundo exterior y promover el encerrarse en una burbuja, ayuda a buscar al grupo de personas más capaces de distintos campos del saber para que traten o aborden cierta situación en conjunto.
Eso sí, un especialista podría tener aires de superioridad al sentir que es el único en su redonda que domina ciertos temas -y en parte esto podría ser cierto, sobre todo entre más especialista se sea en algo ultra específico-, y es por eso que uno siempre debería conservar una postura humilde, y como buen disciplinario pensante, reconocer que vive en un mundo transdisciplinario, donde necesitará de los conocimientos y sabiduría de los demás en muchas (o todas, incluso) fases de su vida personal y, principalmente, profesional. Es por ello que en un hospital psiquiátrico no solo se encuentran psiquiatras, como podría esperarse. Al contrario, uno puede hallar psiquiatras, neurólogos, médicos generales, psicólogos clínicos, neuropsicólogos, trabajadores sociales y enfermeros, y posiblemente me estoy olvidando de otros. Aquí es donde, por irónico que suene, se introduce el esfuerzo unificador entre las disciplinas: en el trabajo contiguo entre ellas, y en el abordaje de una con la otra para un trabajo integral y de excelencia.
“Abarcar mucho y poco apretar” me hace pensar en aquellos psicólogos que, por egoísmo, avaricia, prisa o por la razón que sea, ofrecen psicoterapia a niños, adolescentes, adultos y personas de la tercera edad, además de hacer terapia de pareja y grupal, (¡y peor aún si ni con estudios post-licenciatura cuentan!). Sin duda, el conocimiento es mucho, muchísimo más bien, e intentar dominar con experticia todo podría resultar
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