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La violación en el forense de la práctica médica


Enviado por   •  12 de Mayo de 2014  •  Trabajo  •  1.516 Palabras (7 Páginas)  •  284 Visitas

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citantes, alcohólicas, etc., (opio, morfina, éter, cloroformo, barbitúricos, afrodisíacos, bebidas espirituosas, en general), que conducen a un estado de inferioridad física y psíquica de la víctima, de las cuales se aprovecha el violador.

Son especialmente señalados en la práctica médico-legal el uso de narcóticos y estupefacientes que producen la inconsciencia de la víctima mediante un estado de intoxicación aguda. No es raro que en estos casos esté comprometida la responsabilidad de médicos, farma¬céuticos o enfermeros, que conocen las dosis adecuadas para afectar a la víctima, y que por su profesión pueden utilizar el fraude y el engaño contra la persona ofendida.

A veces el acto sexual se puede cumplir después de violento sumi¬nistro de éter o de cloroformo en el curso de asaltos, pero en estas circunstancias entra en juego la violencia física para poder aplicar sobre el rostro de la víctima el pañuelo o estopa impregnados de la sustancia narcótica. Son posibles los casos de narcosis sin violencia física, cuando estando en estado de sueño natural a la persona se le hace pasar gradualmente al estado de narcosis.

Manunza cita el caso de utilización de barbitúricos, un enfermero (pentotal), que inyectó a la paciente, en lugar el medicamento prescrito, y luego abusó de ella.

Con relación al uso del alcohol, son conocidas muchas denuncias en las que se refiere que el culpable ha hecho beber en exceso a la ofendida hasta conducirla a la fase depresiva de la intoxicación alcohólica y así perpetrar el hecho. Pero la experiencia demuestra con muchísima frecuencia que la víctima inicialmente conocía o sospechaba los designios del culpable, y procedió con manifiesta condescendencia.

Finalmente, son raros los casos en que se alega con bases serias; una particular idiosincrasia de la víctima .al alcohol, que le colocan en estado de indefensión después de escasas libaciones.

b) Violación de las vírgenes

Es la forma de violación que quizás tenga mayor pertinencia médico-legal, porque su comprobación depende fundamentalmente del examen ginecológico revelador de la desfloración o sea, del desgarramiento himenal.

Sabemos que los caracteres de la virginidad física son de índole general y local, que en la mujer joven se manifiesta con la pureza " las formas y de la tonicidad de los tejidos, aun en las partes genital donde se observa que los grandes labios están bien conformados, aproximados entre sí por el desarrollo adecuado del panículo adiposo, ocultando las ninfas o pequeños labios; es manifiesta la rugosidad de pliegues vaginales y la horquilla bien delineada, etc. Pero, conforme expresó, el juicio médico-legal de la virginidad debe basarse en las condiciones de integridad del himen sobre el cual haremos de seguidas algunos comentarios que estimamos indispensables en esta parte del tema.

El himen (del griego, membrana), es una membrana que cierra más o menos completamente la entrada de la vagina. Esta membrana no falta en ninguna mujer virgen, salvo excepciones rarísimas. Sin embar¬go, a veces es muy difícil reconocerla, ya porque ha sido más o menos destruida, ya porque, aun estando intacta, su situación Y su forma la hagan poco accesible al examen.

Cuando está intacta presenta numerosas variedades respecto a su consistencia da, a su forma, a su espesor y a la forma y situación del orifi¬cio u orificios que tenga.

Su espesor es de un milímetro (1 mm.) aproximadamente, aunque las hay mucho más espeso y tan consistente que han obligado a prac¬ticar un corte quirúrgico en ella, en caso de matrimonio para facilitar la cópula. También las hay tan finas y delgadas que han recibido el nombre de "himen de piel de cebolla".

Cuando su consistencia es lacia, elástica, se deja a veces deprimir bastante sin romperse, hasta el punto de poderse practicar en ocasiones el coito sin desgarrarse.

La forma, número y dimensiones de los orificios himentales varían mucho, según las personas.

En cuanto a la forma de la membrana, existe un primer tipo, muy poco frecuente, que consiste en un plano circular no perforado que cie¬rra comp1etamente la entrada vaginal (en este caso se debe practicar una incisión quirúrgica al llegar la mujer a la pubertad para evitar la retención de la sangre menstrual). Fuera de este caso excepcional, el himen está adherido por su periferia a la extremidad inferior de la vagi¬na, está perforado en su centro por un orificio de forma variada y a veces por más de un orificio.

Las múltiples variedades morfológicas del himen normal, pueden reducirse a dos tipos bien definidos: la forma anular y la forma semi¬lunar, según que la membrana se continúe por completo alrededor de la circunferencia de la vagina, o sólo en una extensión más o menos grande de ella. Entre estas dos formas fundamentales existen numerosas

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