Las fuerzas políticas: El auge del republicanismo

2. Las fuerzas políticas: El auge del republicanismo

A partir de 1868, el panorama político estuvo dominado por cuatro grandes tendencias. En la derecha se situaban los carlistas, que aceptarían por primera vez el juego parlamentario. En la derecha, también estaban los moderados, que se mantuvieron mayoritariamente fieles a Isabel II (líder destacado: Cánovas del Castillo)

En el centro se hallaba la conjunción monárquico-democrática que agrupaba unionistas, progresistas y demócratas. Defendían una forma de gobierno monárquica, pero subordinada a la soberanía nacional y al respeto por las libertades públicas.

A la izquierda se situaba el Partido Republicano Federal, surgido de una escisión del Partido Demócrata y dirigido por Pi y Margall y Figueras. Defendía la forma republicana de gobierno, la separación de la iglesia y el estado y el laicismo de éste.

Sin embargo, los republicanos federales no eran un bloque ideológicamente homogéneo. Existían dos tendencias: los benévolos, que controlaban la dirección del partido y defendían que el federalismo debía establecerse “de arriba abajo” y los intransigentes, que apoyaban la insurrección como método para proclamar la república federal (a diferencia de los benévolos) y defendían un Estado federal construido “de abajo arriba”. También existía un sector de los republicanos, que se definían como “unitarios” porque diferían en la forma de organización del Estado republicano.

El auge del republicanismo fue debido, en parte, al desencanto de las masas populares que veían que las reformas prometidas por los progresistas y demócratas no se llevaban a cabo. Así, para un amplio sector de la población, al consecución de estos objetivos iba ligada al triunfo de la república federal.

Los primeros levantamientos al grito de: “¡República federal o muerte!” se produjeron en Cádiz, en diciembre de 1868, extendiéndose a otros lugares al año siguiente. En mayo de 1869, los republicanos federales de casi toda España establecieron una serie de pactos para provocar levantamientos, y al mes siguiente constituyeron un Consejo Federal provisional.



APUNTES ELABORADOS POR: JOSÉ ANTONIO RUIZ – RUANO RUIZ – RUANO   2

El general Prim tuvo que recurrir al ejército para contener estos levantamientos. Y, aunque en principio fueron sofocados, dejó profundas huellas y en los años siguientes volvieron a reproducirse las insurrecciones.

3. El reinado de Amadeo de Saboya (1871-1873)

El general Prim es el encargado de buscar un rey para España que no fuera Borbón y que contara con la aceptación internacional. El elegido es Amadeo de Saboya, hijo del rey de Italia, y hombre con una concepción democrática de la monarquía. Tres días antes de llegar a España el nuevo rey, Prim es asesinado con lo que pierde su mayor valedor. El 2 de enero de 1871 fue proclamado rey.

Amadeo contó con una fuerte oposición que unida a la grave situación económica heredada, tuvo sendas dificultades para gobernar:

 La camarilla cortesana contó con el rechazo hacia Amadeo debido a su neutralidad en las cuestiones políticas y a la reducción del boato de la Corte.

 Los monárquicos y moderados partidarios de Alfonso XII consideraban ilegítima a la nueva dinastía. Conscientes de la impopularidad de Isabel II, empezaron a construir un nuevo régimen, que desembocaría en la Restauración, donde Cánovas del Castillo fue su principal impulsor, el cual, atrajo a unionistas y progresistas.

 La Iglesia y la élite del dinero tampoco estuvieron de acuerdo con Amadeo I, opuestos a un régimen que legislaba en contra de sus intereses.

 Los republicanos y sectores populares realizan continuos levantamientos, influidos por las ideas anarquistas, hicieron aumentar

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