Libro Metamorfosis Franz Kafka
Enviado por shull18 • 13 de Agosto de 2014 • 1.157 Palabras (5 Páginas) • 802 Visitas
La obra “La Metamorfosis”, escrita por Franz Kafka para ser exactos, presenta a un hombre existencialista pues vive en un mundo absurdo, incomprensible, pesimista, libre y solitario frente a las decisiones que tiene que tomar en su vida; estas son características fundamentales de los existencialistas que por ende serían también temas fundamentales del movimiento literario y filosófico: El Existencialismo. Esta corriente literaria y filosófica indica que si uno hace nada entonces uno seria nadie; también dice que las cosas no existen, si el hombre no les da un uso y que el hombre vive abrumado por la carga de responsabilidad que tiene el mismo al saber que tiene que hacerse a si mismo individualmente. En nuestra sociedad hay lamentablemente muchas personas que viven en la soledad y que también tienen una familia que lo único que les importa es ellos mismos y no los otros miembros de su propia familia; Gregorio, el protagonista de la obra “La Metamorfosis”, es un claro ejemplo de ello pues un día su familia al ver por primera vez la horrible apariencia de insecto que tenía él en ese entonces deciden inmediatamente deshacerse de él sin importarles por lo que Gregorio estaba pasando en ese entonces pues convertirse de humano a insecto es un tema muy alarmante para cualquiera y mucho más si eso le pasa a un pariente nuestro, pero aquí no sucede eso. A lo largo del ensayo demostraré que se presenta desde el principio a un personaje existencialista pues vive tensionado, angustiado y frustrado pero que a causa de su metamorfosis Gregorio comienza a cambiar su rutina pues ahora es un horroroso insecto; otro punto que también demostraré en el ensayo será el tipo de relación que Gregorio tiene con su familia, en otras palabras qué esperaba su familia de él.
Bueno, aparte de que las puertas estaban cerradas, ¿debía de verdad pedir
ayuda? A pesar de la necesidad, no pudo reprimir una sonrisa al concebir tales
pensamientos.
Ya había llegado el punto en el que, al balancearse con más fuerza, apenas
podía guardar el equilibrio y pronto tendría que decidirse definitivamente,
porque dentro de cinco minutos se rían las siete y cuarto, en ese momento
sonó el timbre de la puerta de la calle.
«Seguro que es alguien del almacén», se dijo, y casi se quedó petrificado
mientras sus patitas bailaban aún más deprisa.
Du rante un momento todo permaneció en silencio. «No abren», se dijo
Gregor, confundido por alguna absurda .esperanza. Pero entonces, como siempre, la criada se dirigió, con naturalidad y con paso firme, hacia la puerta
y abrió.
Gregor sólo necesitó escuchar el primer saludo del visitante y ya sabía quién
era, el apoderado en persona. ¿Por qué había sido con denado Gregor a prestar
sus servicios en una empresa en la que al más mínimo descuido se concebía
inmediatamente la mayor sospecha? ¿Es que todos los empleados, sin
excepción, eran unos bribones? ¿Es que no había entre ellos un hombre leal y
adicto a quien, simplemente porque no hubiese aprove chado para el almacén
un par de horas de la mañana, se lo comiesen los remordimientos y
francamente no estuviese en condiciones de abandonar la cama? ¿Es que no
era de verdad suficiente mandar a preguntar a un aprendiz - si es que este
«pregunteo» era necesario? ¿Tenía que venir el apoderado en persona y había
con ello que mostrar a toda una familia inocente que la investigación de este
sospechoso
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