Los Edos De Amino En La Busqeuda De Trabajo
Enviado por 1996753159 • 30 de Abril de 2013 • 1.401 Palabras (6 Páginas) • 625 Visitas
LOS ESTADOS DE ÁNIMO EN LA BÚSQUEDA DE TRABAJO
Batalla contra la angustia
Como resulta claro, la principal batalla que libramos cuando estamos sin empleo, se desarrolla en nuestra vida anímica. Suele invadirnos una gran cantidad de sentimientos negativos, los cuales traen como consecuencia la reducción de nuestra autoestima.
Por ello, para estar preparados, es que debemos detenernos en aquellos sentimientos negativos que nos invaden, para poder reemplazarlos. Una de las primeras cosas que nos pasan cuando no logramos una rápida reinserción en el mercado laboral es la aparición de un sentimiento de desazón, especialmente producto de experimentar una pérdida de gran parte de nuestra autoestima.
Según los casos, muchos tienen que depender de sus cónyuges, otros de sus padres (o novios, o amistades) para determinados gastos. Y esto atenta, indudablemente, contra nuestra propia autoestima.
La incertidumbre se convierte muchas veces en angustia. Tenemos que asumir que allí libramos nuestra principal batalla. Porque sólo si podemos quitarnos la angustia de encima y podremos tener una mejor visión para emprender una adecuada búsqueda de trabajo.
Reconocer nuestros miedos
En nuestro sentimiento de autoestima ingresan muchos componentes. Pero si queremos desentrañarlos, uno de los elementos en los que primero debemos hacer hincapié es en poder reconocer nuestros miedos. Debemos indagar en nosotros mismos para saber qué es lo que nos aterroriza. Tal vez encontremos que, por ejemplo, frente a una entrevista laboral nuestro vestuario no sea el más elegante. O temamos por nuestro lenguaje, o quizás por la imposibilidad de llegar a la hora.
Sea como fuese, el primer paso consiste en tomar conocimiento de nuestros temores. Como si estuviéramos frente a un mapa, tenemos que divisar la localidad hacia la que nos dirigimos.
Sólo entonces podremos enfrentar los miedos que nos carcomen.
Cómo actúa el miedo al éxito
El miedo al éxito actúa de diversas maneras. Una de las más habituales es cuando, por ejemplo, tenemos una indisposición el día que debemos hacer un examen para el que nos hemos preparado conscientemente. En ese caso, nos juegan una mala pasada nuestros intestinos. Pero la indisposición del organismo también debe ser entendida como producto de un miedo psicológico al éxito.
Y en todos nosotros vive, a veces sumergido en el inconsciente, el miedo a lo que los romanos consideraban triunfo y el hombre moderno llama éxito. Y este temor subyace cuando a veces hemos trabajado duramente en pos de una conquista. Especialmente en el campo del trabajo. No siempre se manifiesta con un malestar corporal. Muchas veces fallamos allí donde más seguros nos sentíamos un par de días antes. Solemos creer que “el destino nos juega una mala pasada” pero, en verdad, es el miedo que interiormente tenemos el que nos ha hecho claudicar en el momento menos oportuno.
Ser conscientes de nuestras actitudes
Debemos dedicar un tiempo para conocer a fondo nuestra personalidad. Y para ello debemos distinguir nuestras actitudes de los sentimientos. Porque sólo cuando conocemos unos y otros, podemos darnos cuenta de si hay o no armonía entre ambos. Y un factor importante de análisis es comprobar si existe o no coherencia entre nuestros sentimientos y nuestras actitudes. Los sentimientos son la expresión más profunda e interna de nuestra personalidad. Las actitudes son el modo en que nos desenvolvemos y que, muchas veces no están en armonía con nuestros sentimientos.
Aprender de nuestros sentimientos
Una importante regla de la Psicología nos dice que “... cuanto más aprendamos de nuestros sentimientos, más a gusto nos llevaremos con ellos”. Tenemos que tratar de lograr que todos los sentimientos armonicen en nuestra personalidad.
Para poder tener un adecuado conocimiento de los mismos, es útil que sepamos indagar en nuestro interior. Reconocer qué sentimos, qué cosas nos producen fastidio y cuándo algo nos atemoriza.
Conocer nuestros sentimientos nos ha de ser útil para saber qué “tretas” nos hacemos inconscientemente. Muchas veces nuestra gestión –en el amor, en los estudios o el trabajo- fracasa porque no hemos podido armonizar lo que verdaderamente sentimos con lo que decimos, por ello, tenemos que buscar dotar de coherencia a nuestra personalidad, logrando una amalgama entre el sentimiento íntimo y ciertas creencias que tenemos al respecto.
La empatía
El objetivo posterior de esta armonización es el de empalmar nuestro estado de ánimo con el de las personas que nos rodean. Y para poder ser útiles, agradables y convincentes a los demás, es necesario contar con el don de la empatía.
La empatía es la armonización entre nuestro pensamiento y sentimiento con el pensamiento y sentimiento de los demás. Es nuestra posibilidad de saber qué sentimos y qué siente el otro (o los otros) en nuestra presencia. Es fundamental en toda tarea humana saber qué quieren
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