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Los Ingenieros Y Las Torres De Marfil


Enviado por   •  15 de Marzo de 2015  •  613 Palabras (3 Páginas)  •  295 Visitas

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Este libro está dedicado a los ingenieros, a los graduados a aquellos jóvenes que,

con inquietudes constructivas y con ansia de servir, desean serlo; a las personas que,

con dedicación, perseverancia y sacrificio, enseñan a las nuevas generaciones a iniciarse

en la carrera; y a los que, en el ocaso de la vida, pueden analizar en forma retrospectiva

sus éxitos y fracasos, sus aciertos y sus errores, y su contribución, grande o pequeña, al

progreso humano por medio de la construcción. Los ejemplos están tomados, en

general, del campo de la ingeniería civil, pero los conceptos básicos son aplicables a

todas las ramas de la ingeniería. Más aun, no solo los ingenieros se beneficiaran de su

lectura; contiene mensajes que son comunes a todos los profesionistas, a los maestros y,

de manera amplia, a aquellas personas que, por su capacidad mental, su instrucción,

erudición o sabiduría, desempeñan cargos en que deben dirigir, orientar y encauzar a sus

semejantes.

Hardy Cross (1885-1959), tan conocido en el mundo técnico por haber

desarrollado en forma práctica y aplicable a los métodos iterativos de análisis

estructural, el procedimiento de analogía de la columna, sistemas de cálculo de flujo en

redes de agua potable, y otros métodos de investigación de conjuntos y estructuras

menos difundidos que los anteriores, fue un gran educador, un planificador, un

constructor y un filosofo. Pero en este mundo de especialización siempre creciente, su

enseñanza, que recala la importancia de generalizar los conocimientos y la

investigación, se ha visto ahogada en mares sin fondo de tecnología y de tecnificación.

El hombre es cada vez menos íntegro, menos capaz de comprender los problemas en su

forma amplia y completa; a medida que se estrecha más el campo específico en que

ejerce, su visión se angosta y limita.

El intelectual del siglo XX, y en particular el técnico contemporáneo, está

perdiendo gradualmente su capacidad .de contemplación; no se interesa por la

naturaleza, no la admira, no hace esfuerzo por comprenderla, y se pierde las lecciones

que a diario, a cada instante, nos da si sabemos tomarlas. Enseñanzas no sólo sobre la

belleza suprema de la aurora y el crepúsculo, las flores, pájaros, insectos o paisajes, sino

todo género de temas, técnicos y no técnicos. Quien contempla un árbol, y medita cómo

es capaz de resistir las fuerzas del viento, la erosión y la perenne acción de la gravedad,

tiene a su alcance doctrinas sin límite sobre diseño y comportamiento estructural; ese

árbol, tan débil y flexible en sus hojas, aumenta en resistencia a medida que sus partes

se acercan al tronco, se arraiga en la tierra, y al mismo tiempo

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