Los cuadros de Magritte
Enviado por gomyneitor • 15 de Diciembre de 2013 • Ensayo • 460 Palabras (2 Páginas) • 347 Visitas
(Lessines, Bélgica, 1898 - Bruselas, 1967) Pintor belga. Durante un primer período la obra de Magritte estuvo fuertemente influida por la figura de DeChirico y por la atmósfera misteriosa de sus pinturas. Más tarde entró en contacto con la vanguardia parisina del momento, presidida por André Breton, y comenzó a desarrollar un surrealismo que iría evolucionando con los años hacia un estilo muy personal, cuyos símbolos giran con frecuencia alrededor de la relación entre el lenguaje y sus objetos.
René Magritte
Contrario ya al automatismo, su pintura se hizo reflexiva y minuciosa, y se caracterizó sobre todo por la asociación de elementos disímiles entre los que establece ingeniosas analogías o nexos insólitos y disparatados, pero convincentes dentro de la realidad pictórica. Así, sus referencias se van haciendo cada vez más intelectualizadas, hasta el punto de que muchas de sus obras deben leerse en relación con las tesis del estructuralismo. Son habituales en sus cuadros los juegos de duplicaciones, ausencias y representaciones dentro de representaciones.
Los cuadros de Magritte no son revelaciones oníricas ni jeroglíficos cuyo sentido hay que descifrar. Obras como Tiempo pasado (1939, Art Institute, Chicago) no ilustran nada en concreto, en ellas no hay nada más que la magia de una locomotora suspendida en una chimenea que actúa como túnel. Igualmente fantástica es la noche de oscuridad impenetrable que rodea una casa recortada contra un misteriosamente luminoso cielo en El imperio de la luz (1953-1954, Colección Peggy Guggenheim, Venecia). No hay otro enigma en Los amantes (1928, Colección privada, Nueva York) que el de sus rostros desconocidos aludiendo quizá a la imposibilidad de saber quién es el otro. Magritte manipula imágenes cotidianas como un juego con el que quiere devolvernos la frescura de la mirada.
Max Ernst
(Brühl, Alemania, 1891 - París, 1976) Pintor y escultor alemán. Formó parte del movimiento dadaísta de Colonia, aunque desde 1919 ya realizaba asociaciones en sus obras que pueden considerarse surrealistas.
Ernst practicó diversas y originales técnicas pictóricas, siempre dentro de la estética de lo absurdo y dictadas por el automatismo característico del surrealismo. Empleó durante toda su vida el procedimiento del collage, como en La mujer de cien cabezas (1929). Mediante el balanceo de una lata de pintura agujereada experimentó la técnica del goteo, claro antecedente del futuro dripping de Jackson Pollock.
También usó el recurso de la decalcomanía, con el que duplicaba manchas de forma simétrica, y el método del frottage, que consistía en la reproducción de texturas, al pintar sobre un papel superpuesto a una superficie con relieves. Con este procedimiento trabajó sus colecciones de Bosques y de la Historia Natural entre 1926 y 1928. Gran parte de su producción se caracteriza
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