Los medios de comunicación, estudios e informes hablan con frecuencia del Producto Interior Bruto

Los medios de comunicación, estudios e informes hablan con frecuencia del Producto Interior Bruto (PIB) como medidor del estado de un país. No obstante, se trata de una medida macroeconómica que se basa en la producción de bienes y servicios y que obvia elementos tan fundamentales para las personas como la calidad de vida, el bienestar. En definitiva, la felicidad de sus habitantes. En estos días, más que nunca, vale la pena realzar el valor de la Felicidad Interior Bruta (FIB) de los países.

La Felicidad Interior Bruta (FIB) es un índice que califica el bienestar y la felicidad de los habitantes de un estado. Enfrentan este valor subjetivo a valores objetivos como la producción y el consumo. ¿Y cómo se mide algo tan etéreo? A través de un cuestionario de 180 preguntas en torno a nueve cuestiones:

 Bienestar psicológico.

 Uso del tiempo,

 Vitalidad de la comunidad.

 Cultura.

 Salud.

 Educación.

 Diversidad medioambiental.

 Nivel de vida.

 Gobierno.

El país que acuñó este curioso barómetro para medir el bienestar de sus gentes es Bután. Los habitantes de esta reciente monarquía constitucional -hasta 2006 era feudal-, cuya cultura ha estado históricamente basada en el budismo, basan su economía en la agricultura y la ganadería. Su capital no tiene semáforos y la modernización se encamina hacia un equilibrio con el respeto a la cultura y costumbres de la población.

Pues bien, como respuesta a las críticas sobre la pobreza económica de Bután, el país creó su propio índice de bienestar, que es el Felicidad Interior Bruta (FIB) que tratamos en este artículo. Aunque en el mundo occidental pueda parecer un índice estrafalario o una moda, los buthaneses se lo toman como algo muy serio

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