MAÑANA O PASADO CAPÍTULO 1
Enviado por Morenciana • 28 de Septiembre de 2014 • 1.411 Palabras (6 Páginas) • 238 Visitas
CAPÍTULO 1
“El mexicano no es jugador en equipo: en los deportes sobresale en el box, pero no el futbol; en el tenis, pero no en el basquetbol.”. Se referían a un puñado de boxeadores estelares del pasado (Rodolfo Casanova, Kid Azteca, Vicente Zaldívar, Rubén Olivares y Pipino Cuevas) y, a Maromero Páez y Julio César Chávez, así como a las estrellas de tenis Rafael Osuna y Raúl Ramírez de los años sesenta y setenta del siglo XX.
México nunca ha llegado más allá de los cuartos de final en los Mundiales de futbol, a pesar de ser el único país “tercermundista” en haberlo albergado dos veces; nunca ha generado un número de estrellas en las ligas mayores de béisbol. Los mexicanos siempre han dado malos resultados en la competencias internacionales. Nuestros dos atletas más sobresalientes de los años ochenta, noventa y principios del siglo XXI -Hugo Sánchez y Ana Gabriela Guevara- fueron estrellas individuales que brindaron grandes alegrías, pero sólo ellos,
En México los equipos de futbol más antiguos, el América y el Necaxa en la ciudad de México o el Guadalajara, eran solo eso: equipos de futbol, No había miembros, ni beneficios, ni mucho menos redes y actividades sociales.
Lo cierto es que a los mexicanos no les gusta socializar colectivamente. Prefieren ver los partidos en casa, o limitar su devoción a visitar el estadio de su equipo, y punto.
Si retrocedemos a la época precolombina, aparece un antecedente de esta tendencia individualista, así como la evidencia e su surgimiento previo a la Conquista. Según se puede deducir de inscripciones en las ruinas de arenas deportivas (de Chichén Itzá, en Yucatán; de Tlatilco, cerca el lago Texcoco; de San Lorenzo, los restos olmecas más antiguos, en Veracruz; y, sobre todo, de Tajín), el juego de pelota, por ejemplo, era tanto colectivo como individual. Dos equipos, se enfrentaban para determinar la suerte de la vida local y de la civilización; pero abundan las referencias al hecho de que en la arena, los equipos estaban representados únicamente por su capitán. De acuerdo con varias fuentes, el capitán del equipo ganador gozaba del privilegio exclusivo de cortarle la cabeza al del equipo derrotado una vez concluido el juego de pelota. El espíritu individualista del torneo llegaba a su cima en las consecuencias claramente individuales de perder. Tal vez el capitán del equipo vencido representaba a una colectividad y pagaba por sus fracasos, pero la cabeza que rodaba era la suya; el castigo, aunque representacional y simbólico, era a todas luces individual.
También a nivel anecdótico, se puede decir que el primer “mexicano”, en el sentido actual del término, no fue el hijo de la Malinche y Hernán Cortés. El primer “mexicano” fue la Malinche misma, que se ganó la confianza de Cortés y le tradujo y explicó la naturaleza de los retos a los que se enfrentaría. A pesar de su origen indígena. Marina se convirtió en la primera mexicana en cuanto puso en práctica lo que sus descendientes repetirían: buscar soluciones individuales a problemas colectivos, llevando ambos términos al extremo. La solución individual consistió en seducir y acostarse con el enemigo, y el problema colectivo fue nada menos que el cataclismo que golpeó a Tenochtitlán. La Malinche simplemente recurrió a su talento individual para convertir la necesidad en virtud, y salvar espléndidamente bien su pellejo.
Los mexicanos suelen mostrar un desempeño mediocre en todo tipo de empeño colectivo; o bien somos netamente incapaces de cualquier tipo de actividad que involucre a más de uno, en una de esas por buenas razones.
¿Por qué los mexicanos solitarios e individuales? Los mexicanos son como cangrejos en una cubeta, todo ansiosos por fugarse de su eterno estado de cautiverio. Si por azar uno de ellos se acerca al borde de la cubeta y se aproxima a la orilla, los demás se encargan de arrastrarlo de vuelta al fondo. Prefieren, por mucho, verlo morir con ellos que dejarlo vivir solo. Esto es, como reflejo de la acción colectiva en México contra el individualismo de un cangrejo que se convierte en objeto de la proverbial envidia mexicana al éxito, es preferible entenderla como una expresión del individualismo.
“Entre más se organiza el mexicano o se agrupa en diversos tipos de asociaciones, menor es la probabilidad de considerarse muy feliz”. En un estudio realizado por GAUSSC
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