Macroeconomía Colombiana

En América Latina Colombia ha sido uno de los pocos que se ha caracterizado por su estabilidad macroeconómica en sus últimas décadas hasta comienzos de los 90. Como se observó en el texto Colombia en 1905 fue una economía pobre, inestable tanto como política y económicamente, con los más bajos niveles de exportaciones e inversiones.

Sin embargo en 1980 Colombia fue uno de los pocos países en América Latina que mantuvo niveles manejables de endeudamiento externo y tasas de crecimiento del PIB positivas cada año, quien sobresalió como un ejemplo sano del manejo macroeconómico.

Es importante resaltar que el texto propone una ley de los partidos, gracias a estudios realizados, entre menos partidos existan en la sociedad más asertiva será la política en esta nación, los sistemas bipartidistas son más estables, efectivos y cualitativamente superiores en términos de valores democráticos básicos, sin embargo en la realidad mundial estos sistemas son poco comunes.

Estoy muy de acuerdo con las metas propugnadas por el populismo en América Latina según James Malloy las cuales son fomentar la independencia económica Nacional, romper las estructuras semifeudales al fin de liberar los recursos humanos y materiales para el desarrollo económico, promover la justicia social en todos los sectores de la Nación. Sin embargo es realmente difícil romper con la dependencia, principalmente en la parte comercial, ya que no todos podemos producir la totalidad de nuestros productos en la nuestra Nación.

En el texto nos podemos dar cuenta como se ha podido manejar una política macroeconómica del café comenzando por los personajes más influyentes en la política de nuestro país ya que ellos tienen raíces antioqueñas, y al parecer este sector ha traído estabilidad.

En Colombia no hay una sociedad homogénea, hay muchas diferencias de clases y económicas. Pocos tienen mucho y muchos tienen nada, hay un alto índice de necesidades básicas insatisfechas que arrojan como resultado unos indicadores sociales muy bajos, ésto, unido a todo lo anterior, hace que Colombia comparado con otros países del mundo sea considerado un país subdesarrollado. Muchos aseguran que las cosas han mejorado, pero ellos hacen las mediciones comparando nuestros edificios, puertos y carreteras, y no el hambre que sufren los más necesitados. Estos optimistas son felices mostrando que los empresarios ya son tan ricos como los empresarios europeos, pero sin embargo no muestran que nuestros trabajadores son tan pobres como los pobres africanos.

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