Mario Bunge
Enviado por alejandro27081 • 22 de Febrero de 2013 • 1.356 Palabras (6 Páginas) • 417 Visitas
LAS FINALIDADES DE LA CIENCIA: COMPRENSIÓN,
PREDICCIÓN, CONTROL, LEGITIMACIÓN
Este tema ofrecemos una introducción a buena parte de los problemas
que vamos a tratar en este curso con el propósito de que el estudiante tenga
una visión panorámica de algunos de los problemas metodológicos que inevitablemente
aparecen en las ciencias sociales. Presentaremos primeramente
en el primer epígrafe cómo se produce explicaciones en la ciencia, y cuales
son las cuestiones filosóficas que nos sugieren. A continuación (§2)
dejaremos planteado uno de los interrogantes clásicos en filosofía de las
ciencias sociales: ¿debemos asimilar estas a los patrones que nos proporcionan
las ciencias naturales o son, de algún modo, autónomas? Una expresión
de esta autonomía cabría verla en los distintos patrones explicativos que en
ellas aparecen (§3). De ellos nos ocuparemos ampliamente en los temas 3, 4,
y 5. Por otro lado, como cierre del tema, anticipamos la cuestión que cierra
también el curso: la condición dual de las ciencias sociales como disciplinas
positivas y normativas (§4).
Vayamos entonces con la explicación científica y procedamos gradualmente.
En una primera aproximación, si pensamos en los manuales de cualquier
disciplina de las canónicamente consideradas científicas (por ejemplo,
la física), no será difícil conceder que el conocimiento científico se nos suele
presentar proposicionalmente, es decir, como información expresada
mediante enunciados de los que cabe decir, en principio, si son verdaderos o
falsos apelando a la experiencia empírica. Esos enunciados no se nos ofrecen
como una secuencia inconexa, sino que suelen agruparse formando argumentos,
conjuntos de proposiciones en los que, en general, cabe distinguir
dos clases: premisas y conclusiones. Un buen argumento es aquel que conecta
las premisas con las conclusiones de tal modo que la conclusión resulta
entonces más plausible de lo que sería por sí sola. Esto es, un buen argumentos
nos impele a creer en la conclusión, a considerarla, en algún grado,
verdadera.
Por ejemplo, no tendemos a conceder demasiado crédito a quien simplemente
nos dice «en las próximas elecciones autonómicas en Asturias ganará
la presidencia el partido X». Pero solemos prestar más atención cuando
alguien argumenta del siguiente modo: «A la vista de una sondeo de 2000
entrevistas, el partido X obtendrá un 65% de los votos emitidos con un nivel
de confianza del 99,5%. Por tanto, obtendrá suficientes diputados para ganar
la presidencia de la Comunidad». En el primer caso, nuestro primer interlocutor
nos proporciona una simple opinión, que se vuelve más plausible cuando
se infiere como conclusión de la premisa estadística que añade nuestro
segundo contertulio. Que la conclusión resulte ahora más plausible no quiere
decir, desde luego, que sea verdadera. Pero tenemos el argumento proporcionado
nos dar una razón para aceptarla a la espera de que se celebren las
elecciones.
Pues bien, la explicación constituye una forma paradigmática de argumentación
científica. La ciencia pretende explicar muy distintos fenómenos
y para ello suele invocar cierta clase de proposiciones a las que nos referimos
como leyes. Conocidas una ley y ciertas condiciones iniciales, cabe utilizarlas
como premisa en un argumento de modo tal que de ellas se infiera el fenómeno
que pretendemos explicar como conclusión.
Por ejemplo, supongamos que alguien pregunta por qué el cielo es azul.
Ofrezcámosle el siguiente argumento a modo de explicación científica
intuitiva:
(P1) [Ley]: Si las partículas existentes en la atmósfera tienen un tamaño
igual o inferior al de la longitud de onda de la luz incidente, esta les cederá
parte de su energía que acabará siendo irradiada al entorno en forma de
onda electromagnética. La intensidad de la luz difundida será inversamente
proporcional a la cuarta potencia de la longitud de onda (1/λ4)
(P2) La atmósfera terrestre está compuesta principalmente de moléculas
de nitrógeno y oxígeno, de tamaño inferior al de la longitud de onda de la luz
solar incidente.
(P3) La longitud de onda de la luz azul es de las más corta (400 nanómetros)
y es la más abundante en el sol.
(C) La atmósfera filtrará más luz azul que de cualquier otro color, y eso
le da su aspecto característico.
Dada la diversidad de argumentos que se nos presentan como explicaciones
científicas, la filosofía de la ciencia pretende ofrecer patrones generales
que nos sirvan para establecer en qué consista una buena explicación
38 FILOSOFÍA DE LAS CIENCIAS SOCIALES
científica y poder así identificarlas. Para ello, es imprescindible acordar, por
una parte, qué consideraremos una ley y, por otra, qué tipo de nexo argumental
(por ejemplo, deductivo o inductivo) articula premisas y conclusión.
Ambas cuestiones resultan, como vamos a ver, sumamente problemáticas.
Ocupémonos brevemente
...