Materia Biologia
Enviado por majitoquizhpi • 12 de Enero de 2014 • 1.022 Palabras (5 Páginas) • 389 Visitas
EL TRABAJO CREADO Y CREADOR
Resumen
En la encíclica Laborem exercens en los numerales 4 al 10, ilustra y desarrolla la profecía bíblica del trabajo, tomando pié de las primeras páginas del Génesis (la muy conocida historia de la creación) donde se presenta el trabajo como una dimensión fundamental de la existencia humana sobre la tierra. El trabajo aparece como creado por Dios y dado al hombre como vocación: “hecho a imagen y semejanza de Dios puesto en el universo visible, y ordenado para que dominase la tierra, el hombre desde el principio está llamado al trabajo” (introducción a la encíclica); como una característica esencial, que distingue al hombre del resto de las creaturas; como mandamiento: mejor, como expresión vital del primer mandamiento que se encuentra en la historia de la salvación: “cuando el hombre, hecho a imagen de Dios siente las palabras: procread y multiplicaos, y henchid la tierra, sometedla, aunque estas palabras no se refieran explícitamente al trabajo, indirectamente ya se lo indica sin duda alguna como una actividad por desarrollar en el mundo. Más aun, demuestran su misma esencia más profunda: el hombre es la imagen de Dios por el mandato recibido de su
Creador, de someter y dominar la tierra. En la realización de este mandato el hombre, todo ser humano varón y hembra, refleja la acción misma del Creador del Universo” (LE 4). En otras palabras desconcertantes el trabajo en manos del hombre, se hace creador, no ciertamente para crear el universo, pero sí para dominarlo, es decir, para completarlo, para concluirlo, para adornarlo. Son las palabras de la Biblia, que el
Concilio Vaticano nos ha propuesto recientemente en toda su plena fecundidad (pero ya
San Ambrosio la había entendido así) y que la Laborem Exercens las presenta de nuevo: en la palabra de la divina Revelación está inscrita muy profundamente esta verdad fundamental, que el hombre, creado a imagen de Dios, mediante su trabajo participa en la obra del Creador, y según las medidas de sus propias posibilidades en cierto sentido, continúa desarrollándola y la completa, avanzando cada vez más en el descubrimiento de los recursos y de los valores encerrados en todo lo creado” (LE 25).
Pero el primer resultado de la actividad creadora del trabajo humano será el de ayuda al hombre a descubrir: grande, libre, por ser imagen de Dios (el cual “es capaz de crear por que es infinitamente grande y totalmente libre, es decir omnipotente y espíritu” según escribía Santo Tomás).
Sobre el fundo luminoso el trabajo describe tres esferas de valores que se reclaman y completan mutuamente.
a.- La primera esfera: atañe directamente a la persona de cada ser humano, en el sentido de que el trabajo constituye para cada uno su propia autorealización, es decir, lo ayuda a descubrir su propia identidad. “En todo proceso del trabajo, el hombre se manifiesta y confirma como el que domina (LE 6); “mediante el trabajo el hombre no solo transforma la naturaleza adaptándola a las propias necesidades, sino que se realiza a sí mismo como
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