Medición del riesgo en epidemiología
Enviado por pacheco0 • 10 de Marzo de 2015 • Trabajo • 3.145 Palabras (13 Páginas) • 382 Visitas
Medición del riesgo en epidemiología*
Primera parte
Juan José García García**
* Fragmento de un libro en preparación.
** Coordinador de Enseñanza de 3o y 4o años. Depto. de
Salud Pública. Facultad de Medicina, UNAM, 1998.
La necesidad de resolver los problemas de salud que se
presentan en la práctica clínica, así como los que ameritan
de una respuesta social organizada, exige tanto la
disponibilidad de herramientas para la adecuada valoración
de la situación, como de los recursos que permitirán
enfrentarla. El presente trabajo intenta contribuir a sentar
las bases para comprender al enfoque riesgo como
una herramienta de apoyo a dicha valoración.
Con un desarrollo importante en el área de la atención
materno-infantil, ahora es posible hablar de embarazo de
alto riesgo y de recién nacido de alto riesgo para referirse
a un tipo de pacientes que requieren de la intervención
de personal calificado en unidades de segundo y
tercer nivel de atención médica. De igual manera, la respuesta
al por qué ocurre o ha ocurrido un evento y a qué
puede o pudo hacerse para evitarlo, encierra una idea de
búsqueda de relaciones causales que, a su vez, pueda
orientar las acciones de carácter preventivo para evitar
el evento en cuestión. En la atención cardiológica la
identificación de antecedentes como hipertensión arterial,
obesidad, tabaquismo y elevados niveles sanguíneos
de colesterol, asociados a una mayor frecuencia de
episodios de infarto al miocardio, ha permitido conducir
programas de salud tendentes a modificarlos a través de
diferentes acciones, logrando reducir las tasas de incimedigraphic
Artemeni lsínaea
García GJJ: Medición del riesgo en epidemiología.• Rev Mex Pediatr 1998; 65(2); 76-83
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www.medigraphic.com
El término riesgo tiene diferentes acepciones, una de
ellas es que constituye la probabilidad de que las personas
sanas, pero expuestas a ciertos factores, adquieran
o desarrollen una enfermedad dada. Tales factores, llamados
de riesgo, son características que van acompañadas
de un aumento en la probabilidad de que ocurra
un proceso patológico, lo que significa que se encuentran
asociadas estadísticamente con la ocurrencia de un
daño, aunque dicha asociación pueda ser o no de tipo
causal.1 A este respecto, Jenicek y Cleroux2 señalan la diferenciación
que algunos autores hacen sobre este término,
restringiendo su empleo a los factores que pueden ser
modificables mediante algún tipo de intervención, e introducen
la noción de indicador o marcador de riesgo para
referirse a las características como la edad, el género y las
características genéticas, que, si bien están relacionadas
estadísticamente con una mayor frecuencia de una enfermedad
particular, no son susceptibles de modificarse.
En este sentido, se habla de población expuesta en
relación a las personas que están o han estado en contacto
con un factor de riesgo, y que, al mismo tiempo,
son susceptibles de desarrollar la enfermedad. En el terreno
epidemiológico, a fin de que la descripción y análisis
de un problema de salud se realice dentro de un contexto,
además del número de casos o de eventos estudiados,
debe tomarse en cuenta el tamaño y características del
grupo de individuos en el que estos se presentaron.
Dado que los eventos «enfermedad y muerte» pueden
ser clasificados como variables de tipo cualitativo, al
describir la información relativa a la morbilidad y mortalidad
se construyen las medidas de resumen correspondientes,
que requieren de la precisión del denominador
que constituye precisamente, lo que se considera como
«población» o como «población en riesgo», que indica
que se trata de individuos susceptibles a la enfermedad
o evento considerado en el numerador.
Por lo anterior, el riesgo también es referido como
una medida de la ocurrencia de casos nuevos en una población,
y se le conoce como incidencia acumulada.
La exposición a un factor de riesgo puede tener lugar
en un punto en el tiempo, puede ser intermitente o puede
ser continua por largos periodos, por ejemplo dentro del
ambiente laboral. Cuando los daños a la salud se presentan
en un breve lapso después de la exposición a un factor
de riesgo, la identificación de éste puede ser relativamente
sencilla, como en los casos de manifestaciones de
intoxicación después de ingerir algún medicamento; sin
embargo, tratándose de enfermedades crónico-degenerativas,
la relación entre la exposición y el daño puede ser
menos obvia.
De acuerdo con Fletcher,3 dicha relación es difícil de
establecer en las siguientes situaciones;
a) Cuando el periodo de latencia entre el momento de
la exposición y la manifestación de la enfermedad es
prolongado. Por ejemplo, en enfermedades ocupacionales
cuando aparece el daño, la exposición inicial puede
haber sido olvidada al haber ocurrido muchos años antes.
b) Cuando existe una exposición frecuente a los factores
de riesgo. En este caso, sólo mediante observaciones
cuidadosas que comparan la ocurrencia de la enfermedad
entre grupos expuestos y grupos no expuestos
puede llegar a evidenciarse la relación. Al ser común la
exposición no se piensa en ella como un posible factor
de riesgo.
En el caso contrario, es decir, cuando la frecuencia de
la exposición es rara, existen dificultades para estudiar la
relación, pero se requiere la sospecha inicial de su participación
y la identificación de grupos altamente expuestos,
por ejemplo, en un medio ocupacional.
c) Cuando la incidencia de la enfermedad es baja,
dado que el número reducido de casos que se presenta
dificulta la realización de algunos tipos de estudios.
d) Cuando la asociación estadística entre el factor estudiado
y la enfermedad es débil, es necesario estudiar un
gran número de casos para concluir que existe una mayor
probabilidad de ocurrencia del evento. La dificultad subsiste
aún si el factor de riesgo y la enfermedad son frecuentes,
pues se tiene la duda acerca
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