Moral y ética de un problema de ingeniería genética
Enviado por pedroperez94 • 8 de Septiembre de 2014 • Trabajo • 1.306 Palabras (6 Páginas) • 333 Visitas
En la actualidad, existen nuevas tecnologías que cada día nos benefician a todos de alguna manera, como son los avances científicos y biológicos, donde se ve reflejado el desarrollo de la clonación o manipulación genética que está casi por lograrse ya, a nivel mundial. Todo organismo, aún el más simple, contiene una enorme cantidad de información. Esta información se encuentra almacenada en las moléculas del ADN. Todo esto se pudo identificar gracias al desarrollo de la genética y sus ramas acompañado de las tecnologías que nos rodean. Desde hace tiempo, es evidente que la ciencia va más deprisa de lo que creemos y, prácticamente, es posible hoy en día manipular alguna característica de un gen e introducirle determinaciones o rasgos que nosotros queramos para un futuro perfeccionar a los humanos. Es claro, que estas modificaciones conllevan a dilemas morales y éticos, ya que las personas por naturaleza debemos adaptarnos a ella y hacia el mundo que se nos ha dado, sin tener que cambiar esos fundamentos. Pero, surge una cuestión “¿Sería necesaria una idea de ingeniería genética que permita cuerpos más fuertes, memorias más finas, inteligencias más agudas y temperamentos más alegres?”(Michael Sandel, Contra la perfección, 2007, pág. 13).
A partir de los dilemas éticos y morales, surgen una cantidad de debates frente a estas modificaciones genéticas, ya que algunos dicen que la clonación es rechazable porque viola el derecho del ser clonado a la autonomía. Sin embargo, suponiendo que una pareja escogiese la configuración genética, de acuerdo a algunas capacidades de talento, ya sean musicales, atléticas o psicológicas, se deben tener en cuenta que no hay limitación de autonomía, y existe igualmente una libertad de pensamiento y actuación, y no se puede obligar a vivir similarmente a la persona de donde provienen estos rasgos, sino que hay propiciarle el derecho a escoger su futuro. Por esto, la autonomía no se ve afectada por dos razones. En primer lugar, es cierto que los padres influyen en el diseño genético de los hijos en sus características físicas, pero a su vez, estos no escogen su herencia genética y al desarrollarse tendrán libertad de pensamiento, sin importar las limitaciones que le fueron asignadas voluntariamente. Y en segundo lugar, la mayoría de las personas buscan por el mejoramiento de sí mismos, y no habría forma para explicar las razones morales que demuestren lo contrario. El problema moral y ético surge cuando estas aplicaciones son realizadas con el fin de ir más allá de la salud y de mejorar sus capacidades físicas y cognitivas, donde se pueden originar alteraciones genéticas que se puedan heredar en las próximas generaciones por excesiva experimentación. De aquí sobresale los miles de intentos que se necesitan para procrear un ser perfecto que fue el esperado con las características deseadas.
Michael Sandel, en su libro, Contra la perfección- La ética en la era de la ingeniería genética, habla sobre la optimización muscular, la memoria, la altura y la selección de género. Estos cuatro temas son las aplicaciones que hoy en día son experimentadas genéticamente. La optimización muscular, permite aliviar la distrofia muscular y revertir la pérdida de este tejido; pero, surge una cuestión. Si a partir de esto, se pudiese crear un atleta con un aumento muscular y unas capacidades que están por encima de lo normal, entonces ¿se deberían prohibir el uso de estas alteraciones en las ligas deportivas profesionales o simplemente seguir prohibiendo los esteroides y productos dopantes? Asimismo, se hace una comparación entre las ventajas y desventajas de ambos. El uso de los esteroides y los dopantes tiene efectos secundarios perjudiciales para la salud, mientras que una modificación genética no posee aun una desventaja significante, por lo cual no hay un motivo válido para prohibir el trastorno genético voluntario en las competencias deportivas, además, de imaginarse un buen espectáculo sobrehumano.
Por otra parte, tenemos la memoria, donde cabe observar que los
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