Naranja Mecanica
Enviado por hegl870817 • 18 de Octubre de 2013 • 1.198 Palabras (5 Páginas) • 255 Visitas
INTRODUCCIÓN
La naranja mecánica exprimida de nuevo
Publiqué la novela A Clockwork Orange en 1962, lapso que debería haber bastado
para borrarla de la memoria literaria del mundo. Sin embargo se resiste a ser borrada, y
de esto la versión cinematográfica de Stanley Kubrick es la principal responsable. De
buena gana la repudiaría por diferentes razones, pero eso no está permitido. Recibo
cartas de estudiantes que tratan de escribir tesis sobre la novela, o peticiones de
dramaturgos japoneses para convertirla en una suerte de obra de teatro noh. Así pues, es
altamente probable que sobreviva, mientras que otras obras mías que valoro más
muerden el polvo. Esta no es una experiencia inusual para los artistas. Rachmaninoff
solía lamentarse de que se le conociera principalmente por un Preludio en Do menor
sostenido que compuso en la adolescencia, mientras que sus obras de madurez no
entraban nunca en los programas. Los niños afilan sus dientes pianísticos en un Minueto
en Sol que Beethoven compuso sólo para poder detestarlo. Tendré que seguir viviendo
con La naranja mecánica, y eso significa que me liga a ella un cierto deber de autor.
Tengo un deber muy especial hacia ella en los Estados Unidos, y será mejor que explique
en qué consiste.
Expondré la situación sin rodeos. La naranja mecánica nunca ha sido publicada
completa en Norteamérica. El libro que escribí está dividido en tres partes de siete
capítulos cada una. Recurra a su calculadora de bolsillo y descubrirá que eso hace un
total de veintiún capítulos. 21 es el símbolo de la madurez humana, o lo era, puesto que a
los 21 tenías derecho a votar y asumías las responsabilidades de un adulto. Fuera cual
fuese su simbología, el caso es que 21 fue el número con el que empecé. A los novelistas
de mi cuerda les interesa la llamada numerología, es decir que los números tienen que
significar algo para los humanos cuando éstos los utilizan. El número de capítulos nunca
es del todo arbitrario. Del mismo modo que un compositor musical trabaja a partir de una
vaga imagen de magnitud y duración, el novelista parte con una imagen de extensión, y
esa imagen se expresa en el número de partes y capítulos en los que se dispondrá la
obra. Esos veintiún capítulos eran importantes para mí.
Pero no lo eran para mi editor de Nueva York. El libro que publicó sólo tenía veinte
capítulos. Insistió en eliminar el veintiuno. Naturalmente, yo podía haberme opuesto y
llevar mi libro a otra parte, pero se consideraba que él estaba siendo caritativo al aceptar
mi trabajo y que cualquier otro editor de Nueva York o Boston rechazaría el manuscrito sin
contemplaciones. En 1961 necesitaba dinero, aun la miseria que me ofrecían como
anticipo, y si la condición para que aceptasen el libro significaba también su truncamiento,
que así fuera. Por tanto hay una profunda diferencia entre La naranja mecánica que es
conocida en Gran Bretaña y el volumen algo más delgado que lleva el mismo título en los
Estados Unidos de América.
Sigamos adelante. El resto del mundo recibió sus ejemplares a través de Gran
Bretaña, y por eso la mayoría de las versiones (ciertamente las traducciones francesa,
italiana, rusa, hebrea, rumana y alemana) tienen los veintiún capítulos originales. Ahora
bien, cuando Stanley Kubrick rodó su película, aunque lo hizo en Inglaterra, siguió la
versión norteamericana, y al público fuera de los Estados Unidos le pareció que la historia
acababa algo prematuramente. No es que los espectadores exigieran la devolución de su
dinero, pero se preguntaban por qué Kubrick había suprimido el desenlace. Muchos me
escribieron a propósito de eso; la verdad es que me he pasado buena parte de mi vida
haciendo declaraciones xerográficas, de intención y de frustración de intención, mientras
que Kubrick y mi editor de Nueva York gozaban tranquilamente de la recompensa
...