Nfermería en la tanatología
Enviado por andreaelefante • 22 de Noviembre de 2013 • Informe • 334 Palabras (2 Páginas) • 260 Visitas
NFERMERÍA EN LA TANATOLOGÍA
Nosotros vivimos en una sociedad negadora de la
muerte y evitamos por sobre todas las cosas reflexionar
acerca de nuestra propia muerte; esto representa
un gran peso emocional porque estamos conscientes
de que su ocurrencia está totalmente garantizada, de
manera paradójica, natural, universal, cotidiana, indeterminable,
única, individual y radical. Nadie más
la puede vivir por nosotros.
La muerte no es un hecho o un instante; es un
proceso que inicia desde el momento de nuestra concepción.
Es un misterio inexplorado lleno de incógnitas,
temores, oportunidades, angustias, opciones y es
inherente a la vida, va de la mano en cada instante
en nuestro largo caminar.
Nosotros como seres humanos y profesionales dedicados
al cuidado de los enfermos debemos incluirla
en nuestra ciencia, pensar en ella y asumirla, ya que
ésta amplía nuestro horizonte vital; el cual dará un
sentido y significado a nuestro diario trabajar que
nos conducirá a una trascendencia en donde no sea
posible vivir en un plano estéril, como el que sólo se
limita a pasar por el mundo sin dejar huella en su
caminar.
En 1858 Florence Nightingale escribió, que nuestro
objeto fundamental como enfermeras es “Situar
al paciente en el mejor estado posible para que la naturaleza
actúe en él”. Nuestra profesión es: Una
ciencia, pero también un arte.
Hay que aceptar la muerte con humildad y humanidad,
para pasar del curar al aliviar.
Tenemos un compromiso ético con cada uno de
nuestros pacientes, el no abandonarlos y acompañarlos
aliviando los síntomas adversos durante el trayecto
de su enfermedad, respetando su autonomía, permitiéndoles
partir rodeado de sus seres queridos en
un ambiente cálido y de amor, nosotros en su compañía.
La enfermera debe brindar calidad y calidez a sus
pacientes permitiendo satisfacer sus necesidades físicas,
emocionales, sociales y espirituales como un ser
humano que se encuentra en el lecho del dolor.
Virginia Henderson en el año de 1966 dijo:
“Ayudar al individuo sano o enfermo, en la ejecución
de las actividades que contribuyen a conservar
la salud o a su recuperación, a proporcionar una
muerte apreciable y tranquila que, sin duda, el sujeto
llevaría a cabo por sí mismo si dispusiera de las
piezas necesarias y de los indispensables conocimientos,
desempeñando esta función de tal manera
que le ayude, además, a lograr absoluta independencia
cuanto antes”.
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