Nutrición de plantas

UNIVERSIDAD DE SAN CARLOS DE GUATEMALA

CENTRO UNIVERSITARIO DE NOROCCIDENTE

INGENIERÍA AGRONÓMICA CON ÉNFASIS EN FRUTICULTURA

CURSO: PRACTICAS AGRÍCOLAS

CICLO I (Primer Semestre) Enero-junio

RESPONSABLE: Ing. Agr. Otto Gabriel Salguero Vásquez

DOCUMENTO DE APOYO No. 7

METODOS DE MANEJO INTEGRADO DE PLAGAS Y ENFERMEDADES

1. AGENTES PARASITARIO Y NO PARASITARIOS DE PLANTAS Y ANIMALES

Tradicionalmente se han considerado los accidentes y otro tipo de alteraciones fisiológicas como los agentes no parásitos de las plantas.

Los accidentes y otras alteraciones son de gran importancia en las plantas cultivadas, ya que alteran, sin prácticamente posibilidad de prevención, la calidad y cantidad de las cosechas.

Se producen, conjuntamente con la obtención de unos mejores rendimientos y calidades, una disminución de la resistencia  frente a las adversidades naturales, como pueden ser periodos continuados de sequias, heladas, temperaturas elevadas, competencias con otras plantas, etc.

Clasificados los accidentes en función de los agente no parásitos que los produzcan.

Aparecerán por tanto:

• Accidentes producidos por definiciones del suelo
• Accidentes producidos por causas físicas y meteorológicas
• Intoxicaciones y quemaduras
• Déficit nutricionales

1. ACCIDENTES PRODUCIDOS POR DEFICIENCIAS DEL SUELO

Las deficiencias más notables que se pueden encontrar en el suelo son debidas bien a su estructura o textura no adecuadas, o bien a un exceso o déficit de algún compuesto presente en él. Uno de los aspectos más importantes para obtener los resultados esperados es el del control del agua presente en el suelo. Se puede decir genéricamente que la presencia del agua debe ser la justa en cada momento del desarrollo del cultivo.

La sequía, tan temida por los agricultores,  no afecta de igual manera a la planta en la nascencia que en otras etapas de su desarrollo. Ni tampoco  afecta a todos los cultivos con la misma severidad, o incluso dentro de tu mismo cultivo existen variedades cuyos patrones son más resistentes, que se verán menos afectados.   Por tanto, se observa que un factor influye de muy diversa manera sobre las plantas.

La cantidad de agua presente es función también de la capacidad que tenga el suelo para almacenarla, según sea su composición: más arcillosa o más arenosa. Los suelos arcillosos poseen más cantidad de agua en épocas de sequía debido a que por su textura la retienen más fácilmente.

Los arenosos tienen menor capacidad de retención, y por lo tanto menos agua almacenada. El agua almacenada en el suelo debe estar disponible para la planta, ya que es inútil que se encuentre en niveles profundos, inaccesibles para un sistema radical superficial y poco desarrollado.

Por regla general, los cultivos dotados de raíces profundas son menos sensibles a la sequía que otros, puestos que pueden buscar agua a mayor profundidad. Un ejemplo ilustrativo es la mayor sensibilidad a la sequía de los cereales frente a las leguminosas  forrajeras.

Los principales afectos producidos por periodos de estrés hídrico prolongados son la perdida de la cosecha, total o parcialmente, disminución en el calibre de los frutos y rápida absorción de la planta. Es frecuente también la aparición de coloraciones inadecuadas en la superficie de las hojas, así como defoliaciones.

En determinadas ocasiones puede aparecer el melazo,  que es un líquido segregado por la presencia de pulgones y cochinillas, entre otros, de características dulce y pegajoso.

El melazo está localizado sobre la superficie de hijas y frutos, y favorece la aparición de enfermedades.

El caso opuesto a la sequía es la aparición de abundante agua en el suelo que provoque el efecto contrario, es decir la no viabilidad del cultivo por asfixia radicular, coloraciones amarillas, rojas o purpureas, clorosis, etc.

Es reseñable que le exceso  de agua en el suelo provoca una sustitución del oxígeno presente por el agua, con lo que se pueden dar fermentaciones que producen unos compuestos tóxicos para la planta, como por ejemplo el ácido sulfhídrico.

Los frutos, principalmente del genero pomo, que se han visto privados del agua suficiente durante su desarrollo, al almacenarla posteriormente, sufre roturas de la piel debido al crecimiento desproporcionado, en volumen, de la parte interna frente a la externa.

Ya hemos comentado la importancia de la estructura en el suelo, siendo la granular la más idónea, por su proporción de poros en los que se pueda depositar el aire y el agua. También es importante el grado de compactación del terreno, para que las raíces pueden estar en contacto con estos, y con otros elementos y nutrientes necesarios.

Si no disponemos de una buena estructura, previamente deberemos mejorarla  mediante el uso de técnicas de laboreo o culturales o realizando un estercolado, por ejemplo; lo que nos permitirá

Obtener las mejores condiciones para el cultivo.

1. ACCIDENTES PRODUCIDOS POR CAUSAS FÍSICAS Y METEOROLÓGICAS

Estudiaremos los efectos que tienen en las plantas las distintas  causen meteorológicas, como pueden ser:

HELADAS

Las heladas se producen por un descanso de la temperatura, normalmente se presentan heladas perjudiciales en torno a 0 °, o un par de grados por debajo de esa cifra.

Las heladas son perjudiciales, puesto que una parte del agua contenida en las células vegetales cristaliza en los espacios intercelulares, provocando la rotura de tejidos y el necrosamiento de las partes afectadas.

Dependiendo de la época en que se produzca la helada, esta tendrá unos efectos u otros. Distinguiremos entre heladas precoces, de invierno, y tardías;  y de los métodos existentes para la defensa contra heladas.

Heladas precoces son aquellas que aparecen antes de la llegad del invierno y provocan fundamentalmente, la caída de la hija antes de estas hayan podido producir las sustancias nutritivas necesarias a las ramas. Por este motivo, las ramas también se ven afectadas aunque no lleguen a  helarse.

Las heladas de invierno son las que se producen con menores temperaturas, aunque puede que no sea  las perjudiciales, debido a la paulatina aclimatación de la planta a las bajas temperaturas.

Una excepción a esta consideración es el caso de las especies leñosas, que una vez que han superado el umbral minino de horas frio para florecer, las heladas pueden diezmar su cosecha.

Las heladas afectan de distintas maneras a las partes de la plantas. En un árbol son más sensibles los vértices de las ramas, debido a la mayor radiación, y el tronco que está cerca del suelo, puesto que al producirse un descanso de las temperaturas, este cede calor rápidamente, con lo que produce una menor temperatura.

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