Odontologia Como Sistema De Identificacion
Enviado por sagado • 29 de Noviembre de 2013 • 929 Palabras (4 Páginas) • 426 Visitas
2.1 ORIGEN E HISTORIA DE LA ODONTOLOGIA FORENSE
2.1.4 JOSÉ MARTÍ
El 21 de mayo de 1895, el doctor Pablo Valencia y Forts (médico cirujano) procedió a reconocer, en el pueblo de Remanganaguas (provincia de Oriente), un cadáver conducido a ese lugar por las fuerzas españolas que, al mando del coronel Jiménez de Sandoval, habían sostenido un combate con los patrio¬tas. En el dictamen médico se consignó, entre otros detalles, lo siguiente: "al que tiene buena dentadura sólo le falta el segundo incisivo derecho del maxilar superior y las demás pie¬zas son, en su mayoría, puntiagudas; la cara es de forma oval".
Esta descripción se comprobó posteriormente gracias a una carta, fechada el 8 de junio de 1895, escrita por Horacio S. Rubens y dirigida a Gonzalo de Quezada y Aróstegui; esta carta inédita se conservó en el archivo de su padre, el distinguido publicista Gonzalo de Quezada y Miranda. En ella Rubens dice:
Bazán también confirma la descripción de la falta del incisivo superior expuesta en la autop¬sia, pues él mismo extrajo dicho diente; por tanto, parece casi seguro que la pérdida de Martí es realidad.
En 1907 se trasladaron los restos de Martí al cementerio de Santiago de Cuba. El doctor J. Montero Zambrano examinó el cráneo y los maxilares, y registró los trabajos dentales rea¬lizados a las piezas. Como había duda de parte del gobierno, se comisionó al doctor Mascaró para que asistiera al cementerio de Santiago de Cuba y comprobara, con los restos, el esquema bucal practicado por el doctor Zayas Bazán, odontólogo del caudillo José Martí, a quien se refería Rubens en su carta a Queza-da. Al confrontar las fichas, resultaron seme¬jantes por completo.
2.1.5 PERITAJE ODONTOLEGAL Y CREACIÓN DE UNA ESCUELA DENTAL.
El 5 de febrero de 1909, en las oficinas de la delegación alemana en Santiago de Chile, Gui¬llermo Beckert Frambauer, segundo secretario de la delegación, mató a Ezequiel Tapia, portero del edificio, al clavarle un cuchillo en el corazón y producirle una herida de 5 cm de profundi¬dad; además, con unas boleadoras le fracturó el frontal y la base del cráneo; con un soplete de joyero le quemó la tibia derecha y la cara, espe¬cialmente la boca, para no dejar rastro de un callo óseo por fractura correctamente consolida¬da. Beckert convenció previamente a Tapia de que vistiera un traje y una camisa con gemelos de puños (mancuernas).
Después de cometer el homicidio, Beckert se apoderó de los caudales, empapó con gaso¬lina el cadáver y todo lo que había alrededor y les prendió fuego; la delegación alemana comenzó a arder y él desapareció disfrazado. Como Beckert no aparecía por ningún lado, se pensó que el cadáver carbonizado era el suyo.
Esta situación era muy conflictiva ya que, debido a una mala interpretación y al desco¬nocimiento científico, dos naciones podían llegar a enfrentarse
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