Opinion De Adolfo Martínez Palomo
Enviado por YAckie.Al • 23 de Septiembre de 2013 • 1.058 Palabras (5 Páginas) • 331 Visitas
Opinión de
(Adolfo Martínez Palomo)
Las revistas Nature y Science son los medios de comunicación científica de más alto nivel en el mundo. Dos ejemplos: fue en Nature (publicada en Inglaterra), donde apareció en 1953 el artículo seminal de Watson y Crick sobre la estructura del ADN que inició la era moderna de la biología molecular, y fue en Science (editada en Estados Unidos), donde se informó en 1983 del hallazgo del virus del sida por Montagnier y Gallo.
La revista Nature se ha diversificado; en la actualidad, además de la edición habitual, se publican 18 versiones diferentes, especializadas en áreas tan disímbolas como la ciencia de materiales o la investigación del cambio climático.
A mediados de este año Nature publicó por vez primera su “Índice Global” en el que se consignan las publicaciones aparecidas en el año 2012 en las diferentes versiones de la revista. Se trata de un nuevo índice de productividad académica que toma como referencia el que es, tal vez, el más sofisticado de los indicadores de la calidad de la producción científica con el que contamos en la actualidad; publicar un artículo en Nature significa un muy importante reconocimiento a la valía y a la relevancia científica de un trabajo. El índice toma en cuenta el total de las publicaciones realizadas en alguna revista Nature en el año anterior, de acuerdo al país y a la institución que lo produjeron. Algunos colegas la podrán considerar como la cima del elitismo científico, pero guste o no, una parte considerable de los avances científicos modernos aparecen en Nature.
Lo primero que llama la atención al revisar el “Índice Global”, a pesar de ser bien sabido, es la avasalladora productividad científica de Estados Unidos en el 2012 (2,236 artículos). Le siguen Gran Bretaña (677), Alemania (594), Japón (398) y Francia (383). El Índice Global destaca a cinco países por el reciente incremento en el número de artículos científicos publicados en esas revistas: Brasil, China, Arabia Saudita, Kenia y, sorprendentemente, Irlanda. China, a su vez, está a punto de rebasar a Francia en la lista de las instituciones más productivas. No es mera coincidencia: en la actualidad el gobierno chino es el que mayor inversión en ciencia realiza, después de EEUU, que invirtió en 2012 -solamente de fondos gubernamentales- 63 mil millones de dólares en desarrollo científico; sin embargo, hay pesimismo por la posibilidad de recortes que puedan afectar, sobre todo a los investigadores jóvenes. En Gran Bretaña los temores son semejantes, aunados a la insistencia en investigar temas que produzcan retorno económico en el corto plazo; a pesar de ello, la calidad de la producción de las universidades Oxford y Cambridge sigue siendo extraordinaria. Alemania, a su vez, realiza esfuerzos positivos por fomentar la investigación y la innovación, con énfasis particular en la apertura a colaboraciones internacionales. Japón en cambio parecería entrar en un retroceso científico, a consecuencia de un menor apoyo a la ciencia básica y la reducción de sus relaciones científicas con otros países. En Francia se mantienen discretos incrementos en los presupuestos para la ciencia, pero también hay preocupación por el futuro próximo.
Entre los 100 países más productivos, de acuerdo al indicador mencionado, España ocupa la posición 11 con 175 artículos, Brasil el sitio 26 con 39, y México el lugar 31 con 17
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