PIEZAS BUCALES CHUPADORAS:

PIEZAS BUCALES

PIEZAS BUCALES CHUPADORAS:

Los insectos con piezas bucales chupadoras, consumen alimentos líquidos. Este tipo de pieza bucal se ha modificado para forman una probóscide o pico, compuesta por un labio tubular alargado que envuelve a las mandíbulas y a las maxilas, finas como espadas, que son las que pican, reciben el nombre de ESTILETES.

Los estiletes inyectan saliva a través del conducto salival, que es lo que produce la irritación de una picadura, y entonces el alimento es succionado a través del conducto alimentario. Entre los insectos con aparato bucal chupador, se encuentran: chinches, cigarras saltadoras, pulgas, piojos chupadores y algunos mosquitos.

PIEZAS BUCALES MASTICADORES:

Es la más común y el mecanismo que más se asemeja a la boca de los seres humanos. Los grupos de insectos más importantes con piezas bucales masticadoras son: Las libélulas, los caballitos del diablo, los saltamontes, los grillos, las langostas verdes y los escarabajos. Consumen alimentos sólidos.

TIPO CORTADOR-CHUPADOR

Este tipo de aparato bucal se encuentra en los tábanos (Diptera Tabanidae) y algunos otros dípteros.

Las mandíbulas se presentan en forma de hojas afiladas y las maxilas en forma de largos estiletes,. Ambas cortan y desgarran el tegumento de los mamíferos principalmente, haciendo fluir la sangre de la herida. Esta sangre es recogida por la protuberancia esponjosa del labio y conducida al extremo de la hipofaringe.

TIPO CHUPADOR Este tipo de aparato bucal, que es típico de las moscas, está adaptado a la succión de líquidos alimentos fácilmente solubles en saliva. Lo más destacado es la presencia de una trompa aspirante arrollada en espiral, mientras está en reposo, por lo que se la designa espirotrompa. En el aparato bucal chupador, los labios y las mandíbulas son rudimentarios y forman una probóscide con un ápice en forma de esponja (denominado labelo). Las moscas y otros insectos con este tipo de aparato bucal pueden ingerir también alimentos sólidos como el azúcar. Para ello, arrojan sobre el alimento una gota de saliva, que lo disuelve, y luego la solución es succionada hacia la boca.

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