PSICOLOGÍA DEL DESARROLLO “EL JUEGO DE REGLAS”

PSICOLOGÍA DEL DESARROLLO I

“EL JUEGO DE REGLAS”

Centro Asociado de

Alumna:

DNI:

INFORME CORRESPONDIENTE

Para la realización de este informe aproveché la presencia de mis vecinos en su lugar de juegos habitual, una urbanización ubicada en el municipio de

Observé que estaban los niños que habitualmente juegan y se reúnen en las zonas comunes, cuatro niños de entre 8 y 10 años y cuatro niñas de la misma edad.

Después de que estuvieran jugando con sus bicicletas se reunieron todos delante de mi puerta, en un espacio cuadricular de cemento en el cual todos se suelen sentar en el bordillo mientras decidían a que jugar.

Me acerqué a la mayor de las niñas y le pregunté a que jugaban, a lo que Claudia me respondió:

- Aún no lo sabemos, unos quieren jugar al escondite y otros a cantar.

- ¿A cantar?, le pregunté.

- Sí. Álvaro canta y nosotros tenemos que darle del uno al diez. Como en los programas de la tele.

Al preguntarles si podía participar actuaron con un poco de recelo, pero finalmente aceptaron mi propuesta.

Sus reglas eran bastante básicas: Uno de los niños, que siempre decidían que fuera el mismo, o más bien lo decidía él, ya que decía ser quien se inventó el juego, elegía una canción de un repertorio formado por ellos mismos, todo canciones escuchadas en la radio, en internet o en anuncios de televisión. Después de la elección la interpretaban y, a continuación, el jurado (los niños restantes) le daba una puntuación.

El siguiente intérprete era siempre elegido al azar, o, más bien, elegido por afinidad, ya que los niños se elegían entre ellos y ocurría lo mismo en el caso de las niñas.

Cuando se empezaron a aburrir de la temática de ese juego decidieron comenzar a jugar al ‘pollito inglés’, un juego en el que, en palabras de otra de las niñas, Paola: - Uno de los niños ‘se la queda’ mirando a esa pared y nosotros no nos podemos mover cuando se dé la vuelta.

La canción que tenían que cantar era ‘un, dos, tres, pollito inglés a la pared’. La elección del niño que ‘se la quedaba’ era totalmente arbitraria ya que no duraban mucho en esa posición tan poco favorable para ellos al ‘pillar’ a uno de sus amigos moviéndose, lo que cambiaba su posición en el juego.

Si alguno de ellos hacía trampa se proclamaba así mismo ‘cascarón de huevo’ lo que significaba que en esa ronda se podía salvar de ser el que ‘se la quedara’.

Como conclusión a este informe decir que los juegos de regla son, sin duda, un mecanismo que permite que los niños realicen actividad física, ayuda a crear una buena autoestima al crear sus propias leyes y variarlas si hiciera falta, aumentando esto a su confianza, fomentando la cooperación y el entendimiento.

Con este tipo de juegos se empieza a forjar la personalidad

...